El presidente ejecutivo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) de Puerto Rico, Elí Díaz Atienza, aseguró hoy que el agua que suministra esa compañía estatal no representa un riesgo para la salud de los ciudadanos.

Las palabras del funcionario llegan después de que hoy se divulgara que el agua potable utilizada por la mayor parte de la población de Puerto Rico proviene de sistemas de agua que incumplieron reglas federales establecidas por la Ley de Agua Potable Segura (SWDA, por su sigla en inglés), según un estudio referido a 2015.

Díaz Atienza insistió en que cualquier denuncia sobre la calidad del agua servida por la AAA será atendido de manera seria y responsable.

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"Nos encaminamos al fortalecimiento de la AAA, convirtiéndola en un ente más responsable y ágil ante nuestros clientes y reguladores. Enfrentamos grandes retos, pero estamos seguros que llevaremos a esta corporación pública a su óptimo desarrollo, cumpliremos con las regulaciones aplicables, sirviendo mejor a nuestro pueblo", dijo Díaz Atienza.

"Desde que llegamos a la AAA y por instrucciones del gobernador nos hemos dado a la tarea de reforzar todos los procesos operacionales e infraestructura. Ciertamente, nuestra misión principal es proveer un servicio de agua confiable que cumpla con los más estrictos estándares de calidad y responsabilidad ambiental", añadió.

Durante las pasadas semanas, Díaz Atienza mantuvo varias reuniones con funcionarios de agencias federales como la Administración Federal de Desarrollo Rural y la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) en busca de restablecer comunicación y lograr acceso a nuevos fondos que le permitan a la AAA continuar con las mejoras a la infraestructura.

El informe "Amenaza a domicilio: infracciones del sistema de agua potable de Puerto Rico" señala que, en el 2015, más de 3.4 millones de residentes en Puerto Rico -99.5 por ciento de la población- se abasteció de sistemas de agua comunitarios en los cuales se omitió examinar la seguridad del agua o que contenían altos niveles de contaminantes, incluyendo bacterias y químicos que podrían ocasionar cáncer.

A pesar de que las infracciones más comunes se debieron a la falta de análisis de la calidad del agua y a no reportar fallas en el sistema, más de dos terceras partes de la población -2.4 millones de puertorriqueños- se abasteció de sistemas de agua que sufren de niveles ilegales de contaminantes, según el informe.