Al aceptar la derrota electoral, David Bernier afirmó esta noche que los resultados de la contienda obligan no solo a su Partido Popular Democrático (PPD) a reorganizarse como institución, sino al resto de los partidos tradicionales a reflexionar sobre el papel que juegan en el modelo político y a impulsar cambios si se quieren mantener como alternativa viable de cara al futuro.

Poco antes de las 7:00 p.m., Bernier aceptó su derrota en una conversación privada que sostuvo vía telefónica con el gobernador entrante, Ricardo Rosselló Nevares, del Partido Nuevo Progresista (PNP), y minutos después llegó hasta la sede del PPD, en Puerta de Tierra, para reconocer públicamente que no tuvo éxito en su intención de llegar a La Fortaleza en enero.

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"Hoy nos toca evaluar el resultado electoral, desearle lo mejor a quienes fueron electos y dejarles claro que vamos a continuar la ruta de transformación de esta institución política", manifestó el presidente del PPD durante una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por su esposa, Alexandra Fuentes, y el también derrotado candidato popular a comisionado residente en Washington D.C., Héctor Ferrer.

"Aquí hay un planteamiento específico a las tres instituciones políticas históricas que si no se transforman van a dejar de ser alternativa", agregó.

No mencionó, sin embargo, ni el alcance ni la forma que cobraría esa reestructuración del PPD. Fueron muy pocos los candidatos a puestos electivos que estuvieron con Bernier en el momento en que aceptó su derrota ante Rosselló Nevares. El grupo estaba compuesto por los candidatos al Senado Eduardo Bhatia, José Nadal Power y Rossana López, y el candidato a representante por acumulación Manuel Natal.

“Le deseo lo mejor a los funcionarios electos porque, si les va bien, le va bien a Puerto Rico”, afirmó el líder de la Pava.

Bernier no quiso abundar sobre las razones que provocaron la derrota del PPD, y no quiso señalar específicamente a los candidatos independientes Alexandra Lúgaro y Manuel Cidre como factores determinantes. En cambio, su director de campaña, Ferdinand Mercado, manifestó más temprano que los votos acumulados por ambos aspirantes independientes sí tuvieron un rol decisivo.

El presidente del PPD fue enfático en que, desde que decidió aspirar a la gobernación, llevaba una “carga pesada” sobre sus hombros debido a la crisis en la que estaba sumido el partido, principalmente por el caso federal de corrupción gubernamental encabezado por el recaudador de la colectividad, Anaudi Hernández.

Aunque no quiso atribuirle los resultados de la contienda, Bernier admitió que Lúgaro logró aglutinar a un número significativo de personas descontentas con el sistema político tradicional y con el modelo de gobernanza.

“Su campaña logró coagular una insatisfacción hacia los partidos políticos tradicionales, una insatisfacción hacia el gobierno, utilizó de manera muy efectiva un proceso nuevo de comunicación social que se tradujo en votos, sin duda, es parte de la transformación de hacer política en Puerto Rico y en todas partes del mundo”, afirmó.

Con el 95.43% de los colegios escrutados, Rosselló Nevares se consagró como el ganador de la contienda por la gobernación con 637,990 votos (41.77%). Bernier quedó en la segunda posición con 595,440 sufragios (38.98%), y Lúgaro culminó tercera en la carrera con 169,237 votos (11.08%).

Ferrer, por su parte, se hizo eco del llamado a la transformación del partido que hizo Bernier.

"Ante lo imposible hace un año, por poco logramos lo posible, ante toda adversidad”, dijo Ferrer durante la rueda de prensa.

Ferrer manifestó que, a pesar de los resultados adversos, el PPD demostró fortaleza la asegurar 45 de las 78 alcaldías.

"A veces cuando uno pierde uno gana, y el PPD le debe a David Bernier su existencia en el día de hoy”, sostuvo el aspirante a comisionado residente a Washington D.C.

“Aquellos que le hicieron daño a este partido, que sepan que no nos van a derrotar, que sepan que aquí no tienen espacio”, puntualizó Ferrer.