A casi tres años de los huracanes: ni una sola casa ha sido reconstruida por Vivienda
Se estima que más de 70,000 residencias quedaron totalmente destruidas a causa de los fenómenos atmosféricos Irma y María.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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A dos años y nueve meses del desastre causado por los huracanes Irma y María los gobiernos estatal y federal no saben con precisión cuántas familias viven aun bajo un toldo azul como techo de sus hogares, mientras que ni una sola casa ha sido construida bajo los parámetros del Programa de Subvención en bloque para el Desarrollo comunitario-Recuperación ante Desastres (CDBG-DR).
Ni el gobierno de Puerto Rico ni la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) saben precisar la cifra oficial y cada cual ha preferido pasar la papa caliente al otro cuando este diario inquirió conocer la cantidad de residencias que tienen una lona azul en espera de que sus estructuras sean reconstruidas o reparadas. Según datos de FEMA para su Programa de Asistencia Individual, un total de 1,138,843 hogares fueron afectados por Irma y María. Se estima que de estas, más de 70,000 residencias quedaron totalmente destruidas a causa de los fenómenos atmosféricos.
“FEMA proporcionó al Gobierno de Puerto Rico más de 125,000 todos azules autoinstalables para ser distribuidos a los sobrevivientes luego del huracán María. El gobierno de Puerto Rico y cada municipio determinaron su proceso de distribución. Para información adicional sobre el plan del gobierno local respecto a los sobrevivientes con toldos, comuníquese directamente con el Gobierno de Puerto Rico y los municipios”, respondió por escrito a este diario Juan Andrés Muñoz, director de Asuntos Externos de FEMA en la isla.
Por otro lado, indicó que a través de la Operación Techo Azul, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE) instaló profesionalmente techos azules temporales, “lo que les dio a los propietarios tiempo adicional para realizar reparaciones en sus casas, mientras permanecían en ellas”. USACE instaló 59,469 de estos techos en la isla.
El exgobernador Ricardo Rosselló Nevares había informado en mayo de 2019 que todavía quedaban cerca de 30,000 residencias que como techo tenían una lona azul.
“Son como 30,000 hogares con toldos azules. Este ha sido uno de los retos y las luchas grandes que hemos dado… Nuestra expectativa es que para agosto ya se comience a ver el programa de construcción, de reconstrucción y relocalización (de familias)”, dijo Rosselló Nevares quien renunció a su cargo durante el Verano pasado en medio de álgidas controversias.
Luego, en septiembre de 2019 -hace apenas nueve meses-, el exsecretario del Departamento de la Vivienda, Fernando Gil Enseñat, dijo en entrevista con Primera Hora que esa cifra de casas con toldos rondaba entre las 20,000 a 25,000 y adjudicó el nuevo estimado a números que ofrecieron los alcaldes cuando la Isla estuvo amenazada por el paso cercano del huracán Dorian ese mismo mes.
El exsecretario indicó que unos 15,000 techos fueron reparados en el programa Tu Hogar Renace y otros por las mismas personas tras recibir la asistencia de FEMA. Información en la página oficial de FEMA indica que a través de Tu Hogar Renace se completaron 108,484 reparaciones con un equivalente de inversión de $10,409 por casa. Mientras, aseguran que se realizaron otras 6,323 reparaciones a través de organizaciones voluntarias a las que se otorgaron $25 millones de fondos federales.
Lo que sí es evidente es que han transcurrido 1,007 días desde la devastación natural que más impacto ha tenido la isla en su historia reciente y miles de damnificados de los ciclones continúan a la merced del gobierno local para que se reconstruyan, reparen sus casas o, en algunos casos, sean reubicados a una zona más segura y resiliente.
En declaraciones escritas a Primera Hora, el subsecretario adjunto del programa CDBG-DR, Christian Pagán Mercado, admitió que el proyecto más importante que se cobija bajo los fondos federales -el de Reconstrucción, Reparación o Relocalización (R3)- apenas está arrancando con procesar la elegibilidad de los solicitantes y adjudicando a una ínfima parte de estos a alguno de los tres tipos de asistencia. En fin, que al sol de hoy ni una sola vivienda en Puerto Rico ha sido reconstruida con este programa que corre con $3 billones de fondos federales.
A finales de julio de 2019 el Departamento de la Vivienda abrió el proceso para recibir solicitudes de los damnificados para el programa R3 y la misma se extendió hasta enero de 2020. Se destacó que la prioridad la tendrían las personas que todavía viven con techos de estos toldos azules, envejecientes y discapacitados.
Según cifras ofrecidas por la agencia, se recibieron 28,706 solicitudes de asistencia y de estas 14,136 se completaron en su totalidad. Sin embargo, solo 6,146 propiedades han sido declaradadas elegibles y de estas 108 han sido adjudicadas a alguno de los tres tipos de asistencia que puede ofrecer el programa. “Además, hay 444 propiedades actualmente en el proceso de adjudicación de la asistencia”, expresó Pagán Mercado.
