Boricuas llevan su descontento ante los congresistas en el Roberto Clemente
Desde la descolonización hasta su aval por las peleas de gallos, fueron diversos los reclamos expresados en la sesión congresional.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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En una sesión que generó tensiones políticas, miembros del Comité de Recursos Naturales de la Cámara baja federal pudieron conocer anoche de primera mano denuncias en contra de la ley Promesa, a favor de la descolonización, la industria de gallos y la eliminación de las normas federales de cabotaje.
“Pensamos que era importante escuchar de las personas afectadas por el huracán María” y la crisis fiscal a que se enfrenta Puerto Rico, indicó el presidente del Comité de Recursos Naturales, el demócrata Raúl Grijalva (Arizona), al abrir la sesión en el Coliseo Roberto Clemente destinada a escuchar a ciudadanos.
Grijalva afirmó en el evento que no quiere aplastar el debate sobre el status, pero que los dos asuntos que puede manejar con urgencia son el proceso de recuperación después de la devastación causada por el huracán María y la revisión de la ley Promesa, incluidos los efectos de las medidas de austeridad implantadas por la Junta de Supervisión Fiscal (JSF).
El gobierno del Partido Nuevo Progresista (PNP) ha reclamado a Grijalva que incluya en su agenda encaminar a Puerto Rico hacia la estadidad, pero el congresista demócrata ha hecho claro que la baja participación en el plebiscito de 2017 le impide mover ese asunto.
De todos modos, una buena parte de los cientos de asistentes a la sesión pública fueron estadistas que llevaron pancartas a favor de su ideal y abuchearon a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, cuando dio su mensaje de bienvenida.
Cruz abogó por la derogación de la ley Promesa, un plan Marshall y una auditoría de la deuda. Aunque entiende la decisión de Grijalva de “no dejar que la conversación sobre el status de Puerto Rico secuestre este diálogo”, resaltó que Promesa “marcó un nuevo hito en nuestra relación colonial al otorgarle a siete funcionarios, no electos por el pueblo de Puerto Rico, la facultad de destinar recursos del país de manera unilateral”.
En medio de abucheos que le lanzaban personas con pancartas proestadidad, la alcaldesa pidió disculpas a Grijalva por el comportamiento “revoltoso de algunos”. Los abucheos también cobraron fuerza durante la presentación del representante del PPD Luis Vega Ramos. Entonces, Grijalva intervino y afirmó que “comprendo y respeto la pasión, pero les pido algo de cortesía”.
Los estadistas que acudieron al evento dieron una fuerte ovación a la comisionada Jenniffer González a su entrada. La congresista demócrata Nydia Velázquez (Nueva York), por su parte, fue recibida con aplausos y algunos abucheos de los estadistas. Menos pasión generaron el republicano Rob Bishop (Utah) y el demócrata boricua Darren Soto (Florida).
Antes de cerrar la audiencia, la comisionada González se paró a hablar y tras agradecer la sesión, afirmó que “la estadidad es el camino para lograr la igualdad plena” y afirmó que al hablar de la ley Promesa “tenemos que atender el problema más neural que tiene Puerto Rico que es el coloniaje”.
Para Velázquez, la intervención de González se convirtió en un mensaje político y dijo que se propone presentar una querella ética. “Este es un viaje oficial”, dijo.
Grijalva sostuvo que entiende las pasiones en torno al status político de Puerto Rico.
Iris Feliciano fue una de las promotoras de la estadidad que obtuvo un turno en el evento. Feliciano sostuvo que respalda la estadidad porque la ciudadanía estadounidense “nos abre las puertas para viajar el mundo”, “es importante pertenece a la nación más poderosa”, los puertorriqueños han participado en las guerras estadounidenses y la elección de miembros del Congreso le otorgaría poder político a la isla.
Mientras, José Torruella Iglesias recordó que su padre peleó en la guerra de Corea sin nunca poder votar por el presidente de EE.UU. que le envío al campo de batalla, y cuestionó por qué después de tener derecho al voto en la formación del gobierno federal, cuando vivió en Kansas, ahora no puede hacerlo.
“Puerto Rico es un país invadido, ocupado y colonizado en 1898. Un país llevado a la quiebra como colonia”, dijo la portavoz del grupo soberanista Junte de Mujeres 2018, Wilda Rodríguez.
En las afueras del coliseo, hubo manifestaciones del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), del grupo Misión Estadista y de la Asociación Cultural y Deportiva del Gallo Fino de Pelea. La vicepresidenta del PIP, María de Lourdes Santiago, sostuvo que la prioridad para Puerto Rico debe ser “atender la condición colonial”.
Brenda Domínguez, profesora universitaria, fue una de las varias ponentes, incluidos estudiantes, que reclamaron fortalecer la Universidad de Puerto Rico (UPR), pues en una jurisdicción pobre como la isla, la universidad del estado es indispensable.
El capítulo de Jubilados de la Federación de Maestros de Puerto Rico denunció que la Junta “pretende menoscabar las pensiones de los participantes de los sistemas de retiro del gobierno”.
Varios de los ponentes, incluidos Gerardo Mora y Rafael Durand, reclamaron derogar el lenguaje de la ley que ordenó extender a Puerto Rico y los demás territorios, efectivo en diciembre, la prohibición de la industria de gallos de pelea.
*Ricardo Cortés Chico y Amanda Pérez Pintado colaboraron con este reportaje.