¿Cómo se podrá evitar que “los listos” en el Capitolio terminen trabajando menos y al mismo tiempo se lleven un salario que no responda a las necesidades del pueblo puertorriqueño?

El experimentado ex portavoz del Partido Popular Democrático en la Cámara de Representantes Presby Santiago tiene una solución sencilla para evitar que la reforma legislativa resulte peor que la enfermedad que se le achaca a la Legislatura de abuso con la asignación de sus ingresos.

Santiago propone que los ingresos a legislarse para senadores y representantes queden atados, obligatoriamente, a su asistencia a la Casa de las Leyes.

Eso nadie ha contemplado hasta el día de hoy.

La propuesta del ex líder del PPD crea un per diem o estipendio fijo de –por ejemplo– unos $350 por la asistencia a las comisiones cuando no haya sesión legislativa y otro de la misma cantidad por participar de las sesiones.

Si hay sesión legislativa, la asistencia a las comisiones no se cobraría.

“Si el sueldo no está atado a la asistencia, estamos hablando de un sueldo grande”, dijo Santiago en respuesta al proyecto de reforma legislativa de la Cámara de Representantes que dejó el salario del legislador en $73,000.

“Con el per diem, si el legislador se va para Disney, no cobra; si tiene un caso en el tribunal y dura una semana, tampoco”, explicó el ex representante, quien sostuvo que la cancelación de las dietas, aunque es una buena medida, va a causar un problema de ausentismo en el Capitolio.

Dijo que el per diem puede tener un tope de pago global máximo y que dicho monto solo lo recibirían aquellos que tengan asistencia perfecta.

En cuanto a la posibilidad de que la reforma legislativa elimine la segunda sesión, el ex legislador dijo que, contrario a lo que mucha gente piensa, la misma no fue creada con el interés de cobrar dietas ni de aumentarles el salario a los senadores y representantes.

Presby Santiago, autor de la medida, dijo que ellos eran legisladores ciudadanos y que en ese entonces la Legislatura se reunía solamente entre 15 y 20 días.

Había una sesión única corta, que “se iba en aprobar el presupuesto y las emisiones de bonos”.

Concluida esta, el Ejecutivo convocaba sesiones extraordinarias continuamente y, en esas otras sesiones, los únicos proyectos que se podían considerar eran los que ordenaba La Fortaleza.

Eliminar la segunda sesión tendría el efecto de volver a restringir la iniciativa de los representantes del pueblo, se ha argumentado.

Presby Santiago señaló que la constitucionalidad de la segunda sesión fue cuestionada en los tribunales y el Tribunal Supremo la validó.

El ex gobernador Rafael Hernández Colón era uno de los que cuestionaban el cambio.

“Si eliminan la segunda sesión, tienen que estar conscientes (de) que hay un tribunal supremo con una composición distinta. Si la quisieran de nuevo, la decisión de la corte podría ser distinta”, advirtió el reputado ex legislador del PPD.