“En estos momentos el número que podemos asegurar, porque sale de un programa que nosotros sí manejamos es el de 2,576. Este número es de personas que en el programa de R3 han expresado que tienen toldos azules todavía”, sostuvo Pagán Mercado. La razón por la que un bajo número de damnificados hayan solicitado la asistencia por tener un toldo azul es desconocida.
Manifestó que número de propiedades que impactará R3 estará estrechamente relacionado al resultado de las adjudicaciones y los fondos disponibles para el programa. “En otras palabras, se continuará construyendo hasta que el dinero disponible para R3 se acabe”, sostuvo al indicar que el presupuesto total es de $3,025,570,050.
La severidad del daño será determinado “caso a caso” mediante los procedimientos de evaluación y adjudicación establecidos en las guías del programa disponibles en la página de internet www.cdbg-dr.pr.gov
Cabe destacar que el programa R3 no le dará dinero a quienes soliciten la ayuda, sino que le pagará a compañías contratistas seleccionadas por el Departamento de la Vivienda para que hagan los trabajos.
El funcionario explicó que la selección entre reparar, reconstruir y reubicar dependerá de unos parámetros. Por ejemplo, se considerarán para reparación aquellas viviendas cuyo arreglo cueste menos de $60,000 o de la mitad del valor de la casa actual. En esos casos se asignan hasta $60,000 para la reparación.
Las de reconstrucción se evalúan cuando arreglar la vivienda cuesta más de $60,000 o de la mitad del valor actual de la casa. Se asignarán en estos casos hasta $150,000 para la reconstrucción.
Mientras, la determinación de reubicar hogares dependerá si están en áreas denominadas como peligrosas, ya sea porque son susceptibles a inundaciones o deslizamientos. Si estas viviendas requieren mejoras sustanciales no serán arregladas y se le ofrecerá al beneficiario ubicarse “voluntariamente” en otro lugar, cuyo costo no exceda los $185,000.
Alcaldes no saben nada sobre R3
Primera Hora consultó con un puñado de alcaldes de diversos puntos de la isla y todos coincidieron en que el programa R3 ha sido excesivamente lento en su operación, lo que ha ocasionado incertidumbre en aquellos damnificados que -con una temporada de huracanes que inició hace una semana- tienen un gran temor de enfrentar la pesadilla de perder otra vez lo poco que tienen.
Al mismo tiempo resaltaron la importancia de las organizaciones sin fines de lucro y comunitarias que visitaron los municipios y reconstruyeron -por lo menos para que estuvieron habitables- muchos de los hogares que el gobierno federal y local olvidaron durante los pasados dos años y nueve meses.
La alcaldesa de Loíza, por ejemplo, dijo que según un inventario que se realizó recientemente en su pueblo hay aun 32 viviendas que están con techos azules.
“Realmente, (el Departamento) Vivienda está inoperante… con el dinero depositado para ayudar a estas personas y no ha pasado nada. Confiamos que ahora que hay un nuevo secretario (Luis Carlos Fernando Trinchet) ya esto pueda comenzar a moverse. Los alcaldes llegamos a tener tres reunions para la planificación de ese programa y nada ha pasado luego”, dijo al mencionar que es de gran importancia la relocalización de personas que viven en zonas inundables.
Se estima que en Loíza unas 2,900 casas sufrieron daños parciales o totales a causa de los huracanes. De estas, 800 tuvieron que ser protegidas con lonas azules.
“Nosotros gracias a Dios que tuvimos a Ricky Martin, a las Iglesias, a la Fundación Comunitaria, a un Lin Manuel y a otra mucha gente que ayudó a los loíceños. Por esa única razón es que no hay más casas con techos azules. La inacción del gobierno ha sido demasiado. Es inaceptable que entramos en la temporada de huracanes y todavía haya gente que no ha podido reparar sus viviendas”, expresó Nazario al destacar que tampoco se ha desarrollado planes con los fondos CDBG-DR que se utilizarían para reconstruir los cascos urbanos. “Mi impresión es que ellos no tienen idea ni por dónde empezar. Esto me recuerda cuando era adolescente y me regalaron $100 y no sabía ni qué hacer con ese dinero o qué comprar. Así está el gobierno”, ejemplificó.
El alcalde de Utuado, Ernesto Irizarry, ofreció declaraciones similares. Al momento, a través del programa R3 no se ha reconstruido ni una sola vivienda, aunque precisó que ayer unos funcionarios que trabajan con el proyecto llegarían al municipio para “la aprobación final” a unos damnificados.
“La verdad es que si no hubiera sido por las organizaciones si fines de lucro que ayudaron esto hubiera sido un desastre… lo peor de todo es la burocracia del papeleo. Honestamente, era más fácil darle esa ayuda a los municipios y nosotros nos encargábamos”, manifestó Irizarry quien estimó en 2,000 el número de casas afectadas parcial y totalmente a causa de los ciclones.
“A muchos FEMA los ayudó y pudieron arreglar sus casitas. A otros nos dio un préstamo. A mi se me fue el techo de la casa y lo arreglamos con ese préstamo. Pero estuve 7 meses sin techo siendo el alcalde”, expresó.
