Carmen Yulín: "El número 4,645 es un reflejo de esa negligencia y ese silencio "
Pesquera dijo hoy que pensó que la gorra con el 4645 era una forma de endoso al presidente y la alcaldesa le responde.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, dijo hoy que la cifra de muertes por el huracán María es mucho mayor a la que el gobierno ha querido reconocer, y que el número 4,645 que usó en una gorra recientemente es en reconocimiento a esas personas fallecidas y en denuncia a "el silencio" y "negligencia" que causó muertes tras el fenómeno atmosférico.
Hoy el secretario del Departamento de Seguridad Pública, Héctor Pesquera, dijo en WKAQ que pensó que la gorra con el número 4,645 era una forma de endoso a Trump por parte de la alcaldesa porque el número terminaba en un 45. En la historia de Estados Unidos se han elegido a 45 presidentes, siendo Trump el número 45.
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— Carmen Yulín Cruz (@CarmenYulinCruz) May 30, 2018
“Yo no voy a entrar en política, ella (Cruz Soto) tiene su opinión, se la respetamos. Pero yo creía que, ¿qué número tiene la gorra, perdón? ¿46 que? ¿4645?, yo creía que el 45 era una referencia a que se había cambiado al presidente Trump pero aparentemente no, era el número de muertes que el estudio de Harvard dice”, respondió el secretario del DSP.
En días recientes el número 4,645 ha sido ampliamente discutido y tema de portada de rotativos como la cifra de muertos estimada por un estudio del huracán Maria, preparado por el New England Journal of Medicine adscrito a la Universidad de Harvard.
Primera Hora solicitó una reacción de la alcaldesa a las expresiones de Pesquera. Esta envió unas extensas declaraciones, que reproducimos a continuación:
"Lo dije y lo repito esto no se trata de política se trata de salvar vidas. Eso es algo que muchos no entendieron y no entienden. Semanas después del huracán María era evidente que la negligencia del gobierno federal iba a tener consecuencias.
El Presidente Trump actuó como si nuestras vidas no importaran y esa falta de urgencia tuvo consecuencias fatales. La verdad se podía ver si uno salía a las calles. Pero para hacer eso había que dejar la comodidad del aire acondicionado del Centro de Convenciones. Lo cierto es que en ese momento todos tuvimos que tomar una decisión: hablar o quedarnos callados ante esta injusticia. Yo decidí decir la verdad de lo que estaba pasando: nos estábamos muriendo y nos estaban matando con su burocracia y su ineficiencia.
Otros en Puerto Rico decidieron quedarse callados y decir que el Presidente, definitivamente, les había dado todo lo que habían pedido. Al decir eso y negar las dolorosas carencias de nuestra gente y las evidentes consecuencias, le dieron permiso al Presidente para no hacer lo que había que hacer. Cuando tuvieron que sacar la cara por nuestra gente prefirieron callar y al hacerlo, quizás sin pensarlo, se convirtieron en cómplices de lo que estaba pasando y lo que todos sabíamos que iba a pasar. Una y otra vez prefirieron no decir la verdad y encubrir la violación de derechos humanos que se cometió contra Puerto Rico. Sí, porque negarle agua, comida y medicina a la gente es violarle sus derechos y negarle la dignidad que merecen.
Ahora pelean por si el número es más o menos y reclaman que no van a jugar a la política. Precisamente, por jugar a la política y tratar de hacer quedar bien fue que no dijeron la verdad. ¿Y cuál es esa verdad? Que los muertos fueron mucho más que 64, muchos más. Esa es la verdad. Punto. No hay que darle más vuelta.
En un momento de mucho dolor y desesperación yo decidí decirle al Presidente Trump de frente que esto no se trataba de política se trataba de salvar vidas. El Gobernador decidió tomar otro camino. Un camino que ahora trata de deshacer pero ya es demasiado tarde.
La verdad es que donde el Gobierno Americano falló, los boricuas de la diáspora, los latinos y el pueblo americano abrieron su corazón y se desbordaron en ayudarnos.
Las muertes ocurridas porque unos no hicieron lo que tenían que hacer y otros callaron ante la injusticia no pueden quedarse en el olvido. El número 4645 es un reflejo de esa negligencia y ese silencio. Pelear por si son más o menos es perderse en la vieja táctica de atacar al mensajero porque no les gusta el mensaje. Repito pueden ser más o menos pero el gobierno de Puerto Rico sabe que no son 64. Saben que esa no es la verdad.
Yo seguiré reclamando a los cuatro vientos que se nos trate con dignidad. Porque no son las sonrisas de los que pude ayudar las que recuerdo, es saber que no pude hacer más, es saber que no pude llegar a todos los que necesitaban lo que me pesará toda la vida.
Ahora tenemos dos opciones: honrar la memoria de los que murieron diciendo la verdad y reclamando de pie y en una sola voz lo que nos corresponde o seguir peleando entre nosotros y seguirle el juego a los que nos fallaron. Yo seguiré con ese número 4,645 en la frente como estoy segura que los boricuas de buena voluntad seguirán con ese número en el corazón. Porque después de todo encarar la verdad de frente y exigir dignidad de pie será lo que nos permita transformar al país para que no haya ni una muerte más porque un boricua no tiene agua, comida ni acceso a electricidad ni medicinas.
Defender lo que no tiene defensa nos atrasa a todos. Dejemos ya la pelea chiquita, la que nos divide y nos destruye. Hoy comienza la temporada de huracanes y hay gente sin casa, gente sin techo, gente sin luz en Yabucoa y sin agua en Morovis. Esa es la pelea grande; esa es la pelea que da nuestra gente todos los días. Esa es la pelea que yo voy a dar”.