Aumentan los abandonos de animales con el huracán Fiona
Los albergues están hasta el tope y hacen maniobras para atender la crisis que existe hace años, pero que acrecienta siempre que hay una emergencia como huracanes o terremotos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Los han dejado atados a collares por semanas, otros han sido lanzados moribundos a la calle dentro de bolsas plásticas o cajas selladas con poca o ninguna ventilación y existen los que han sido abandonados en instalaciones médicas a donde sus dueños han acudido a buscar auxilio por complicaciones de salud.
Son mascotas -en su mayoría gatos y perros- que nuevamente ponen en perspectiva el problema de sobrepoblación de animales callejeros que hay en Puerto Rico y que se ha exacerbado luego del paso del huracán Fiona.
El escenario resulta una pesadilla revivida para los encargados de atender los refugios de animales en Puerto Rico, donde se experimentó una situación similar hace cinco años, luego del azote del huracán María (2017).
“Usualmente, respondemos a los mensajes que nos envían a través de nuestras páginas en redes sociales. Antes atendíamos unos 200 mensajes semanalmente y ahora se han triplicado, porque la gente abandonó a sus animales con Fiona y se fueron. Aunque quisiéramos, no podemos rescatarlos a todos. Este es un fenómeno que lo vimos también cuando el huracán María. Cada vez que hay un evento así, algunas personas se van y dejan sus animales”, destacó Sharon Deliz, portavoz de Rabito Kontento, una organización sin fines de lucro fundada en 2012 en Hatillo y enfocada en rescatar y dar servicios a perros abandonados, heridos, maltratados y sumamente enfermos.
El abandono de un animal es un delito grave de cuarto grado, que conlleva una imposición de reclusión de entre seis meses y tres años, de acuerdo a la Ley para el Bienestar y la Protección de los Animales (Ley 154-2008).
El año pasado Rabito Kontento rescató a 347 mascotas que, tras ser atendidas en clínicas veterinarias -donde fueron vacunados y esterilizados- se trasladaron a “foster homes” (hogares temporeros), mientras se encaminó un proceso para buscarles un espacio permanente, seguro y lleno de amor. Este año han salvado más de 200 vidas.
“Pero, ahora mismo, estamos llenos a capacidad porque han sido días fuertes después del huracán Fiona. Hemos tenido días en los que hemos rescatado hasta 12 mascotas... se trata de animalitos que vivieron en hogares y cuando están en la calle no saben defenderse y los ves desesperados porque no saben sobrevivir en estos entornos. Y no se trata solo de perritos, también tenemos gatitos. Ahora mismo tenemos en recuperación a un gatito que abandonaron dentro de una caja. Es un gatito que llegó sin ojitos y está batallando por sobrevivir. Y es que el asunto con los gatos se complica porque son marginados. Nadie quiere adoptar gatos. Los gatos que acogemos se tardan mucho en encontrar un hogar. El año pasado tuvimos un año completo una gata. Con los perritos esa dinámica cambia porque es lo que busca la gente que quiere adoptar”, acotó Deliz.
Aunque en Puerto Rico no hay un censo oficial sobre animales realengos, en los albergues se habla de que el escenario pudiera ser de 300 mil perros y cerca de un millón de gatos en las calles.
La situación se complica con las colonias de gatos, pues las hembras pueden llegar a preñarse hasta tres veces en 12 meses, lo que provoca un problema de sobrepoblación que cada día se hace más difícil de manejar.
Los encargados de los refugios en Puerto Rico puntualizan que el exceso de animales empeoró desde que se cesaron los eventos como el Spayathon for Puerto Rico, una excelente iniciativa que impulsó la ex primera dama, Beatriz Rosselló, y con la que se lograron esterilizar en la isla más de 50,000 animales en un periodo de tres años.
“La eutanasia no es la solución. Hay que esterilizar y castrar para controlar la población de animales”, sostiene por su parte Carmen Cintrón del Santuario Canita, un albergue ubicado en Guayama. Actualmente, el santuario hospeda a más de 700 animales, incluyendo a decenas que han sido abandonados por personas que no pueden cuidarlos, o que los echaron al olvido para atender la emergencia provocada por el huracán Fiona, una tormenta que afectó con furia la zona sur y oeste de la isla.
“Las personas se fueron y esos animalitos están perdidos o abandonados en las viviendas”, acota Cintrón al aclarar que ya no puede aceptar más animales en el santuario, al menos hasta que la matrícula baje un poco tras concretarse los procesos de adopción, en su mayoría, en hogares de Estados Unidos. El año pasado, más de 500 animalitos encontraron un hogar feliz a través de las iniciativas que se llevan a cabo en Canita.