“Lo más que me preocupa es que cuando dice llover nos asustamos, llega la ansiedad. Aparte está temblando y tenemos también la pandemia. Son muchas emergencias a la vez”, sostuvo al agregar que el problema mayor en su municipio es el deterioro de las estructuras de carreteras que no han sido reconstruidas todavía.
“Hay que encomendarse a Dios y seguir pa’ lante… seguir luchando. Pero vamos a salir, no sé cuándo, pero vamos a salir de todos estos retos porque no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista”, dijo tratando de animarse a sí mismo.
En Las Marías, el alcalde Edwin Soto, asevera que son “decenas” las casas que aún tienen toldo azul. “Eso aquí fue una cosa terrible, igual que para los terremotos. Pero la gente ha arreglado poco a poco sus casas porque a eso de R3 no hemos tenido acceso. Supongo que la pandemia ha atrasado el ritmo de trabajo. Pero te digo algo, este cuatrienio ha sido terrible para los alcaldes. Nos mató la Junta (de Supervisión Fiscal) con sus restricciones, nos mató Irma y María, después vino la renuncia de Ricky (Ricardo Rosselló), luego los temblores y ahora la pandemia. Aquí hemos pasado una crisis grande y somos un pueblo pequeño pero con 16 barrios que atender. Honestamente, me preocupa todo. Las casas con toldo, los huracanes, los temblores…!todo!”, dijo Soto.
Adelantó que está a la espera de la adjudicación de una subasta para arreglar unas viviendas en su municipio. “Estamos en temporada de huracán y no puedo esperar por R3… por ejemplo, hay un señor mayor al que le faltaban unas planchas de zinc y tuvimos que atender ese caso”, expresó.
Por su parte, el alcalde de Río Grande, Ángel “Bori” González expresó que “R3 aquí no ha avanzado”. “Están tratando de relocalizar familias pero estamos todavía en esa espera. La información que tengo es que los han llamado, pero más nada”, indicó.
Como sus homólogos destacó la función de las organizaciones sin fines de lucro, al tiempo que dijo que el municipio también ha tenido que dar donativos para tratamientos de techo y materiales de construcción de algunas residencias.
“Pero todavía quedan muchas propiedades con toldos azules y en espera de ayuda… pueden llegar a las 100 residencias bajo esas condiciones”, manifestó al agregar que gran parte de ellas están localizadas en los barrios Malpica , Dolores, Casiano y Estancias del Sol.
“Lo que me preocupa es que los procesos se sigan dilatando y la gente no pueda reubicarse en un hogar seguro antes de que llegue un huracán”, dijo quien está trabajando actualmente en la certificación de refugios municipales que serán instalados en escuelas en desuso.
“Estamos dotándonos de maquinarias para enfrentar la emergencia y no depender de equipo alquilado o prestado”, precisó González.
En Moca, el alcalde José Avilés, estima que el 17% del total de las casi 800 casas que sufrieron daños parciales o totales a causa de los huracanes, no han sido reparadas todavía.
“Tenemos organizaciones sin fines de lucro que han ayudado y otras han sido reparadas con los fondos de FEMA. Nosotros también hemos impactado algunas casas… algunas todavía tienen toldos pero no ha llegado todavía lo del R3. Pero, te diría, que las organizaciones sin fines de lucro fueron excelentes. Aquí hay un muchacho que se llama Johnny Martínez e hizo un tremendo trabajo en el barrio Aceitunas con una organización que dirige y que recibe fondos federales”, explicó.
Por su parte, Rafael Surillo, alcalde de Yabucoa -uno de los municipios más devastados por el huracán María- calculó en aproximadamente 20 las casas que aún tienen toldos azules, pero son cientos las que esperan por reparaciones permanentes. En Yabucoa cerca de 2,000 viviendas sufrieron daños con los fenómenos naturales.
“Ese número no es más alto porque aquí se metieron las organizaciones sin fines de lucro, las Iglesias y gente hasta de Estados Unidos para destacar mucha ayuda en la reparación de los techos… el problema es que ellos instalaron planchas de zinc e hicieron reparaciones para que la gente tuviera un hogar habitable pero estamos pendientes a las reparaciones permanentes y que les entreguen vouchers a las personas en zonas de riesgo”, acotó al explicar que el 90% de las casas ubicadas en el valle de Yabucoa son inundables.
“Sobre el programa R3 ni siquiera me han dicho cuántas viviendas han sido adjudicadas a mi municipio… y otra cosa es que con Tu Hogar Renace se hicieron reparaciones artificiales y eso me preocupa”, expresó.
Mientras tanto Surillo está enfocado en el plan de emergencia municipal que diseñó y que tuvo que modificar a causa de la pandemia de la COVID-19.
“Ahora se nos complicó la cosa con el COVID porque hay que ser cuidadosos para que no haya brotes en los refugios”, sostuvo al indicar que estableció un convenio con los profesionales de la salud del pueblo para hacerle la prueba del novel coronavirus a los refugiados antes de que ingresen a algún albergue. “Las personas que salgan positivos serán aislados en unos refugios adicionales que estamos estableciendo”, adelantó.