Nota: Este es el segundo de siete artículos que conforman un reportaje sobre el rol de la juventud en las elecciones de noviembre y el esfuerzo de los partidos políticos por captar el voto de los jóvenes.

Las manifestaciones del Verano Boricua del 19, donde miles de personas, en su mayoría jóvenes, tomaron las calles del País, no fueron exclusivamente por el vergonzoso chat que tenía Ricardo Rosselló con sus asesores más cercanos, sino que fue un “desdén en contra del sistema de corrupción y de ineptitud”.

“Parece que populares y penepés no han escuchado cuáles fueron los reclamos y por qué se dio el Verano del 19. Están perdiendo la oportunidad de hacer algo para, por fin, cambiar la percepción que tiene la mayoría de los jóvenes. Van a tener un arduo trabajo para volver a recuperar la confianza de los jóvenes, la mayoría no siente que los partidos o la estructura partidista los representa o los toma en consideración”, analizó Mayra Vélez, catedrática en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras.

La experta resaltó que los jóvenes nacidos en el nuevo milenio –y que algunos votarán por primera vez en 2020– solo tenían seis años cuando comenzó la crisis y no han vivido otra cosa.

“A esta generación de la crisis se le hace bien difícil creer que dentro de la política partidista puede haber soluciones porque ya los han defraudado todos. Les han robado tener una vida digna en Puerto Rico”, sostuvo.

“Los jóvenes puertorriqueños son la generación de la crisis. Llevan más de una década que lo que ven es que el País no le puede brindar nada y que no se resuelve nada, no ven futuro, no ven un cambio, no ven algo en lo que puedan tener un rayo de optimismo. Son 10-13 años de mucho desasosiego, de mucho pesimismo y lo que ven es que hay otros que sí están aprovechando la crisis, que ciertos grupos siguen haciendo mucho dinero dentro de las estructuras partidistas. Esto ha llevado a que muchos jóvenes se sientan completamente desilusionados con la política formal, con la política institucionalizada”, añadió.

Como ejemplos recientes, mencionó la fallida compra multimillonaria de pruebas para detectar COVID-19, el manejo de los terremotos y los almacenes “escondidos”.

Sin embargo, la profesora destacó el liderazgo y la movilización de los jóvenes durante las pasadas emergencias.

“Habían muchos esfuerzos que eran liderados por los jóvenes. No era la gente mayor, eran chamaquitos de 16, 17, 20 años, que ellos mismo colectaron bienes o consiguieron dinero. Entonces, consiguieron un truck y se fueron para el sur a repartir. Eran muchos, muchos, jóvenes. Con su poco capital social, muchos de ellos no eran gente pudiente. Se vio ese compromiso que, a pesar de que no tienen mucho, todavía tienen un compromiso con Puerto Rico”, manifestó.

Por esta razón, Vélez se mostró optimista en que pueda ocurrir un cambio en la política boricua. “Esta generación de la crisis sabe que le toca a ellos y a nadie más”, puntualizó.

Para esto, destacó que Alexandra Lúgaro atrajo a parte de esa juventud en las pasadas elecciones y prevé que el Movimiento Victoria Ciudadana, si utiliza un mensaje antisistema, podría capturar esos votos. Sin embargo, para lograr el cambio, los jóvenes tienen que inscribirse e ir a las urnas.

“Aquí el reto tanto de Victoria Ciudadana como de los demás candidatos que se han lanzado a la gobernación es inscribir, inscribir, inscribir. Como hizo [Barack] Obama en 2008. Yo creo que ese va a ser el reto, más allá del mensaje. Si se logra un aumento de jóvenes inscritos yo creo que va a ser una sorpresa electoral lo que vamos a estar viendo”, señaló.

¿Por qué no considera al Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) como una opción fuera del bipartidismo?, le preguntó Primera Hora.

“Por el hecho de que el Partido Independentista en las pasadas elecciones, que a todas luces era el que tenía un mensaje más coherente, no tuvo tanta participación como Lúgaro, que obtuvo 11%. Por eso se me hace difícil ver que el PIP puede ser una alternativa, porque llevan varios cuatrienios que ni siquiera quedan inscritos, que no obtienen ese 5%. Puede haber milagros, uno no puede predecir, pero, dado las elecciones pasadas, veo eso un poco más difícil”, opinó.

Y si la participación juvenil en los comicios de noviembre volviera a ser poca, sería una señal “de lo debilitada que está la legitimidad del sistema electoral y del sistema democrático en Puerto Rico”.

Aunque reconoció que no participar del evento electoral “es una expresión legítima” de la democracia, en un sistema tan cerrado como el bipartidismo, “la abstención no va a acabar con los problemas que estamos teniendo con los partidos que se han alternado en el poder”. Más bien, ve como mecanismos de cambio una combinación entre las protestas, el voto y la participación de las comunidades.

“Si queremos acabar con este tipo de problemas o con el bipartidismo o con esta falta de fiscalización, tenemos que, mínimo, empezar llenando escaños en la Legislatura de manera que no haya un partido de supermayoría y eso requiere la participación de todos, especialmente de los jóvenes. Especialmente esta clase graduanda del 2020 que en los últimos años ha visto huelga, huracanes, crisis política, pandemia, meteoritos, sequía”, resaltó.

Los otros artículos del reportaje son:

- La generación de la crisis busca alternativas distintas para el 2020

- Movimiento Victoria Ciudadana: los jóvenes “no hemos visto un país en progreso”

- PIP: “La juventud fue protagonista en el Verano del 19 y puede serlo en las próximas elecciones”

- PNP: los jóvenes “están cansados de las mismas políticas, de las mismas mentiras, de la misma corrupción”

- PPD: “Los partidos tienen que entender que se transforman o mueren”

- Proyecto Dignidad convencido en que captará el voto joven con la “firmeza en sus valores”