Altas y bajas en conductas de riesgo estudiantil
Estudio revela merma en comportamientos violentos y consumo de drogas, pero refleja aumento en intentos suicidas y vapeo entre alumnos de noveno a duodécimo grado.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Un estudio epidemiológico realizado el año pasado sobre las conductas de riesgo en adolescentes de noveno a duodécimo grado del sistema público del país reveló dos factores preocupantes: un aumento en el porciento de jóvenes que intentaron suicidarse en el último año y el hecho de que más de una tercera parte de la población -más del doble de lo que se había reflejado en 2015- indicó haber utilizado algún producto electrónico de vapor.
Los hallazgos son parte de la encuesta “Youth Risk Behavior Survey” -que se realiza en Estados Unidos y Puerto Rico cada dos años en coordinación con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), organización que elabora las preguntas del cuestionario- para buscar medir conductas de riesgo que incluyen: accidentes intencionales y no intencionales (seguridad personal); comportamientos relacionados a la violencia; acoso escolar; sentimientos e intentos de suicidio, uso de cigarrillos (tabaco) y vapores electrónicos; uso de alcohol y drogas; comportamiento sexual; y actividad física o la ausencia de esta.
“La encuesta proporciona datos que sirven de base para la implementación de programas de prevención, promoción y protección de la salud escolar, en las escuelas y la sociedad”, dijo a Primera Hora el secretario de Educación, Eligio Hernández durante una presentación exclusiva de los hallazgos.
La dinámica se hizo de forma aleatoria en 40 de las 216 escuelas públicas que agrupan a alumnos que cursan desde el noveno hasta el duodécimo grado. Actualmente, el número de estudiantes en esa población es de 86,545, según datos provistos a este diario. El estudio lo completaron de forma voluntaria 1,498 estudiantes de un total de 1,887 que se habían seleccionado. Esto equivale a un 80% de la muestra.
“Los resultados ponderados se pueden utilizar para hacer inferencias importantes referentes a los comportamientos prioritarios del riesgo de salud de todos los estudiantes regulares de las escuelas públicas y vocacionales en los grados 9 a 12”, explicó el secretario de Educación.
Subtítulo: En alza intento suicida en jóvenes
Aunque en términos generales hubo una mejoría significativa en casi todos los renglones, hay otros que levantan bandera por su incremento.
Y es que las cifras reveladas indican que el 14% de los estudiantes de escuela secundaria (lo que sería un aproximado de 12,116 alumnos que actualmente pertenecen a la población) intentaron suicidarse en los últimos 12 meses, lo que refleja un aumento de 0.3% en comparación con la encuesta que se llevó a cabo en 2017 cuando un 13.7% respondió en la afirmativa. Tanto el intento suicida como los pensamientos suicidas provienen más de las niñas que de los varones.
Según el “Informe Estadístico Anual: Casos de suicidios en Puerto Rico 2019”, un documento desarrollado por la Comisión para la Prevención del Suicidio, el Departamento de Salud y el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, entre el 2015 y el 2019 se registraron en la isla 30 suicidios en menores de 19 años. De estos, seis tenían entre 10 a 14 años y 24 entre 15 a 19 años.
Este año, las cifras de estadísticas reportadas hasta el 30 de abril por el Negociado de Ciencias Forenses es de 55 suicidios. Se desconoce cuántos casos corresponden a menores de edad, en cambio, reportes periodísticos indican que a principio de marzo una joven de 18 años se privó de la vida en su hogar en Maunabo. Mientras, trascendió que a principio de abril las autoridades investigaron el intento de suicidio de un niño de 11 años en Ponce.
Juqueaos con el vapeo
Mientras, un 35.8% de la población de noveno a duodécimo grado (aproximadamente 30,983 estudiantes considerando la matrícula actual en esos grados) indicó haber utilizado algún producto electrónico de vapor, reflejando un aumento de 13% en comparación con la encuesta de 2017 -cuando un 22.8% había contestado que sí- y más del doble de lo que se reportó en 2015 cuando un 16.7% dijo haber utilizado la peligrosa técnica de vapeo.
Los que dijeron haber fumado cigarrillo alguna vez también aumentó en un 0.5% para un total de 13.1% de todos los estudiantes en nivel secundario. En esta conducta, a diferencia de los resultados de otros años, el estudio reveló que fueron más las niñas (14%) que los varones (12.1%) los que dijeron haber fumado cigarrillo en alguna ocasión.
Según los CDC, la mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, la cual es “altamente adictiva” y puede afectar el desarrollo del cerebro de adolescentes que continúa hasta los 20 a 25 años. Además, aumenta la probabilidad de consumo de cigarrillos en el futuro.
