Hatillo. El sol azotaba inmisericorde en la zona urbana de Hatillo, provocando de las anaranjadas estructuras que están alrededor de la plaza sobresalieran aún más.

El pueblo deslumbraba por su limpieza. Sólo se observaban deambulantes en grupos por varias zonas, problemática que se ha tornado cada día más recurrente para los hatillanos.

Sin embargo, es la falta de agua potable lo más que agobia a los residentes, que repetían una y otra vez este asunto como el mayor percance que atraviesan al vivir en este pequeño pueblo, reconocido como la Capital de la Industria Lechera.

La situación de la carencia de agua potable es tan marcada, que Juan “Johnny” Vélez Feliciano, residente del barrio Bayaney, aseguró que ya los hatillanos se han acostumbrado a vivir sin este servicio.

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El hombre de 77 años explicó que lo que ocurre es que “el agua se va de momento, está dos o tres días (sin servicio), a veces viene agua muy lenta, cosas así, cosas que se pueden resolver”.

Juan “Johnny” Vélez Feliciano
Juan “Johnny” Vélez Feliciano (Frances Rosario)

Se le cuestionó si la problemática es reciente, pero el hombre lo rechazó.

Eso es de siempre. Yo no lo entiendo el problema de agua. Yo creo que es la ubicación del sistema de agua, donde está ubicado o algo así, los tanques o algo. Yo pienso que, si se propusieran mejorarlo, lo mejorarían. Pero, no veo, prácticamente, interés. La vida sigue así corriendo como va y todo el mundo está contento. Eso es lo que yo veo, que se tornan conformistas, que todo el mundo se conforma. Y si la gente se conforma, pues ya no hay nada más que hacer”, manifestó.

Nayla Báez Román, una residente del sector Sonadora, del barrio Aibonito, y que tiene 46 años, también destacó el problema de la falta de agua potable como el más grave que padecen los hatillanos.

“O sea, de los 365 días del año puede ser que 300 o más yo no tenga agua. Esa es una problemática que no ha sido de ahora, sino de años. Y yo creo que se pudiera resolver si, uno, ponemos más interés en las necesidades básicas de los residentes y, dos, que los sistemas de acueductos sean un poco más innovadores quizás o que se le ponga más prioridad a este tipo de servicio”, destacó.

La mujer indicó que en su comunidad organizaron hace como unos 10 años protestas en contra de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), pero que nunca lograron que se tomara acción. Reconoció que, en la actualidad, ya no se hace nada para hacerse sentir como comunidad.

“Yo entiendo que acá en Hatillo está así todo con sistemas de bombeo. Sí, de bombeo. Allá estamos con (el sistema de) Quebrada. Entonces, el problema es que el bombeo está debajo de las corrientes del río, se llena de sedimento y pues no tenemos agua casi nunca por eso. Porque como llueve tanto para el campo, pues se llena de sedimento y siempre es el mismo problema por el sistema de bombeo, y por años nadie ha hecho nada”, explicó.

Sin embargo, la situación no sólo es en estos barrios más alejados de la zona urbana. También ocurre en Carrizales, donde se ha desarrollada gran parte de la actividad económica del pueblo y se han establecidos grandes comercios.

Carmen Santiago Ramos, de 71 años, apuntó también a la falta del servicio de agua potable como su principal queja de vivir en Hatillo, específicamente en Carrizales. Pero, la mujer también añadió a su pena las constantes interrupciones en el servicio eléctrico.

Es bien difícil. Si no es la luz, es el agua”, se quejó.

De inmediato, dijo que no sabría cómo proponer una solución a estos problemas, ya que aludió a que llevan años en las mismas. Aunque, estableció que hace falta que se fortalezca el sistema tanto del agua como de la luz.

Más allá de los problemas con estos servicios esenciales, la recién llegada de deambulantes a la zona urbana de Hatillo incomoda a los residentes.

Jorge Astol Valentín, residente de la barriada El Clan, expresó que no ve acción de parte del municipio para detener la llegada de estos deambulantes. Dijo que estos se ubican en las luces de la carretera PR-2 a pedir dinero, mientras pernoctan en un negocio abandonado a la entrada del pueblo y en los alrededores de la plaza pública.

Jorge Astol Valentín, residente de la barriada El Clan; Voto2024, Hatillo
Jorge Astol Valentín, residente de la barriada El Clan; Voto2024, Hatillo (Frances Rosario)

“En Hatillo hace falta que haya un poquito de supervisión, porque eso se ha perdido ahí con los vicios, agujas por donde quiera, los muchachos puyándose por donde quiera y nadie hace nada. Entonces, si uno da una queja es malo. A mí no me gusta hablar de estas cosas, pero a veces hay que hacerlo... Hay personas que a veces están por las escaleras tira’os, que si uno va a pasar no puede pasar y el alcalde como que no manda a nadie que supervise”, indicó el hombre, de 75 años.

De inmediato, comentó que el problema se resolvería si envían a estos deambulantes a programas de rehabilitación.

Conoce más

  • Hatillo es un pueblo ganadero, localizado al norte de Puerto Rico.
  • Dice la leyenda que tiene más vacas que habitantes humanos. Sin embargo, el Censo del 2020 apuntó a que en este pueblo hay 38,486 residentes. El ingreso per cápita de estos es de $11,144 anuales. Mientras, un censo de vacas realizado por el municipio apunta que en las ganaderías del pueblo hay unas 30,159 de estas reses.
  • Además de la ganadería, en los últimos años el pueblo se ha vuelto próspero gracias a grandes cadenas de comercios que se han establecido a orillas de la carretera PR-2, así como al turismo.