Critican nueva orden del DACO sobre precios del café
Una disposición del DACO tiene el efecto de dar preferencia al café mexicano sobre el puertorriqueño, argumentan.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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La Asociación de Caficultores de Puerto Rico acusó este martes al Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) de destruir la industria nacional del café al firmar la Orden de Precios número 1 porque consideran que la disposición tiene el efecto de dar preferencia al café mexicano sobre el puertorriqueño al provocar que el importado sea más barato que el producido en la Isla.
“Esta orden de precio es el fin de la industria y cosecha de café en Puerto Rico. El esquema de precios no permitiría la existencia de los beneficiados y por ende del agricultor ya que no tendría a quien venderle el café de la cosecha de Puerto Rico”, expresó Edwin Soto, presidente de la Asociación de Caficultores, a través de un comunicado de prensa.
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Según la orden del DACO, el precio del café importado semi tostado que se vende se quedó en $322.76 el quintal de arábiga. Este café, que se comercia a través de la Administración para el Desarrollo de Empresas Agropecuarias (ADEA), se utiliza para cubrir la demanda existente que no se cubre con el grano cosechado aquí. De la misma forma, la nueva orden le impone a los beneficiadores locales que tienen que comprar el quintal de café local a los caficultores puertorriqueños a $379.98 el quintal.
“Si el DACO impone un precio de $379.98 para el café de primera (antes de semitostado) pero obliga a ADEA a vender el importado de México en estos momentos por $322.76, ¿quién va a comprar el café de Puerto Rico? Teniendo disponible el café mexicano un 15% más barato significa el fin de la industria cafetalera local, por eso nuestra industria tiene que estar combativa”, expuso Soto sobre la orden firmada por el secretario Nery Adames la pasada semana.
Soto pronosticó que esta orden provocará la pérdida de empleos y el cierre de fincas y negocios relacionados en los pueblos de la montaña donde se siembra, cosecha y procesa el café.
“Vender el café a las empresas torrefactoras que mantienen un monopolio en el país y que son subsidiadas por asignaciones legislativas con dinero del gobierno de Puerto Rico es una injusticia. Utilizar fondos públicos provenientes del tan nefasto IVU agrandado para eliminar los miles de empleos de la montaña, los negocios de beneficiados puertorriqueños, a favor de empleos mexicanos y el bolsillo de un monstruo monopolístico que controla el 70% al 80% del café en Puerto Rico es una burla al pueblo puertorriqueño”, concluyó.