La agencia federal indica que el aerosol que los usuarios inhalan y luego exhalan puede contener sustancias potencialmente dañinas como las siguientes: nicotina; partículas ultrafinas que pueden inhalarse y llegar al fondo de los pulmones; saborizantes como el diacetilo, una sustancia química vinculada a una enfermedad grave de los pulmones; compuestos orgánicos volátiles; sustancias químicas que causan cáncer; y metales pesados como níquel, estaño y plomo.
En la encuesta los adolescentes puertorriqueños que dijeron haber utilizado productos de vapor electrónico mencionaron el JUUL, Vuse, MarkTen y Blu como las marcas de preferencia.
En el caso del JUUL su forma es parecida a la memoria de un USB. Como otros dispositivos funciona con batería que calienta un líquido que contiene nicotina para producir un aerosol que se inhala.
“Todos los cigarrillos electrónicos JUUL tienen un alto nivel de nicotina. Según el fabricante, una sola cápsula de JUUL contiene tanta nicotina como un paquete de 20 cigarrillos regulares”, informa el CDC al advertir que este producto pareciera ser el más utilizado entre los estudiantes “incluso en los salones de clase y en los baños”.
Resultados de otras conductas de riesgo
Una visión amplia del estudio muestra que se ha avanzado significativamente en los esfuerzos por mejorar la mayoría de las conductas de riesgo – en comparación con los hallazgos de 2017- en el renglón de actividades intencionales y no intencionales y comportamientos de riesgo, las cuales incluyen haber bajado porcentualmente acciones como: portar un arma o revólver, participar en una pelea en el último año o considerar suicidarse. Además, disminuyó en un 4.5% los jóvenes que dijeron haber sido amenazados o heridos por alguien por un arma, por ejemplo, un revólver, cuchillo, una macana u otro objeto dentro de la escuela. En esa pregunta el 3% contestó a la afirmativa, versus el 7.5% que lo hizo en 2017.
¿Alguna vez te han forzado físicamente a tener relaciones sexuales sin tú quererlo?, fue otra de las interrogantes en las que 9.1% contestó que sí, versus el 12.8% que lo hizo en 2017.
También hubo una reducción marcada de sobre un 7% en los jóvenes que alegan haber sido víctimas de acoso escolar dentro de la escuela o cibernéticamente (incluye mediante mensajes de texto, Facebook, Instagram u otra red social) durante los pasados 12 meses. Las cifras del estudio actual fueron de 9.2% y 6.2%, respectivamente.
Pese al considerable progreso que también se ha logrado en la reducción del consumo de alcohol, este sigue siendo la droga de consumo más frecuente entre los estudiantes de secundaria superior. Comparado con las cifras de 2017 hubo una merma de un 1.1% en los jóvenes que respondieron haber tomado alcohol alguna vez. Este año el 59.7% dijo haberlo hecho, lo que sería el equivalente a 51,667 estudiantes que actualmente conforman a los alumnos de noveno a duodécimo grado. Los renglones de uso de drogas también disminuyó en comparación con los resultados de hace dos años. Aún así las cifras indican que 14.2% de los adolescentes usan marihuana, un 3% utiliza cocaína y un 3.1% recurre al uso de esteroides.
En comportamiento sexual las conductas de tener cuatro parejas o más y beber alcohol o usar drogas en su última relación sexual disminuyeron, aunque aumentó el porciento de jóvenes que indicaron estar activos sexualmente con un 26.3% (versus 25.5% en 2017). Asimismo, un 57.8% expresó haber usado condón en su última relación sexual. Eso refleja un 2.6% de aumento en comparación con el último estudio.
En el renglón de hábitos alimentarios se refleja un leve aumento en cuanto a aquellos que piensan “que está sobrepeso” y una disminución a la importancia de mantener un peso saludable por parte de esos mismos jóvenes.
Datos coinciden con encuesta de Assmca
Primera Hora consultó con Suzanne Roig de la Administración de Servicios de Salud y Contra la Adicción (Assmca) los aumentos reflejados en las conductas de riesgo de la encuesta del Departamento de Educación y la funcionaria reveló que los hallazgos coinciden con la Encuesta Juvenl que realiza su agencia en escuelas públicas y privadas del país.
“La realidad es que los hallazgos principales son similares a los que nos han reportado los investigadores de la Encuesta Juvenil… son datos que están en la fase final de análisis. Pero en esas dos áreas (uso vapeo e intentos suicidas) puedo afirmar que son resultaros similares a los que vimos en nuestro estudio”, expresó Roig.
