Hace 62 años que el prócer Jesús T. Piñero Jiménez falleció, pero su hijo, José Emilio Piñero Bou, aún siente la esencia de su padre en la estructura que fuera su residencia por décadas y que con los años se convirtió en un museo, ubicado en el pueblo de Canóvanas.

“Cada vez que voy a ese sitio, siento que el espíritu de mi padre está allí”, manifestó el vástago del primer puertorriqueño en ser nombrado gobernador del país, en una entrevista teléfonica con este medio.

En la antigua residencia, hoy conocida como la Casa Museo Jesús T. Piñero, hoy se conmemoraron los 117 años del natalicio del expolítico, pero su hijo no pudo estar presente debido a que se encuentra hospitalizado.

“Me duele mucho no poder estar allí celebrando el legado de mi padre y también me duele mucho pasar la Semana Santa en un hospital, pero espero sanarme de todo para continuar trabajando por dar a conocer la obra de mi padre”, expresó.

Piñero Bou, de 82 años, recordó que cuando regresó a Puerto Rico en la década de 1980, muy poco se sabía sobre la vida y obra de su progenitor, por lo cual se dio a la tarea de difundir su herencia.

“Se estaba olvidando a mi padre. Cuando yo regresé casi ni se conocía, pero hace unos años el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) restauró la casa y la convirtió en museo para que todos puedan ir allá y disfrutar de ella, y también se creó la Colección Jesús T. Piñero, en la biblioteca de la Universidad del Este”, destacó.

Al dar la bienvenida a los asistentes, Rodrigo Carrera, miembro del Club de Leones Jesús T. Piñero y organizador del evento, subrayó la imagen transparente y el carácter justiciero del también excomisionado residente.

“El mejor homenaje que podemos hacer hoy a Jesús T. Piñero es presentar esa imagen de hombre sereno y cabal frente al desmadre de irresponsabilidad política que no se detiene ante nada para alcanzar el poder; un Jesús T. Piñero que nunca pretendió ser lo que no era y le llegó al pueblo como lo que era: sencillo en su grandeza, grande en su entereza y en su lucha de bien y de justicia para todos los puertorriqueños”, sentenció Carrera.

“Una vida ejemplar al servicio del País como la del gobernador Piñero debe ser parte del seminario que se les ofrece a los nuevos incumbentes en las muchas posiciones designadas y electas para que tengan una idea mucho más clara de cómo se responsablemente con los fondos públicos”, agregó.

Por su parte, el historiador Jaime Partsch invitó al público a explorar la historia de Piñero Jiménez a través del material disponible en la biblioteca de la UNE.

“Desde el año 2002, por voluntad de los hijos de don Jesús T. Piñero, Haydeé y José Emilio, la UNE es el depositario de documentos personales de nuestro primer gobernador puertorriqueño. Para todos los que laboramos en la universidad es un honor poder conservar, enriquecer y divulgar la vida de este hombre que dedicó su vida al servicio de los interese más nobles”, detalló Partsch, director de la biblioteca.

Por otro lado, Piñero Bou dijo sentirse satisfecho de que la casa museo haya generado tanto interés por parte de los residentes y visitantes de Canóvanas.

“Viene mucha gente del pueblo. Es uno de los pocos museos de este tipo que tienen mucha actividad del pueblo”, resaltó.

El museo recibe entre 400 y 500 personas al mes, señaló Edgard Rodríguez Luiggi, director del Programa de Museos y Parques del ICP.

Como parte del festejo por el natalicio del exgobernador, a los asistentes se les ofreció un recorrido guiado por una marioneta que caracterizó a Piñero Jiménez, y que fue manejada por el titiritero Javier Ortíz. El ventrílocuo, quien además brindó un taller de confección de títeres durante la jornada, modulaba su voz para caracterizar al también cofundador del Partido Popular Democrático. Mientras, Otto Reyes, el arquitecto que restauró la casa museo, mostraba las partes de la residencia y ofreció datos históricos y descripciones del carácter de Piñero Jiménez.

La actividad comenzó con un recital a cargo de la Banda de Conciertos de Puerto Rico, dirigida por el maestro Ángel “Cuco” Peña. Para deleitar a los presentes, los músicos ofrecieron un repertorio de temas populares entre los que se destacaron El buen borincano, Preciosa, Amanecer borincano, la danza Alondras en el bosque y las plenas Mañana por la mañana y Quién no se siente patriota.