Aunque la calle aparenta abrazar la diversidad de candidaturas que presentan los partidos minoritarios e independientes para la gobernación de Puerto Rico, dos analistas consultados por este medio coinciden en que los comicios de hoy se decidirán entre “rojos y azules”.

No obstante, la ruta que marcaron los eventos del verano de 2019 aleja al electorado de votar masivamente por las colectividades que componen el bipartidismo, por lo que esperan una elección bastante cerrada en cuanto a la gobernación e, incluso, una nueva composición de la asamblea legislativa representada por movimientos emergentes y tradicionales.

El catedrático de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica, Javier Echevarría Vargas, vaticinó que los resultados para la gobernación podrían desencadenar un panorama sin precedentes en la historia de Puerto Rico.

“La participación (de electores) de los otros partidos de minoría tanto emergentes como más tradicionales podría ser significativamente mayor. Eso podría darnos una situación sin precedentes en la historia de Puerto Rico en la que tengamos un gobernador que ni siquiera llega al 40 por ciento del respaldo de la población. Así que eso significaría que estaría electo por menos de 4 de cada 10 electores y eso podría poner en tela de juicio la legitimidad de un gobernante que no tenga el concurso mayoritario de la población puertorriqueña”, explicó.

“Lo que estoy percibiendo es que la contienda va a estar cerrada y estamos evaluando desde el punto de vista de la gobernación. Estas elecciones son tan poco predecibles desde ese punto de vista por el hecho de que están mostrando una realidad que anteriormente no habíamos percibido y, significativamente, el aspecto de una juventud que busca encontrar un nuevo Puerto Rico, la esperanza hacia el futuro, podrían estar tomando una decisión que no son las decisiones tradicionales ortodoxas que habíamos conceptualizado anteriormente”, argumentó.

Echevarría Vargas trajo a colación los resultados de la pasada elección, cuando el entonces gobernador electo Ricardo Rosselló solo alcanzó el 42% de los votantes, seguido por el 39% que avaló a David Bernier del PPD y luego la entonces candidata independiente Alexandra Lúgaro con el 11%.

“Para Alexandra Lúgaro eso podría incrementar en estas elecciones por el hecho de que ahora está apoyada por toda una institución y un conglomerado de personas en su movimiento. Además, estoy visualizando un Partido Independentista con una candidatura mucho más atractiva que la del 2016 en Juan Dalmau, que podría significar un aumento de lo que obtuvo en la ocasión pasada que estuvo apenas en el 2%. Eso arroja un panorama estadístico extremadamente interesante en lo que va a ser las elecciones desde el punto de vista de la gobernación”, manifestó.

“Pero hasta que esa nueva realidad esté madura, la prevalencia del bipartidismo me parece que por lo menos en este momento va a continuar. No es necesariamente deleznable por el hecho de que tiene su virtud igualmente de que haya un sistema bipartita, pero podríamos estar viendo esa realidad de manera paulatina, si es que ello se da”, resaltó.

En eso coincidió el abogado constitucionalista y también catedrático de la Escuela de Derecho de la Católica, Pedro Ortiz Álvarez, al señalar que el País continuará con gobernantes penepés y populares, aunque cada vez con menor apoyo del electorado.

“Si estamos hablando de la gobernación, deben ser unas elecciones cerradas entre los dos partidos principales que son los que tienen posibilidad de prevalecer. En ese sentido, los partidos minoritarios tienen algún impacto en cuanto a gente que podría irse para un lado o para otro, pero la gobernación está entre el candidato popular y el candidato del PNP… no tengo la menor duda. No pienso que sea un margen significativo, creo que va a ser una elección bastante cerrada”, auguró.

“Los partidos minoritarios como Proyecto Dignidad contienen fuerzas de muchas raíces, una población electoral significativa y, aunque las bases de los dos partidos han disminuido, más o menos en números muy parecidos, pero no le veo posibilidades. Creo que van a constituir una tercera fuerza, especialmente si nos vamos a una ecuación combinada entre Victoria Ciudadana y el Partido Independentista, podrían constituir un bloque en un sistema político… es un efecto, pero las posibilidades de ganar la gobernación, yo no le veo ninguna”, insistió.