Explicó que no es común recibir llamadas de menores buscando ayuda a través de la Línea PAS pues ese pedido de auxilio, cuando surge, es por parte de los padres o un adulto. Pero aseguró que no es un número significativo, comparado con el de adultos.
“Eso crea un contraste, por ejemplo, con lo que ocurre en otras jurisdicciones en Estados Unidos y otros países. Aquí por los últimos años, el promedio de menores que se suicidan se ha mantenido en ocho… pero como quiera nos preocupa y eso nos ayuda a reenfocar esfuerzos. Estos estudios a nivel nacional y local que recién salen ayudan a cambiar políticas públicas y a tono con eso el gobierno federal está bien enfocado en el tema del suicidio y nos está permitiendo acceso a fondos para atender esos asuntos. Y ese enfoque hacia los menores para nosotros juega un rol principal”, manifestó.
Dijo que tras la emergencia suscitada por la pandemia de la COVID-19 se buscarán estrategias para llegar a los jóvenes y “disuadirlos y alentarlos sobre el valor a la vida”. Se utilizarán los medios sociales y la tecnología para continuar las campañas, expresó, al indicar que el Departamento de Educación formará parte de algunas de estas iniciativas.
En cuanto al vapeo, dijo que es una conducta que recién se está midiendo y las comparables son limitadas, pero aún así los indicadores de las investigaciones de Assmca reflejan que sí se están utilizando mucho en los adolescentes, tanto de escuelas públicas como privadas.
“Nuestra encuesta refleja una alta utilización de la marihuana en el vapeo… entre lo más que nos preocupa son los riesgos que trae esta situación a la salud y el fácil acceso que tienen los jóvenes a estas herramientas tan dañinas. Además, de que hay una falsa imagen de legalidad dentro de algo que hace un daño terrible a los menores y que es, totalmente prohibido a esta población”, dijo al agregar que en muchas ocasiones los adolescentes obtienen acceso a productos de vapeo porque lo toman sin permiso de adultos cercanos que lo utilizan.
¿Qué hará Educación?
Por su parte, el secretario de Educación y la directora del programa de Salud Escolar, Nilka Vargas, afirmaron que la agencia ha establecido diversos programas de prevención de conductas de riesgo en los últimos años que involucran a los padres, maestros, trabajadores sociales, consejeros y otro personal docente.
“Hemos trabajado varias campañas en los últimos años dirigidas a estas conductas de riesgo y hemos visto una disminución en muchas de estas conductas”, dijo Hernández.
Mencionó como ejemplo el proyecto CHEES-CDC, el cual está dirigido a la prevención de VIH/SIDA e infecciones de transmisión sexual; programas de capacitación y prevención de violencia escolar y salud mental; el proyecto: Respeto a toda forma de vida, dirigido a promover el bienestar animal; las Escuelas co-educativas que trabajan con la equidad de género; el Positive Behavioral Interventions and Supports (PBIS); el programa Sanford Harmony, el cual se enfoca en el aspecto socioemocional y la creación de 820 centros de mediación de conflictos.
Además, recientemente se contrataron por dos años a 100 sicólogos y 426 enfermeras que atenderán con personal fijo a las escuelas que tengan 750 estudiantes o más. Las de menor matrícula tendrán la visita del personal de enfermería en días alternos y ese recurso se compartirá con otra escuela.
“Estamos entusiasmados con el resultado de lo que se ha hecho en términos de que ha habido disminución. No estamos satisfechos con que haya aumento en otras conductas de riesgo y hay que trabajarlas… de aquí la relevancia de que vamos a fortalecer proyectos para el próximo año académico”, resaltó.
COMPORTAMIENTOS DE ESTUDIANTES DE NOVENO A DUODÉCIMO GRADO QUE AUMENTARON
- Intentó suicidarse durante pasados 12 meses
- Estar activo(a) sexualmente
- Usar condón en última relación sexual
- Fumar cigarrillos
- Usar productos electrónicos de vapor
COMPORTAMIENTOS DE ESTUDIANTES DE NOVENO A DUODÉCIMO GRADO QUE DISMINUYERON
- Portar un arma – últimos 30 días
- Portar un revólver
- Participar en una pelea –último año
- Considerar seriamente suicidarse
- Hirió a alguien con un arma – último año
- Forzado(a) físicamente a tener relaciones sexuales – alguna vez
- Has sido víctima de acoso escolar – último año
- Has sido víctima de acoso cibernético – último año
- Usar marihuana, cocaína y esteroides –alguna vez
- Fumar cigarrillos – últimos 30 días