El llamado a convertirse en un 'buen samaritano' fue lo que motivó a José “Chemo” Soto a renunciar como alcalde de Canóvanas y a dedicarse a crear una fundación que bautizará 'Los 12 Discípulos". 

Un día después de presentar su renuncia, Soto lucía relajado mientras observaba un juego de baloncesto del equipo de su hijo menor, uno de nueve que procreó "con siete mujeres" como él con orgullo dice.

El más pintoresco alcalde del País confesó que la cantidad de personas desafortunadas que encuentra a diario, y que ayuda con su propio dinero, lo motivó para iniciar un movimiento en donde  participarán sus amigos y colaboradores.

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"Gasto de mi bolsillo para ayudar... Haciendo labor comunitaria me voy a ganar más el reino de los cielos"' dijo. 

Sostuvo que en el 1993 juró como alcalde de la Ciudad de los Indios para ayudar a los más necesitados y que ahora el municipio no tiene dinero, recurrirá a la fundación para encontrar los recursos necesarios.  

Chemo Soto tiene su fórmula: Identificará 11 amigos que se unan a su causa. "Buscaré un ex cura, un ex juez, un ex pastor. Buscaré entre todas mis amistades. Haré colectas entre todos, haremos campañas. Será gente de mucha credibilidad. Tendremos una directiva", agregó.

Mientras Soto observaba a su habilidoso hijo, que además de jugar baloncesto está invicto como boxeador aficionado, surgió el tema de su infinita debilidad hacia el sexo opuesto. Aquí fue cuando se le infló el pecho...

"Tengo nueve hijos con siete mujeres... Dos de ellas fueron esposas", enumeró. "Cuatro nenas y cinco varones".

Confesó que dos de sus parejas quedaron embarazadas para el mismo tiempo y que la gente le preguntaba si las niñas eran gemelas.

A sus 70 años la capacidad productiva está intacta... La niña menor tiene nueve años y el benjamín de los varones 12.

Cuenta que la clave para que tantas lo quieran está en que es un hombre familiar y sagitario. Celebra su soltería, la que le permite libertad de movimiento y de selección. Odia el aburrimiento y asegura que saber bailar produce dividendos.

Fue todo sonrisas al admitir que, hace unos años cuando tuvo un fallo cardiovascular, se preparó un horario para ordenar las visitas de sus mujeres de entonces y así evitar encuentros no deseados en el Hospital Cardiovascular.

Volviendo al tema de la fundación, Chemo le está dando cabeza a un libro que escribirá sobre sus experiencias "con sus mujeres", el chupacabras (que él asegura se fue volando de Puerto Rico)', sus momentos más increíbles, su vida política y todo lo que sea necesario para que se convierta en un "best seller". Lo que produzca el libro será para "Los 12 Discípulos"

De las travesuras que incluirá en el libro recordó que cuando tenía 15 años solicitó trabajo en un cañaveral de Canóvanas y le respondieron que no había. Regresó y le pegó fuego... al día siguiente estaban reclutando personal de urgencia para recoger la caña. Pero lo acusaron por el incendio intencional, y al ser menor, "me echaron una falta de tres meses".

En el libro contará que fue soldado, cartero (renunció por 10 mordidas de perros), policía, agente de investigaciones y detective privado antes de ser alcalde.

Destacó que como detective privado ganó buen dinero para mantener a "mis hijos y mis mujeres".    

"Los casos de cuernicidios dejaban mucho dinero y las mujeres  pagaban lo que sea por saber sus maridos se las pegaban".

Muchas son las historias de Chemo.