Amargo camino para la UPR
El catedrático Efraín Vázquez Vera opina que es posible una institución independiente del fondo general, pero si transforman el sistema.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Así lo ve el doctor Efraín Vázquez Vera, exrector del recinto de Humacao, al opinar que las propuestas actuales para recortar $300 millones en el presupuesto de la institución no conseguirán los ahorros esperados y lo que harán será matar el acceso a la educación superior de la población de escasos recursos.
“Por décadas se ha dependido de la fórmula (ingreso anual proveniente del Fondo General), pero hay que transformar eso a un nuevo sistema donde el Estado pueda darle cinco o 10 años a la universidad, por ejemplo, para que los fondos del presupuesto vayan disminuyendo, pero que a la vez la universidad genere sus propios ingresos. Lo que se está haciendo ahora es apresurado, sin incluir una verdadera reforma”, evaluó ayer el catedrático en entrevista con Primera Hora.
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Independizar los recintos de Ciencias Médicas, Río Piedras y Mayagüez; cerrar los restantes ocho o especializarlos, e implementar el modelo de matrícula ajustada a los ingresos son algunas de las propuestas que han lanzado al ruedo la administración de Ricardo Rosselló Nevares y otras voces desde la Legislatura. La comunidad universitaria las ha rechazado.
“En vez de proponer todo eso lo que hay que hacer es tomar las medidas para que la UPR genere sus propios ingresos. La universidad tiene que ser cada vez más independiente de los fondos públicos”, señaló el doctor en relaciones internacionales.
“Creo que hay unanimidad en que la UPR quisiera ser lo más independiente posible, pero ahora mismo tiene una cantidad de reglamentos que limitan esa capacidad. Eso se ilustra en todas las empresas universitarias, cuyas ganancias van a un fondo de la administración central, no para los recintos. Si otorgas mayor independencia a los recintos para que estos puedan buscar dinero del sector privado, estoy seguro que podrían ser autosustentables”, explicó Vázquez Vera.
Sobre la idea de independizar los tres recintos más grandes, el profesor indicó que la autonomía tendría que aplicarse a las 11 unidades para que sea justa.
“La verdad es que no entiendo la propuesta ni la lógica, me parece discriminatoria entre un recinto y el otro. Yo creo que los recintos deberían ser lo más autónomos posibles en la aprobación de sus programas, en el uso de su presupuesto, en la captación de fondos, y si se va a aplicar que sea para todos”, expuso.
En cuanto a la especialización de recintos, dijo que supondría quitarles el acceso a estudiantes de un área geográfica que no puedan trasladarse a estudiar a otro pueblo.
“En esa lógica, podríamos decir que Río Piedras tiene el mejor programa de administración de empresas. Entonces, ¿vas a quitar la posibilidad de que estudiantes de la zona centro oriental no puedan estudiar eso? Alguien podría decir que viajen y se hospeden, pero si la mayoría reciben beca y más de la mitad están bajo el nivel de pobreza, eso es básicamente prohibirles que estudien”, sostuvo.
Vázquez Vera cuestionó, además, dónde estaría el ahorro con el cierre de recintos.
“Si cierras Humacao, ¿qué vas a hacer con los estudiantes, profesores y personal administrativo? Los vas a tener que poner en otro lado y no va a haber ahorro”, planteó.
Entretanto, el profesor opinó que la matrícula ajustada a los ingresos “suena como una medida lógica y simpática, pero rompe con el principio de igualdad entre los estudiantes y de que la educación debe ser subvencionada, de que el país debe invertir en la educación de nuestra juventud, además de que crearía falsas expectativas de ingresos”.
El catedrático dijo que usar las planillas de contribución sobre ingresos de los padres no sería necesariamente un mecanismo justo para determinar quién puede pagar y quién no, pues hay estudiantes emancipados que podrían tener el respaldo económico de sus familias y alumnos que vivan con sus parientes pero no reciban su ayuda.
A su juicio, la comunidad universitaria no se opondría necesariamente a un aumento de matrícula, siempre que se destine el dinero para aumentar la oferta académica, crear nuevos programas y reclutar profesores.