Luego de una semana y media de interrupciones, el director de Generación de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), William Ríos Mera, aseguró hoy, jueves, que la corporación pública tiene carga suficiente en sus plantas para atender la demanda de los abonados e, incluso, atender emergencias sin recurrir a apagones selectivos.

Dejó claro, sin embargo, que la relativa normalidad podría cambiar de un momento a otro si ocurriesen “contingencias mayores”, como las que, en los pasados días, sacaron de operación a varias de las principales unidades generatrices. Precisamente, fue ese déficit de generación lo que provocó que cientos de miles de abonados experimentaran los llamados “relevos de carga”.

En una vista pública de la Comisión de Desarrollo Económico, Planificación, Telecomunicaciones, Alianzas Público Privadas y Energía de la Cámara de Representantes, Ríos Mera precisó que, en los pasados dos días, reiniciaron operaciones la unidad #2 de la central Aguirre, en Salinas, la unidad #5 de la central San Juan, en la capital, y la unidad #3 de la central Palo Seco, en Cataño. Entre todas, añadieron a la red 860 megavatios.

“Mientras hablamos, le puedo decir que tenemos varias de nuestras unidades de emergencia apagadas, en ‘stand-by’, listas para responder”, dijo a preguntas del representante Luis Raúl Torres, presidente de la citada comisión, en referencia a las turbinas de combustión o “peaking units”.

“Tenemos suficiente capacidad generatriz con las plantas principales y, por eso, tenemos estas otras plantas apagadas, que podemos colocar en servicio si hubiera una emergencia”, añadió.

Ríos Mera y el director ejecutivo de la AEE, Efran Paredes, repasaron los eventos que provocaron el déficit de generación. Por ejemplo, contaron que, en la mañana del 22 de agosto, hubo una avería en una línea de transmisión –que opera LUMA Energy– y, esa misma noche, salió de operación la unidad #6 de la central Costa Sur, en Guayanilla, perdiéndose 410 megavatios. Al momento, todavía se investiga si la avería en la unidad –que sigue inoperante– fue a causa de la falla en la línea de transmisión, aunque preliminarmente todo apunta a que así fue, dijeron.

Agregaron que, el 30 de agosto, salió de operación la unidad #1 de la central Aguirre, en Salinas, por una avería, perdiéndose 450 megavatios. La situación se complicó porque la unidad #2 de esa misma central, también de 450 megavatios, estaba fuera de servicio desde julio por mantenimiento ambiental programado. Ambas unidades ya están en funcionamiento regular.

“La situación se estabilizó cuando entraron las unidades #3 de Palo Seco y #2 de Aguirre”, sostuvo Paredes, quien reafirmó que, al momento, en el sistema hay generación suficiente para atender el pico de demanda, que ha oscilado entre los 3,000 megavatios.

Por otro lado, Paredes y Ríos Mera reconocieron que los mantenimientos a las unidades de generación se retrasaron a consecuencia del paso del huracán María, en 2017, y el terremoto de enero de 2020, que causaron algunos daños en las plantas. Por eso, tras ambas emergencias, la prioridad fue utilizar todas las unidades disponibles para darle servicio eléctrico al país, establecieron.

“Retomamos los mantenimientos cuando la situación se normalizó. En el caso de la unidad #2 de Aguirre, el mantenimiento ya estaba bastante extendido con la EPA (Agencia federal de Protección Ambiental) y el manufacturero. Los mantenimientos se programan para que no se afecte la generación”, dijo Paredes.

Entretanto, los ejecutivos aseguraron que el presupuesto vigente de $106 millones es suficiente para el mantenimiento de las unidades de generación.

Al respecto, el subdirector ejecutivo de Operaciones de la AEE, Fernando Padilla, confirmó que, hasta 2013, cuando la corporación pública acudió por última vez al mercado de bonos, el presupuesto para mantenimiento era más alto. No obstante, coincidió en que el balance actual es suficiente.

“Otro dato es que la venta de energía viene descendiendo a causa de la recesión económica en la isla. También, la insolvencia de la Autoridad y el Título III (de la ley Promesa) llevaron a la introducción del plan fiscal. Por lo tanto, la manera como se planificaba el presupuesto ya no podía ser igual”, declaró Padilla.