Cruda violencia en casi todo Puerto Rico
Demógrafa analiza las estadísticas de homicidios en los últimos cinco años y establece la forma en que se han dispersado por el archipiélago borincano.
![La Isla Nena lidera la tasa de asesinatos en Puerto Rico por cada 100 mil habitantes, de acuerdo al análisis de los pasados cinco años realizado por la experta.](https://www.primerahora.com/pf/api/v3/content/fetch/image-resizer-v1?query=%7B%22website%22%3A%22primera-hora%22%2C%22imageUrl%22%3A%22https%3A%2F%2Fcloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com%2Fgfrmedia%2F6M26OZABZ5DRFNUNQ2XGKCQD7A.jpg%22%2C%22width%22%3A2560%2C%22redirect%22%3A%221%22%2C%22external%22%3A%221%22%7D)
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Los asesinatos a plena luz del día -en negocios concurridos, autopistas y avenidas- continúan dispersándose por el mapa del archipiélago de Puerto Rico y solo un puñado de municipios se mantiene al margen de estas muertes violentas con armas de fuego, cuyas víctimas en su mayoría son hombres jóvenes.
Un análisis que realizó la demógrafa Judith Rodríguez Figueroa, de los asesinatos reportados por la Policía entre el 2017 y 2021, período que coincide con el embate de los huracanes Irma y María, los terremotos del suroeste y la pandemia del COVID-19, resalta cómo esta manifestación, la más cruda de la violencia, se registra de forma diferente en las dos islas municipio: Vieques y Culebra.
En el período estudiado, la Isla Nena lidera la tasa de asesinatos en Puerto Rico por cada 100 mil habitantes en contraposición a la Isla Chiquita, que se mantuvo con cero muertes violentas, excepto en 2021, cuando se registraron dos asesinatos.
En 2019, que se podría considerar como el año intermedio del período bajo estudio, la Isla Nena, con una población de 8,386 habitantes, reportó 8 asesinatos, para una tasa de 95.4 asesinatos por cada 100 mil habitantes.
Rodríguez Figueroa sostuvo que las diferencias entre ambas islas municipio pueden estar relacionadas con el sistema y estructura de vigilancia. “Es un asunto que invita a ser estudiado más profundamente, donde se tomen en consideración las características socio demográficas, su historia, incluyendo la exposición de ambas islas al poderío militar, así como, las oportunidades educativas y de desarrollo económico para los viequenses y culebrenses”, acentuó la demógrafa.
Explicó que la tasa de mortalidad de asesinatos mide el riesgo de morir por esta causa y se expresa por cada 100 mil habitantes en un lugar determinado; en este caso, en cada uno de los 78 municipios.
“De acuerdo a este análisis el riesgo mayor de morir por asesinato en Puerto Rico lo tiene Vieques”, abundó Rodríguez Figueroa.
A Vieques, le siguió Fajardo con una tasa de 78.1 (con una población de 29,454 y 23 asesinatos). El tercer lugar lo ocupa la ciudad capital de San Juan, con una población de 318,441 y 172 asesinatos (54.0), seguido en cuarto lugar por Loíza, con una población de 24, 553 y 10 asesinatos para una tasa de un 40.7. El quinto lugar y sexto lugar en tasa de ocurrencia de asesinatos, lo ocupan, Ceiba, también en la parte noreste, con 10,904 habitantes, 4 asesinatos (36.7) y Ponce, al sur, con una población de 131,881 y 42 asesinatos (31.8).
“Estas muertes violentas, analizadas para los últimos cincos años y que muestran nuevas formas de cometer los actos revelan a su vez, una tendencia a dispersarse a través del terruño borincano, incluso hacia municipios pequeños que se mantenían prácticamente exentos de estos crímenes, muchos de ellos, relacionados a la guerra por el control de puntos de drogas”, sostuvo Rodríguez Figueroa, catedrática retirada de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico.
Subrayó la demógrafa que de los datos suministrados por la Superintendencia Auxiliar de Investigaciones Criminales (SAIC) y el Negociado de Estadísticas de la Policía, entre 2017 a 2021, se destaca que, de los 78 municipios, solo -Rincón, Lares y Adjuntas- se mantuvieron durante todo el período de cinco años con cifras de cero a un asesinato.
