Claman por un milagro para Amahia, quien padece hepatitis aguda de origen desconocido
La familia narra la historia de la bebé de dos años para orientar sobre la enfermedad, que ha afectado a más de 400 niños alrededor del mundo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Amahia Márquez Sánchez apenas cumplía dos añitos cuando un enrojecimiento en uno de sus ojos inquietó a sus familiares. Inicialmente, el diagnóstico fue una conjuntivitis alérgica. No hubo más síntomas. Ni vómitos, ni fiebre, ni diarreas, ni dolores musculares, ni complicaciones respiratorias.
Eso sí, a los ocho días la niña presentó una alergia que le corría por toda la piel. A partir de ese momento, su condición fue empeorando hasta que tuvo que ser ingresada al hospital con un cuadro sospechoso de hepatitis aguda de origen desconocido que la mantiene con un pronóstico de vida delicado.
El escenario anterior ocurrió en un periodo de poco más de dos semanas y Amahia se convirtió en la primera paciente pediátrica en Puerto Rico que está bajo investigación del Departamento de Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) con el cuadro de hepatitis aguda o inflamación del hígado.
Esta condición mantiene en ascuas a la comunidad científica de todo el mundo, y desde el 15 de abril la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una alerta advirtiendo sobre casos entre niños del Reino Unido. En cambio, se han ido notificando más casos con el pasar de los días, incluyendo 109 pacientes reportados en los Estados Unidos. En esas cifras está el caso de Amaia. Al momento, se han asociado cinco muertes al brote mundial que ha afectado a cerca de 450 menores en más de 20 países.
La notificación del caso de Amahia le llegó al Departamento de Salud la primera semana de mayo, explicó en una entrevista radial la infectóloga y Primera Oficial Médico de la agencia, Iris Cardona.
“Tenemos una notificación de hace dos días de un paciente pediátrico que está con hepatitis aguda, fallo hepático grave. Está bajo investigación”, reveló el 4 de mayo la médica al hacer alusión al caso como uno “sospechoso”.
La tía-madrina de Amahia y portavoz de la familia de la paciente, Neida Roldán, conversó con Primera Hora y confirmó que, en efecto, la pequeña llegó al hospital el 1 de mayo con un cuadro grave de ictericia (coloración amarilla de la piel y ojos). Los niveles de amonia en el cuerpito de Amaia estaban sobre 200 y su bilirrubina estaba sumamente elevada.
“Llegué con ella al hospital a las 8:00 de la mañana. La bebé no se podía parar de su cuna. Tuve que cogerla porque no tenía el ánimo ni de levantar los brazos”, detalló la pariente de la menor que está hospitalizada en una clínica de San Juan.
“Todo ha pasado muy rápido. Ella empezó con esa conjuntivitis alérgica el 12 de abril y le dieron unas gotitas. Después para el veintipico de abril le dio la alergia en el cuerpo y le dieron medicamentos, pero no se le quitaba. Hasta sábila le poníamos. Y al par de días se fue poniendo peor y amarillita, con mucha debilidad. De verdad que tenemos 20 mil preguntas sin responder. Los médicos mismos no tienen explicación porque ella ha salido bien en todos los análisis que le han hecho. Y Amaia era una niña saludable. Esta es su primera hospitalización”, sostuvo la mujer tratando de contener el llanto ante la impotencia de ver cómo la salud de la niña ha empeorado en los pasados días.
Ante el daño en el hígado de Amahia, los médicos decidieron que una alternativa era un trasplante del órgano. Finalmente, el pasado 6 de mayo, a la 1:30 de la madrugada el proceso se llevó a cabo gracias a un donante de su misma edad, proveniente del estado de Florida. El plan de salud de la menor no cubría los gastos de trasplante, los cuales se calcularon en $200,900. En cambio, la familia pudo solicitar fondos de ayuda por enfermedades catastróficas.
