Capitolio no pagó luz por los pasados cuatro años ni agua en los pasados dos años
Presidente cameral habla de la millonaria deuda dejada en la Superintendencia del Capitolio, la cual asciende a $4.3 millones.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Deudas ascendentes a $4.3 millones, que incluyen no haber pagado los servicios de energía eléctrica por los pasados cuatro años y no pagar el agua por los pasados dos, fue lo que dejó la pasada administración de la Superintendencia del Capitolio en este cambio de liderazgo político, según confirmó el ahora superintendente del Capitolio, el exrepresentante Cesar Hernández Alfonzo.
En el pasado cuatrienio, el mando de la Superintendencia de Capitolio estaba bajo el Senado, el cual era presidido por Thomas Rivera Schatz. En este cuatrienio, sin embargo, es la Cámara de Representantes, presidida por Rafael “Tatito” Hernández, quien tiene el control de esta entidad a cargo de todo el Distrito Capitolino, que incluye oficinas legislativas y edificios en la zona de Puerta de Tierra.
“Para estar claro, la administración formal de la Asamblea Legislativa por parte de nuestra delegación comenzó el lunes”, aclaró Hernández, al explicar a la prensa el grave cuadro fiscal que enfrenta la Superintendencia del Capitolio y que conoció el lunes pasado.
Denunció que, durante el pasado cuatrienio, no se presupuestó dinero para pagar gastos de agua y luz en la Casa de las Leyes.
“No hay ninguna justificación”, afirmó en una conferencia de prensa.
Esta situación llevó a que durante todo el pasado cuatrienio no se pagara el servicio de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Al día de hoy, la deuda acumulada con esta corporación pública es de $2,897,492.20, precisó Hernández Alfonzo.
Entretanto, el servicio de agua potable se pagó solo por los primeros dos años del cuatrienio. Los pasados dos años se dejó de enviar la mensualidad y se acumuló una deuda de $829,412.90, especificó el actual superintendente del Capitolio.
Ante esta situación, el presidente cameral informó que el pasado martes se reunión con los dirigentes de la AEE, Efran Paredes, y de la AAA, Doriel Pagán, para hablar de la deuda y decirles que no hay dinero presupuestado en los próximo seis meses para saldar lo adeudado. Aceptó que su preocupación era que la situación se tornase en “una noticia negativa” y les cortaran los servicios básicos.
Informó que el acuerdo que se llegó con ambas corporaciones es que no se realizaría el corte de servicio y que desde julio próximo comenzarían a emitirse desembolsos del plan de pago que se configuraría, así como del gasto corriente de agua y luz del Capitolio.
Hernández explicó a la prensa que espera recibir de la AEE y la AAA una notificación de “aportación mínima y el plan de pago lo más largo posible” para poder cumplir con el compromiso económico.
“Aquí hay un sinnúmero de obligaciones. Aquí es obvio que en todo esto administrativo hay unas grandes fallas. Hay unos señalamientos serios en los propios documentos que se desprenden de la transición por los auditores. Señalan serias incapacidades administrativas, señalamientos materiales desde el punto de vista contable de irregularidades administrativas. Así que lo responsable por nuestra parte era rápido sentarnos con ellos (la AEE y AAA). Nos reunimos con los directivos y se pusieron a nuestra disposición y se comprometieron a no cortarnos ni el agua ni la luz y nosotros poder hacer nuestro requerimiento de recursos en el proceso presupuestario para poder comenzar a pagar efectivamente y de forma responsable de julio en adelante”, explicó el líder cameral.
Pero, lo deuda de la Superintendencia del Capitolio va más allá de que no se pagó el agua y la luz. El actual superintendente informó que se dejaron de pagar beneficios marginales a los empleados, como retiro, plan médico y plan dental, así como a la Asociación de Empleados del Estado Libre Asociado (ELA) por un monto de $157,000.
Además, hay una deuda por servicios de seguridad de $166,000, así como otra deuda de $221,000 porque en diciembre pasado no se pagaron las primas de los seguros del Distrito Capitolino.
La suma de todas las deudas es de $4.3 millones, precisó Hernández Alfonzo.
Añadió que en la cuenta operacional de la Superintendencia solo le dejaron $220,000 y la cuenta de nómina quedó en cero.
“Por esa razón se hizo la declaración de emergencia fiscal”, sentenció el presidente de la Cámara.
Entre las medidas que el presidente mencionó que se realizarían para resolver la situación fiscal de la Superintendencia está el cobro a los cuerpos legislativos por mejoras realizadas. Aceptó que la Cámara adeuda unos $2 millones a esa entidad.
También mencionó que se ordenará una auditoría forense tanto en la Cámara de Representantes como en la Superintendencia del Capitolio.
Además, informó que ayer se reunió con personal de la Agencia federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) para acceder a fondos de recuperación de los huracanes Irma y María. Es que la pasada administración de la Superintendencia no hizo ni un solo reclamo a la agencia federal por daños relacionados a los ciclones, según denunció Hernández.
El superintendente del Capitolio explicó que solo se recibieron $6.8 millones de parte de la aseguradora de Mapfre por los daños registrados.
Ante este marco fiscal denunciado desde la Cámara de Representantes, el presidente del Senado, José Luis Dalmau, reaccionó.
“Me parece, verdad, que no se tomó acción aquí con los mecanismos correspondientes. Aquí hay unos secretarios de administración, aquí hay unos auditores. Pero, si bien es cierto que se incumplió con obligaciones, como, por ejemplo, el pago del agua y el pago de la energía eléctrica, ¿esas agencias vinieron a cobrar o vinieron a cortar la luz o el agua en algún momento? ¿Hicieron algún acto efectivo para hacer cumplir? Eso hay que preguntarlo también”, indicó.
Dijo que en el Senado no hay deficiencia presupuestaria. Sin embargo, en la Oficina de Servicios Legislativos, que era administrada el cuatrienio pasado por la Cámara de Representantes, sí se detectó un déficit en algunas cuentas. No obstante, no supo indicar la cantidad.