Según las últimas estadísticas del SAIC, durante los cinco años bajo estudio se registraron un total de 3,143 asesinatos para un promedio anual de 629 y un promedio diario de 1.72 asesinatos.
Si bien en estos últimos cinco años, se refleja una baja en comparación con los años de 2010 y 2011, cuando los asesinatos se dispararon a cifras anuales de 1,017 y 1,164, respectivamente, Rodríguez Figueroa puntualizó que otra variable que se tiene que tomar en consideración es la reducción de un 11.8 por ciento que experimentó la población de Puerto Rico entre 2010 a 2020, según los datos del Negociado Federal del Censo.
Subrayó que la pandemia, huracanes y terremotos parecen haber contribuido en cierta medida a que las cifras de asesinatos bajaran en los primeros años del quinquenio bajo estudio, “pero no se puede perder de perspectiva que en una década hemos perdido una cantidad considerable de la población, mayormente por migración”. Agregó que los migrantes “tienden a ser jóvenes y por lo general, son jóvenes los que están envueltos en estas actividades criminales.
Aunque en los últimos cinco años se han registrado menos asesinatos que en los años de 2010 y 2011, la demógrafa sostuvo que se han dispersado en todo el territorio. “Antes había unos pueblos donde se cometía ese tipo de barbarie, ahora entiendo que los pueblos pequeños no están exentos de ese nuevo tipo de crímenes, cuyos autores cumplen su encomienda en cualquier lugar como centros comerciales, en los estacionamientos, en las avenidas en los negocios, donde sea y a la hora que sea”, puntualizó.
“Hay un elemento en esos pueblos pequeños que creo que puede estar contribuyendo y es la ausencia de policías y vigilancia. Sabemos que los más pequeños son los más impactados por esa pérdida en el número de efectivos porque los trasladan a ciudades más grandes y muchos cuarteles se quedan con un retén o alguien y aquellos que van a cometer los crímenes saben de antemano que muchas de sus fechorías se quedarán impunes”, destacó como otro elemento a considerar.
“Tenemos que preguntarnos también cómo en los video juegos y en cosas a las que nuestra juventud está expuesta, como letras de música y películas, la perdida de una vida humana se ve como algo natural, según ha ido evolucionando la sociedad. A las generaciones más viejas eso nos sorprende porque la exposición a la violencia es muy grande y si a eso se une la desigualdad social, la falta de oportunidades educativas y la descomposición familiar, tenemos unos problemas sociales graves que no se atienden y muy lamentablemente, nuestros niños están desde temprana edad expuestos”, subrayó Rodríguez Figueroa.
“Loíza, por ejemplo, es uno de los pueblos más pobres de Puerto Rico y se puede encontrar la desigualdad económica y social”, destacó la especialista en análisis de población.
“Aibonito, el pueblo de las flores localizado en la zona montañosa, también nos sorprendió con una tasa de un 31.7. Siguen en orden, entre los primeros diez con la tasa de mayor riesgo de mortalidad por asesinatos: Cayey, Dorado y Salinas”, detalló la catedrática retirada de la UPR, pero recalcó que “la mayoría son pueblos costeros, a excepción de Aibonito y Cayey, de la parte central”.
Dijo que del análisis también resalta que en 2019, hace dos años, eran once los municipios que no tuvieron ningún asesinato dentro de sus límites territoriales. “Vemos que los asesinatos se han dispersado en todo el archipiélago de Puerto Rico, sin un patrón definido. Sin embargo, para mí con la excepción de Culebra y Maunabo, todos los demás tiran hacia la parte este de Puerto Rico”, observó.
En términos absolutos, la demógrafa destacó que en los cinco años de estudio, San Juan, sigue encabezando el número de asesinatos, aunque en 2020 y 2021 hubo una baja. “No hay duda de que el lock down al principio de la pandemia, los huracanes y terremotos han tenido que ver porque este no ha sido el patrón en los pasados años”, puntualizó Rodríguez Figueroa.