“Todo iba bien. Pero a las 24 horas, el cuerpo de Amahia empezó a rechazar el hígado. De ahí en adelante todo ha empeorado. La nena está bien malita. Le han puesto, plaquetas, plasma, sangre... pero ya sus riñoncitos están paralizados. Amaia no está orinando. Los médicos nos sentaron hoy (domingo)...”, dijo la tía-madrina de la niña sin poder completar la oración. Debido a la falla renal, la nena fue sacada de la lista de espera para trasplante de hígado “hasta que empiece a orinar”.
La mujer prefirió recordar los mejores tiempos de Amahia, una niña que describió como inmensamente feliz. Como toda nena de su edad, es apasionada de jugar con sus muñecas y es fanática de las canciones de la “Vaca Lola” y “Cocomelon”.
“El cumpleaños, que fue en marzo, se lo hicimos de ‘Cocomelon’. Fue algo íntimo y familiar, por lo del COVID, pero ella disfrutó muchísimo. Mi niña es bien feliz. ¡Dios mío, ¿yo no sé por qué está pasando esto? Quiero un milagro. La quiero de vuelta para poderla abrazar y volverla a dormir en mi pecho”, dijo con una desesperante incertidumbre.
Actualmente, tanto la OMS como los CDC han dicho que, con base a la información actual, la mayoría de los casos de niños afectados no recibió la vacuna contra el COVID-19, por lo que por el momento se descarta que estén relacionados al proceso de vacunación. En el caso de Amaia, no tiene edad para vacunarse por lo que esta teoría, en su cuadro clínico, también se descartó.
Aunque las organizaciones de salud han dicho que en algunos casos se ha detectado la presencia del virus SARS-CoV-2, en el caso de la paciente puertorriqueña esta tampoco ha sido una vía a considerar, pues nunca tuvo el virus. Al menos, no se le diagnosticó durante su crisis de salud.
Otra de las sospechas de las autoridades sanitarias está vinculada al adenovirus, un virus bastante común y que ha sido detectado en algunos de los pacientes afectados a nivel mundial.
“A nuestra niña también le hicieron las pruebas de adenovirus F41 y salió negativo. Realmente, los médicos han hecho de todo, no solo por sanarla, sino por saber qué está ocasionando todo esto. Pero ni ellos pueden detectar el origen. Lo que sabemos es que es un caso de hepatitis aguda de origen desconocido. Por eso queremos dar a conocer a través de medios como ustedes el caso de Amaia. Queremos que los padres estén pendientes a los síntomas por más sencillo que les parezcan. Nuestra niña empezó con un ojo rojito y mira cómo está ahora mismo. Esto es bien triste”, afirmó Roldán al aseverar que los médicos le han dicho que no ha llegado ningún otro paciente pediátrico con enfermedad sospechosa de hepatitis aguda de origen desconocido.
“A ella le han hecho análisis para enviarlos a los CDC. Pero aquí no ha venido el secretario de Salud (Carlos Mellado) o alguna otra persona de la agencia a decirnos qué ha pasado... quisiéramos que nos llamen”, agregó la pariente de la menor.
En Puerto Rico, el secretario de Salud estableció un sistema de vigilancia, como manera preventiva, para detectar posibles casos de esta enfermedad. Hizo públicas las guías para que los hospitales y cualquier proveedor de servicios de salud reporten pacientes con sospecha de hepatitis.
Mellado precisó que los síntomas detectados en los casos identificados globalmente son la inflamación del hígado, diarrea, vómitos, dolor abdominal y niveles altos de enzimas hepáticas.
El secretario recordó que existen vacunas para prevenir la hepatitis A y B, mientras que para la hepatitis C existe un tratamiento.
“Preliminarmente, se ha asociado la nueva enfermedad con un virus que se transmite respiratoriamente, por lo que una medida de prevención es cubrirse la boca al toser y el lavado frecuente de manos, similar a las medidas que estamos utilizando para prevenir el coronavirus. Sin embargo, se sigue identificando otras potenciales causas”, expresó entonces Mellado en declaraciones escritas.
Los parientes de Amahia han creado una cuenta en el Banco Popular para ayudar en los gastos inesperados que han surgido en el hogar tras la enfermedad de la niña. La cuenta está bajo el nombre Pro Fondo Amahia Márquez Sánchez y el número es el 047-792-655.