Administración Hospital UPR no cumplió con directrices y violó la ley
Así lo expresaron este martes en el Senado dos exfuncionarias del Departamento de Salud que manejaron de cerca la situación.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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La administración del Hospital de Carolina no cumplió con las recomendaciones que en su momento le hizo el Departamento de Salud para controlar el brote de la bacteria Acinetobacter baumannii y tampoco sometió a tiempo los informes de positivos a la bacteria como lo dispone la ley.
Así lo expresaron este martes en el Senado dos exfuncionarias del Departamento de Salud que manejaron de cerca la situación: la exsubsecretaria, Brenda Mirabal, y la exepidemióloga del estado, Haydee García.
Ambas renunciaron a la dependencia el pasado 13 de septiembre junto con el entonces secretario, Francisco Joglar, y hoy comparecieron ante la Comisión de Salud del Senado, donde dijeron también que el inclumplimiento de las directrices no tuvo consecuencias para los responsables de ejecutarlas en la institución médica.
Tanto Mirabal como García defendieron las gestiones del Departamento para atender la situación creada en el mencionado hospital por la bacteria.
“Entendemos que la propagación de la bacteria Acinetobacter baumanni en el Hospital de la Universidad de Puerto Rico, que provocó la colonización de múltiples pacientes, estuvo relacionada a la pobre implantación de las medidas de higiene y control de infecciones, y se pudo manejar más proactivamente por la administración del hospital y la Junta de Gobierno del hospital”, expresó Miranda.
Explicó que el Departamento le hizo siete recomendaciones a la administración del hospital en marzo de este año y que en visitas realizadas por personal de Salud en meses posteriores se verificó que las recomendaciones no se cumplieron a cabalidad.
Miranda no pudo precisar la razón por la cual la agencia no actuó contra los responsables de incumplir con las directrices, a pesar de que prevalecía la situación.
García, que manejó personalmente distintas iniciativas de Salud con el hospital, justificó el que no se tomara acción contra su administración porque, según dijo, la comunicación era constante y el objetivo era que se resolviera la situación.
La exepidemióloga insistió durante su intervención en que se buscaron todas las formas de controlar la bacteria, pero al final concluyeron que su origen estaba en la pobre higiene que observaba el personal y en la limpieza “que nosotros pensamos que era correcta y resultó no serla”.
García hizo un detallado recuento de su intervención en el hospital desde el mes de marzo cuando asumió el cargo y recalcó, reiteradamente, que “nunca hemos podido asociar la presencia de la bacteria con la muerte de estas personas”.
Aclaró incluso que no hay evidencia de que alguno de ellos se haya infectado con la misma. “No se han infectado, se han colonizado con la bacteria”, dijo.
García expresó que la unidad de intensivo del hospital se cerró en dos ocasiones, en marzo y junio pasados, pero indicó que fallas en el manejo de la situación por parte del hospital dificultaron la erradicación de la bacteria.
Además de la tardanza en notificar a Salud, indicó que el hospital falló al devolver al área que había sido cerrada para limpieza a pacientes “colonizados” con la bacteria. Dijo que también falló al mover a otro piso a uno de los pacientes que tenía cultivo positivo y que debió mantenerse junto a los demás a los que se les había detectado la misma.
García habló también de la pobre limpieza y relató que la inspección que hizo el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) produjo evidencia gráfica de que las superficies tenían la misma cantidad de bacterias después de limpiarlas que antes de hacerlo. El problema, indicó, se identificó en la dilución del desinfectante y la “rapidez” con que se limpiaban las áreas.
El presidente de la Comisión, José Luis Dalmau, insistió a lo largo de la audiencia en la falta de consecuencias que tuvo para los responsables de que no se cumplieran las directrices de Salud y del CDC para el control de la bacteria, el no cumplir con ellas.
“No hubo consecuencias por no hacer. Ni del Departamento de Salud, ni de la administración del hospital, ni de la Junta de Gobierno”, se quejó Dalmau.
También cuestionó la razón por la cual Salud no informó al país sobre lo que estaba ocurriendo en el hospital, a lo que García respondió que la Ley 52 de 2007 le impone mantener confidencialidad sobre la información que reciben de los hospitales en casos como este.
Los tres senadores presentes en la audiencia -Dalmau, Larry Seilhamer y Ángel “Chayane” Martínez – cuestionaron esa interpretación de la ley. Dalmau leyó incluso la exposición de motivos de la misma para evidenciar que el objetivo es precisamente el contrario, que lo que persigue es obligar a los hospitales a informar estos casos a Salud.
“Una vez Salud recibe la información y hace todo lo que tiene que hacer, implanta los protocolos que debe implantar y se toman las medidas que hay que tomar, y aún así no se puede controlar el brote, el deber del Departamento es informar al país”, insistió el presidente de la Comisión.