Advierten que Loíza, Cataño y Barceloneta se convertirán en islotes por la erosión costera
“Así de seria es esta situación”, indicó el Dr. Carlos M. Padín Bibiloni.
PUBLICIDAD
La impactante advertencia de que en menos de 25 años los municipios de Loíza, Cataño y Barceloneta se convertirán en islotes trascendió hoy durante la Tercera Cumbre de Erosión Costera donde expertos en el tema ambiental expusieron la realidad sobre el cambio climático.
En el evento, una iniciativa del Municipio de Loíza, se presentaron los riesgos que enfrentan las comunidades que viven a orillas del mar.
Una de las presentaciones efectuadas durante la mañana, fue la del Dr. Carlos M. Padín Bibiloni, director del Programa Graduado de Ciencias Ambientales de la Universidad Ana. G. Méndez (UAGM), recinto de Gurabo.
“Hay una realidad que vamos a vivir todos, si no se toman acciones urgentes: con el paso del tiempo, la erosión costera va a causar que tanto Loíza, Cataño y Barceloneta se convertirán en islotes… Así de seria es esta situación”, señaló el experto en su ponencia denominada ‘Erosión Costera en Puerto Rico y el Caribe: Causas, Impactos y Estrategias de Mitigación’.
Relacionadas
En la misma, se analizó el impacto de la erosión costera en Puerto Rico y el Caribe, señalando principales causas que afectan la estabilidad de las costas en esta región. Uno de los factores clave es el impacto causado por los frentes fríos, el papel de los ciclones tropicales, cuyos vientos intensos y marejada ciclónica, afectan directamente las costas, desgastando el terreno y provocando desplazamientos de arena y sedimentos.
Incluso, se explicó que la posición de la luna influye en las mareas, lo que contribuye a intensificar el impacto de las olas y acelerar el proceso de erosión.
Para mitigar estos impactos, se proponen soluciones como: la construcción de barreras naturales, manglares y arrecifes de coral, que actúan como protectores naturales ante la fuerza de las olas.
Padín, además, discutió la importancia de implementar políticas de manejo costero sostenible, que incluyan la restauración de playas y la creación de zonas de amortiguamiento.
¿Qué hacen en otras partes del mundo?
Con relación a las alternativas disponibles, por ejemplo, la restauración de playas mediante reposición de arena para compensar la erosión, tiene un costo aproximado de $15 a $40 por metro cúbico.
“Por ejemplo, ya se hace restauración de playas en Barcelona, España. De igual manera, se hacen actividades de restauración de manglares en la Bahía de Manila en Filipinas, y restauración de humedales y manglares para absorber las olas. Por ejemplo, los manglares pueden reducir la altura de las olas en un 66% por cada 100 metros de ancho”, señaló el especialista.
En el caso de las dunas artificiales, son barreras naturales contra las tormentas y ya se hacen en la costa de Holanda. Con relación a los rompeolas, son estructuras para disipar la energía de las olas, cuyo costo puede estar entre $4,000 a $10,000 por metro lineal, como se hace en Galveston, Texas. Por otro lado, los muros de contención, como barreras para evitar la inundación, se realizan actualmente en Nueva Orleans, estado de Luisiana, para proteger zonas bajas. En los Países Bajos, mientras, también se trabaja en la elevación de terrenos, la altura de la tierra para reducir el riesgo de inundación.
“Hay opciones adicionales, como las estructuras que ayudan a reducir la erosión, prevenir inundaciones y minimizar daños en áreas urbanas y rurales costeras. Los diques y malecones son barreras artificiales que bloquean la entrada del agua a las ciudades y terrenos agrícolas, y los muros de contención y rompeolas son estructuras que disipan la energía de las olas y protegen las costas de la erosión”, expuso Padín.
Otra de las realidades es la necesidad de trasladar las poblaciones en riesgo a zonas más seguras, con planes de reubicación progresiva y asistencia económica y social, así como la eliminación de asentamientos en áreas críticas para restaurar ecosistemas naturales.
“En Alaska ya algunas comunidades indígenas están siendo reubicadas debido a la erosión costera extrema y en Nueva York, después del huracán Sandy, se implementaron parques inundables y sistemas de drenaje innovadores. Hay que anticiparse a los eventos extremos permite reducir los daños y salvar vidas”, finalizó.