Una amenaza de salud permanece latente para la comunidad de la escuela Herminia Rivera Fernández del Barrio Guaraguao en Bayamón donde desde hace tres años sufren con el hedor que provoca el desbordamiento de aguas negras.

Para bregar con el asunto, el pasado 11 de abril, la Junta de Calidad Ambiental (JCA) visitó el plantel para realizar pruebas de la calidad del aire.

“Con dichas pruebas se identificará el origen de los gases y se solucionará la situación. Este proceso tarda un poco”, indicó, mediante comunicación escrita la portavoz de prensa del Departamento de Educación (DE), Yolanda Rosaly.

Mientras llegan los resultados, los maestros afectados y la presidenta de la Federación de Maestros, Mercedes Martínez, han denunciado que el problema se debe a la falta de una solución definitiva al mal funcionamiento de la bomba de los pozos sépticos del plantel.

“Los pozos sépticos de la escuela están en dos fases y niveles, el primer espacio recoge directamente las aguas negras de los baños y se supone que de ahí sea impulsado a un pozo más grande -que irónicamente está en un nivel de superficie más alto- por una bomba. Y cuando la bomba se daña, tienen que vaciar el pozo semanalmente, porque si no se desbordan los baños por inodoros, lavamanos, todo”, describió uno de los miembros de la facultad, Jayson Hoffman.

Del caso el maestro acentuó que “desde que llegó la directora nueva (Natalia Echevarría) se vacían semanal. La directora, quien lleva tres años en la escuela, se ha ocupado de que se lleve este proceso rutinariamente y no se ha desbordado, pero la bomba se daña a cada rato, porque como los niños cuando usan los baños tiran medias y piezas de tela dañan las bombas, más un mantenimiento inadecuado, no duran casi nada”.

Por su parte, la presidenta de la Federación de Maestros de Puerto Rico, Mercedes Martínez, se ha mantenido al tanto del problema y envió una carta a la actual Secretaria del Departamento de Educación (DE), Julia Keleher.

“El caso de olores objetables se lo reportamos a la Secretaria desde enero. Ellos llamaron a la JCA y esta agencia clausuró unos salones, porque los olores llegan fuertemente hasta allí, y a eso, se une el problema de que como la bomba que está dañada hace tres años, y el pozo muro no está vaciando como debe ser y tienen un problema de olores severos. Por lo que se determinó sacar a los estudiantes de esa área y reubicarlos en la parte superior de la escuela”, sostuvo la presidenta del FMPR.

Debido a los constantes olores, muchos estudiantes se han enfermado, e incluso una maestra tuvo que acudir a la Corporación del Fondo de Seguro del Estado, por una afección de salud.

Las condiciones en la escuela, que cuenta con una matrícula de sobre 300 estudiantes, de kínder a octavo grado y un preescolar, son tan graves que hace un mes se cerraron los salones más impactados por los fuertes olores. Por esto, varios maestros no cuentan con salones adecuados para dar sus clases.

Al no contar con todos los salones se reubicaron maestros y niños en un salón de actos, que está divido por paredes cuyo material complica la labor de dar clases.

“Ese espacio es un salón de actos que se divide con esas paredes tipo panel, que si se remueven sirve para actividad más grande. Pero a la hora de dar clases afecta a las maestras. A ellas las movieron hace un mes, y ahora lo que tienen es contaminación de ruidos”, indicó Hoffman.

Por su parte, Martínez detalló las complicaciones que ha traído todo esa situación de los gases. “Ha generado un problema de maestros sin salón, maestros rotando, en hacinamiento en salones, porque están divididos por acordeones que son paneles corredizos, o sea, que no absorbe los ruidos por lo que los ruidos se escuchan de lado a lado e interrumpe las clases”, dijo.

“El personal de la Oficina de Mejoramiento de la Escuela Pública (OMEP) y el Municipio de Bayamón se han tirado la bola acerca de a quién le toca comprar las bombas, y por eso, ha tardado tanto. Pero enviaron a un ayudante especial e ingeniero de OMEP a verificar la escuela y han ido a la JCA a hacer los análisis de toxicidad, ellos dicen que no son tóxicos. Pero desde que empezaron nos enfermamos más”, contó Hoffman.

Al momento la comunidad escolar ya vio un poco de luz al final del tunel, ya que en días recientes la Oficina de Mejoramiento de la Escuela Pública (OMEP) repuso una bomba, según confirmó la directora de la Región Educativa de Bayamón Magali Rivera.

La portavoz de prensa de Educación a su vez dijo que para dar soluciones “se cambió una bomba que estaba dañada; se aprobó la otra y se mandó a comprar”.

De otro lado, informó que para descartar otras posibles fuentes de olores objetables en el plantel, la trampa de grasa (dispositivo que separa los residuos sólidos y las grasas de los alimentos en el comedor escolar) también será reemplazada.

(PARA EL NORTE / ALVIN J. BÁEZ)

(PARA EL NORTE / ALVIN J. BÁEZ)