Una de las razones para que las mujeres no se querellen de acoso sexual en el trabajo es porque la oficina que se supone reciba y atienda la querella es la primera que violenta la confidencialidad de la víctima, según denunció la procuradora de las Mujeres, Lersy Boria.

“El director de recursos humanos es el primero que la confidencialidad me la deniega, me la viola”, subrayó.

Entonces, la mujer teme a enfrentar represalias o a ser señalada, una vez haga la denuncia. Por ello, prefiere callar, comentó la funcionaria.

A modo de ejemplo, Boria señaló que en las miles de llamadas que reciben a su línea telefónica del Centro de Respuesta Integrada, Apoyo y Servicios para la Mujeres, cuyo número es 787-722-2977, las mujeres buscan orientación, pero no radican querellas contra su empleador.

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“Tiene que haber una querella para que haya un procedimiento”, destacó.

Asimismo, Boria explicó que es el Departamento del Trabajo quien está a cargo de mejorar las condiciones para que las víctimas de acoso hagan la denuncia, sobre todo orientar al personal de las oficinas de Recursos Humanos para garantizarle los derechos a la víctima. Dijo que la Procuraduría colabora para que se establezcan las guías adecuadas para cambiar este panorama de violación a la confidencialidad.

Entre los mitos que hay que romperse en el área laboral, está la diferenciación de una mujer y un hombre que se dé en toda la etapa laboral, no solo cuando ocurre un acoso.

Boria denunció que en el reclutamiento ya los empleadores comienzan a cuestionar si una mujer ha procreado hijos, es soltera, si está embarazada o cualquier otro aspecto personal.

“El hombre cuando va a aumentando en el trabajo es por su ‘expertise’, pero a nosotras las mujeres, es una realidad, que se nos evalúa de otra manera y mucho de esto por nuestras propias compañeras”, reconoció.

La procuradora manifestó que, más allá de los temores a la denuncia, la sociedad en su totalidad tiene que romper con los ciclos culturales que afectan a la mujer.

“Se minimiza la violencia, se minimiza el acto de hostigamiento o se justifica, se minimiza la brecha salarial, se normaliza que no se me dé el mismo empleo, la misma paga, que se me discrimine, que se use la figura de la mujer para X cosas, es tan amplio”, acotó Boria.