La mujer se siente agobiada al explicar las maniobras que hace para atender a la población de perros y gatos rescatados. Aunque menciona que el lugar está lleno a capacidad, hay ocasiones en que ha hecho excepciones, como ocurrió hace un par de semanas cuando la alertaron de que un perro pastor alemán “precioso” había sido abandonado en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Arroyo. Según le contaron, su amo fue a buscar auxilio clínico al lugar, pero no supo precisar qué ocurrió con el paciente.
“El animalito es una belleza de perro. Está flaco, porque llevaba días deambulando en el CDT y corriendo detrás de cada carro que llegaba, parece que para chequear si era su dueño. No lo pude dejar. No pude. Me lo traje y se está recuperando”, explicó la mujer que también acogió mascotas de personas que murieron por COVID durante la pandemia.
Describe este tipo de casos como “especiales”, tal como ocurrió esta semana cuando en la ruta que realiza para alimentar a los “callejeritos” -como le llaman a los perros y gatos de la calle- vio una camada de canes recién nacidos.
“Los vi y dije: ‘Dios mío, ¿qué es esto?, ¿qué mundo tan miserable?’. Y también me los traje. Ya estoy llena, pero son casitos que no puedo ignorar. Mi problema es que somos solo tres mujeres atendiendo el santuario, porque mi esposo enfermó. Es mucho trabajo y son muchos gastos. Pero Dios le da a uno la fortaleza para seguir”, explicó al agregar que invierte más de $4,000 solo en alimentos. Además, la finca debe arreglarse, pues el huracán destruyó algunos espacios donde se ubicaban las jaulas.
Cintrón asegura que no ha recibido ninguna ayuda del gobierno. De hecho, mencionó que personal de la Compañía de Turismo ofreció ir a la zona a esterilizar a 200 mascotas y nunca llegó.
“No pido dinero. Ni un vellón quiero en efectivo. Lo que exijo es que se devuelvan los servicios que se daban antes, de operación y vacunación. Si eso no se hubiera detenido, la población estaría más controlada”, dijo en referencia a Spayathon.
¿Qué hace el gobierno?
El gobernador Pedro Pierluisi ordenó en mayo de 2021 la creación de un Grupo Asesor para la Protección y Seguridad de los Animales (GAPSA) que preside el veterinario y oficial de Asuntos de Salud y Bienestar Animal, José Arce.
El Primer Ejecutivo señaló durante el anuncio que este comité procuraría medidas para detener la sobrepoblación de animales domésticos, como perros, gatos, cerdos y caballos, situación que se estima empeoró tras los azotes de los huracanes Irma y María en el 2017.
Según la Orden Ejecutiva 2021-23, el grupo tiene tres objetivos: establecer un registro de animales, la promoción de la esterilización y la creación de una campaña educativa para promover la salud, el cuidado y la protección de los animales domésticos.
En entrevista con Primera Hora, el doctor Arce reconoció que el problema de sobrepoblación de animales y limitaciones en los refugios -por estar llenos a capacidad- son situaciones que se enfrentan desde antes del paso de Fiona y que pudieron agravarse luego del ciclón.
“Por eso se creó el comité. El gobernador nos crea a nosotros para bregar con los problemas de sobrepoblación animal”, reconoció.
En cambio, contrario a lo que opinan los operadores de refugios, dijo que eventos como Spayathon no resuelven el problema, sino que lo controlan por el tiempo en que se lleven a cabo los eventos.
“Estamos convencidos que una campaña educativa, aunque no es palpable al momento, cambiará el paradigma que hay en Puerto Rico. Lo que buscamos es que a través de la educación se esterilice el 90% de los animales que la gente adopta”, acotó sin ofrecer detalles sobre cuál sería el plan a seguir con las decenas de miles de animales realengos que hay en la isla.
Aun así, dijo que a través de la Compañía de Turismo se han establecido actividades de esterilización de perros y gatos, pero a menor escala que la que se promovía con Spayathon. Para estos fines se han destinado $250,000 y el enfoque es llegar a municipios donde están limitados los servicios veterinarios.
Otro paso que ha dado GAPSA es apoyar una medida legislativa -el Proyecto del Senado 661- que promueve la esterilización y establece la obligatoriedad de la vacunación contra la rabia y la creación de un registro de mascotas mediante microchip.
La inscripción de los animalitos se llevaría a cabo con el apoyo del Colegio de Médicos Veterinarios y al cabo de dos años el proceso pasaría al Departamento de Salud.