Cientos de aiboniteños exaltaron su historia como pueblo y celebraron este domingo el triunfo de la comunidad tras años de lucha para salvar la Casa Museo Federico Degetau.

Más de 700 personas llegaron hasta la histórica residencia de quien fuera el primer comisionado residente en Washington y que movimientos comunitarios evitaron que fuera demolida para convertir sus terrenos en un centro comercial.

La actividad, celebrada un día después de la conmemoración del 189 aniversario de la fundación de ese pueblo, sirvió para dar a conocer las exposiciones y trabajos que se llevan a cabo en el museo desde que abrió sus puertas en octubre pasado. La reapertura puso fin a más de 16 años de litigio en los tribunales para evitar que el Municipio de Aibonito eliminara la histórica estructura, conocida como la Quinta Rosacruz.

En 1905, al terminar su gestión como comisionado residente, Degetau se mudó a la residencia en Aibonito junto a su esposa, doña Ana Moreno Elorza y Valarino, hija del alcalde de Madrid y conde de Santa Lucía, José Moreno Elorza.

Visitantes de Aibonito y otros municipios llegaron para conocer las obras de arte y documentos históricos expuestos en la casa museo, incluyendo algunos de los relacionados con la gestión de Degetau en la capital federal.

Según Miguel Bisbal, colaborador del Municipio de Aibonito, una de las áreas del museo que llamó más la atención de los visitantes fue la galería de los 19 comisionados residentes de Puerto Rico. También captó la atención el certamen de arte que se llevó a cabo con las obras creadas por los niños que toman clases –de forma gratuita en el sótano de la casa museo– con los artistas José de Jesús y Humberto Olivieri. A ese sótano los nuevos inquilinos le han llamado “El Nido”, en honor a la escuela que establecieron Degetau y Moreno Elorza y Valarino a principios del siglo pasado para niños pobres del área.

“Se vio que es la casa de todos. Todos compartieron en familia, padres y niños, haciendo manualidades y disfrutaron no solo de las exposiciones, sino de todas las actividades culturales que hubo durante todo el día”, dijo Bisbal.

La defensa de la casa museo estuvo encabezada por la organización comunitaria Patronato Histórico del Archivo Histórico de Aibonito. Una vez recibieron una asignación gubernamental de $400,000 para la restauración de la estructura, el Patronato y otros voluntarios aprovecharon para crear un museo que no solo cumpliera con el deseo testamentario de Degetau para que se expusiera su obra, sino que además sirviera de hogar para exponer la trayectoria histórica de Aibonito.

La oferta del museo al público está encabezada por obras de arte, especialmente réplicas de la colección que dejó Degetau y que se encuentran en el Museo de la Universidad de Puerto Rico. También hay manuscritos de Degetau, quien fue figura clave en las primeros esfuerzos de los puertorriqueños en defender sus derechos tras el cambio de soberanía política en 1898.