Todo parece indicar que la mayoría de los municipios se han puesto las pilas en cuanto al manejo de sus finanzas, pues según revela el más reciente informe de salud fiscal que elabora la organización independiente ABRE Puerto Rico, las cifras muestran que -en sentido general- los ayuntamientos mejoraron significativamente sus indicadores económicos para el año 2018.

La noticia es tan positiva como inesperada, pues se anticipaba que, siendo el año fiscal posterior al devastador impacto del huracán María, y en medio de la crisis económica que atraviesa la Isla, los números fueran en picada.

Por el contrario, el índice de ABRE, que utiliza 13 indicadores y se nutre de la información de los estados financieros auditados, revela que en el 2018 se registró la mayor tasa de aumento en el fondo general (6% en promedio) y la deuda per cápita más baja desde el 2012.

El estudio también revela que los municipios mejoraron su salud fiscal disminuyendo gastos operacionales en 15% (promedio).

“Al apretarse el cinturón, los municipios comenzaron a disciplinarse”, comentó Arnaldo Cruz, fundador de ABRE y experto en política pública y finanzas.

“Lo que pasó en 2018, cuando ves que los ingresos de los municipios disminuyeron con respecto al año anterior, se debe a los efectos de María. Tras su impacto, se redujo el consumo y los ingresos de los municipios. Los municipios, al ver la reducción significativa de ingresos, hicieron ajustes y redujeron sus gastos”, explicó Cruz.

Detalló que, si bien la reducción en ingresos de los municipios en general fue de un 7%, “interesantemente los municipios redujeron sus gastos en 15%”.

“Eso se debe a varias cosas. Primero, el acceso a financiamiento, que tenían cuando estaba el BGF (Banco Gubernamental de Fomento), no estaba disponible. Tuvieron que hacer ese ajuste. Y esa es una de las causas principales”, explicó el experto. “Contrario al 2017, cuando el 73% de los municipios gastó más de lo que ingresó, este año solo 36% gastó más de lo que recibieron”.

También hubo una mayor disciplina en el manejo de la cuenta de fondos. El año precedente, más de la mitad de los municipios tenía balance negativo en su cuenta de fondos.

“Una de las cosas que hicieron los municipios fue, como tenían la chequera en negativo, empezaron a gastar menos para abonar a esa cuenta y que no estuviera en negativo. Así, el 77% pudo abonar a su balance de fondo general”, comentó Cruz.

“Eso para mí son las dos razones principales por las que en ABRE entendemos que hubo ese cambio: la falta de financiamiento y dejar la práctica de tener la cuenta en negativo”, abundó.

Según el experto, el giro da la razón a los señalamientos y recomendaciones que habían hecho, y que recibieron críticas de algunos alcaldes.

“Claro, muchos alcaldes te van a decir que tuvieron que recortar servicios porque había menos ingresos. Pero es un momento crítico, los municipios están siendo forzados a vivir con lo que ingresan, los recortes deben ser de donde se pueda, en contratos, en los pagos a los amigos del alma, así que los alcaldes están obligados a ser extremadamente eficientes, y los ciudadanos a estar vigilantes”, exhortó.

No obstante, el estudio llama a la cautela, pues la situación a largo plazo continúa siendo bastante crítica, con casi la mitad de los municipios en balance negativo en su fondo general y casi la mitad todavía dependiendo de fondos que le otorga el gobierno central.

“La deuda agregada bajó en un 6%, pero todavía está alta”, advirtió Cruz, añadiendo que aún hay indicadores preocupantes.

“Lo que pasa es que la situación era tan mala, que falta mucho por hacer. Tendrían que ser unos cuatro o cinco años tan buenos como este para que los libros se vean en mejor condición”, comentó.

“Todavía el 47% tiene un balance negativo en su fondo general, aun cuando abonaron a su chequera. Estabas tan endeudado, que terminaste el año positivo, abonaste a tu chequera, pero todavía te queda (deuda)”.

