Ateos protestan contra una estatua en Guaynabo
Se alega que el Cristo Redentor viola la disposición constitucional que ordena separación de iglesia y estado.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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El grupo Ateístas de Puerto Rico solicitó al alcalde de Guaynabo Héctor O'Neil que remueva la estatua de Cristo Redentor que construyó en la rotonda del conector de Los Filtros en dicho municipio y que fue inaugurada en octubre pasado, según se informó hoy.
La entidad le concede 30 días al alcalde para remover la estatua o de lo contrario se acudirá a "los foros pertinentes", según un comunido de prensa del grupo que alude a una misiva firmada al Municipio por parte de Shirley Rivera, presidenta de Ateístas de Puerto Rico.
La sección 3 de la Carta de Derechos en la Constitución de Puerto Rico, especifica que no se aprobará ley alguna relativa al establecimiento de cualquier religión ni se prohibirá el libre ejercicio del culto religioso. “Habrá completa separación de la iglesia y el estado”, cita la Carta Magna.
La estatua del Cristo Redentor ubicada en la rotonda del Conector de la avenida Los Filtros en Guaynabo, fue pagada con fondos municipales asignados para dicha vía pública. El proyecto del conecto, que incluye la estatua, costó unos $16 millones, se indicó,. “La estatua es un endoso tácito al cristianismo y expone el envolvimiento excesivo del Municipio de Guaynabo con una religión particular, en este caso, el cristianismo”, explicó Rivera.
Ateístas de Puerto Rico recibió varias denuncias por parte de residentes de Guaynabo quienes no son practicantes de la fe cristiana y sienten estar desprotegidos tras la instalación de la mencionada estatua religiosa la cual amenaza su libertad de culto.
“Negarse a retirarla expone al municipio a pleitos con sus consecuentes gastos al erario”, finalizó diciendo la presidenta de la organización que cuyos inicios se datan desde el 2014.
O'Neill es actualmente objeto de investigación por parte del Departamento de Justicia en relación a la transacción de una demanda por acoso sexual, por la cual el gobernador Ricardo Rosselló hace casi dos meses le pidió la renuncia, pero el alcalde ha ignorado el reclamo.