El experto detalló que algunos municipios consiguieron bajar su deuda porque tenían unos activos, unos depósitos no garantizados en el BGF que, aunque el banco no se los cambió, les canceló la deuda. Explicó que ese cambio aún no se refleja en este informe de 2018, sino que se verá en el próximo. Anticipó que “algunos municipios se van a beneficiar con esto a tal punto que podrían borrar su deuda”.

“Al no estar pidiendo prestado al ritmo que lo hacían, va a ir mejorando la situación financiera y de deuda de los municipios”, dijo Cruz.

El experto detalló que igualmente el informe de 2018 no refleja todavía asuntos relacionados al impacto del huracán María.

“Lo que pasa es que hay mucha gestión pendiente con aseguradoras. Por eso los daños no están reflejados, porque no se habían hecho los estimados de daños al final de ese año fiscal 2018. Esos activos, en teoría, se reducen, porque tienen menos valor o se destruyeron. Se supone que se refleje en la reducción de activos, pero al final del año fiscal 2018 no ser reflejaba aún”, explicó.

Sin embargo, agregó, para efectos del índice de ABRE, solo hay dos indicadores que miran los activos de infraestructura y ambos están en el grupo al que se le da menos peso, así que “los daños de infraestructura los veremos en el próximo año fiscal, pero no anticipamos grandes cambios en las notas”.

Los que rompen la curva y los colga’os

Ya entrando en casos particulares, los municipios de Fajardo, Cayey, Barranquitas e Isabela volvieron a mostrar notas sobresalientes. Rincón y Quebradillas se unieron a ese grupo con notas de A, así como Lares, que el año previo no entregó sus estados financieros.

Mientras, en la parte negativa de la tabla reaparecen Ponce, San Juan, Cabo Rojo y Yauco.

Mayagüez y Toa Baja cayeron a ese grupo con notas de F, mientras que Villalba y Las Marías, que el año previo fallaron en entregar sus estados financieros, también recibieron F.

Los municipios de Maricao, Añasco, Peñuelas y Salinas fueron los que mayor mejoría tuvieron con respecto a su nota previa. En cambio, Coamo, Gurabo y Vega Baja registraron los descensos de nota más notables.

Para esta edición del índice, seis municipios fallaron en entregar sus estados financieros (14 no lo hicieron para informe del 2017), a pesar de que por el impacto del huracán María se les concedieron varios meses de prórroga.

Los incumplidores en esta ocasión fueron Arecibo, Cidra, Culebra, Maunabo, Santa Isabel y Vieques. Tanto Arecibo, como Culebra y Vieques reincidieron en esta negativa práctica, mientras que en el caso de Santa Isabel es el cuarto año consecutivo que falla.

“En los municipios buenos ves mucha consistencia. Entre los primeros siete, Fajardo, Barranquitas, Rincón, Lares, Cayey, Isabela… aquí no hay sorpresas. Fajardo e Isabela son los dos municipios más consistentes con buena salud fiscal”, dijo Cruz.

“Pero hay municipios muy preocupantes. Cabo Rojo gasta más de lo que recibe, tiene que ajustar sus gastos. En casos como San Juan y Ponce la diferencia es tan grande que tienes que repensar por completo tu operación. En Yauco, que está en último lugar, el senador que fue alcalde (Abel Nazario) es mayormente responsable de esa debacle. Mayagüez ha ido empeorando cada vez y este año es su nota más baja. Las Marías también tiene su peor puntuación. Otros que siempre están mal es Toa Baja y Villalba. En Toa Baja, el anterior alcalde (Aníbal Vega Borges) dejó las cosas tan mal que se hace difícil salir de la mala puntuación”, indicó el experto.

A los llamados municipios grandes, de importante población urbana, en general no les fue bien tampoco. A las pésimas notas de Ponce, San Juan y Mayagüez se sumaron las de Caguas, Carolina y Guaynabo. Solo Bayamón tuvo un mejor resultado.

“De los (municipios) que no entregaron sus estados financieros, la mayoría repite, y eso es preocupante. Santa Isabel lleva cuatro años que no le hacemos el índice. Arecibo no entregó a tiempo, es un municipio grande y eso no es buena señal”, comentó Cruz.

El informe de salud fiscal de los municipios está disponible al público en general en el portal http://abretumunicipio.org/.