Vistazo a la misión militar de Estados Unidos en Siria y sus peligros
Un dron iraní estalló el jueves en una base estadounidense en el noreste de Siria, matando a varias personas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Washington. El ataque de un dron iraní contra una base estadounidense en el noreste de Siria –que dejó un contratista muerto y varios soldados heridos de Estados Unidos-- fue el más reciente dentro de las incursiones que han ido en aumento contra las fuerzas de Washington en Siria. Sin embargo, la letalidad de ese ataque se salió de lo usual. En la mayoría de los últimos ataques de este tipo, ningún efectivo estadounidense había resultado herido.
La acción del jueves con un pequeño dron cargado de explosivos desató una serie de ataques aéreos de represalia y el principal comandante estadounidense para el Medio Oriente, general Erik Kurilla, advirtió sin demora que Estados Unidos estaba dispuesto a lanzar más incursiones si era necesario.
Estados Unidos tiene fuerzas militares en Siria desde 2015, pero las bajas más recientes resaltan una misión antiterrorista de Washington que ha sido constante, pero a menudo discreta para combatir a grupos paramilitares apoyados por Irán e impedir el resurgimiento del grupo Estado Islámico.
A continuación, un vistazo a la presencia de las fuerzas de Estados Unidos en Siria:
Todo comenzó con el grupo estado islámico
En un día cualquiera hay, por lo menos, 900 soldados estadounidenses en Siria, junto con un número secreto de contratistas. Además, efectivos de las fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos ingresan en y salen de Siria, pero por lo general en pequeños grupos y no se les incluye en la cifra oficial.
Los efectivos intentan impedir el regreso del grupo Estado Islámico (ISIS, en inglés), que causó devastación en Irak y Siria en 2014 tras apoderarse de grandes franjas de territorio.
Durante años, Estados Unidos y sus aliados en la coalición combatieron a ISIS en Irak y Siria en conjunto con las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) encabezadas por los kurdos. Para 2019, Estados Unidos proclamó la destrucción del califato del Estado Islámico, pero los remanentes del grupo continúan siendo una amenaza, incluidos unos 10,000 combatientes que están en centros de detención en Siria mientras decenas de miles de miembros de sus familias viven en campamentos de refugiados.
Las fuerzas de Washington asesoran y ayudan a las FDS, incluso para mantener la seguridad en los centros de detención, y también efectúan misiones antiterroristas contra el grupo Estado Islámico y otros combatientes afiliados a Al Qaeda, y realizan incursiones contra grupos paramilitares apoyados por Irán que han atacado instalaciones estadounidenses.
Rusia, aliada del gobierno sirio, también está activa en el país, pero Washington y Moscú han utilizado un teléfono para impedir un intercambio de fuego a fin de impedir un conflicto en la zona.
Irán es otra razón de la permanencia de Estados Unidos en Siria
La influencia política de Teherán y la fortaleza de los grupos paramilitares rebeldes en toda la región han creado una preocupación de seguridad a Estados Unidos. Desde la derrota del grupo Estado Islámico, los combatientes apoyados por Irán han ampliado su influencia en la región.
La presencia de las fuerzas estadounidenses en Siria dificulta a Irán el traslado de armas a Líbano para ser utilizadas por sus aliados, como el grupo Hezbollah libanés, contra Israel.
Por ejemplo, la guarnición de al-Tanf en el sureste de Siria se ubica en una carretera vital que puede unir a las fuerzas apoyadas por Irán desde Teherán hasta el sur de Líbano y hasta las puertas de Israel. Así pues, los efectivos en la guarnición estadounidense tienen capacidad para interrumpir lo que podría ser un puente terrestre directo desde Irán hasta el este del Mediterráneo.
La provincia petrolera de Deir el-Zour en el este de Siria, donde Estados Unidos efectuó algunos de sus ataques, se ubica a lo largo de una ruta estratégica. Las fuerzas del gobierno sirio y los grupos apoyados por Irán están desplegadas en la margen occidental del río Éufrates en Deir el-Zour, mientras que las fuerzas estadounidenses apoyan a sus aliados, las FDS, principalmente en la margen oriental.
¿Qué sucedió en el ataque más reciente?
Un pequeño dron explosivo, a veces llamado kamikaze, voló a baja altura sobre la cerca de la base y dio contra una instalación de mantenimiento donde trabajaban efectivos y contratistas de Estados Unidos. El dron no disparó arma alguna, sino que estalló al impacto.
Un contratista perdió la vida en tanto que cinco efectivos y otro contratista, todos estadounidenses, resultaron heridos. Un efectivo regresó al servicio activo y los demás heridos fueron retirados de Siria para atenderlos. Los contratistas son utilizados a menudo para que ayuden en labores de mantenimiento y apoyo logístico.
¿No están protegidos los efectivos estadounidenses?
Estados Unidos mantiene la seguridad en todas sus bases, pero declina de inmediato abundar en detalles. Los periodistas que se desplazan por Siria, incluidos los de The Associated Press, han visto con frecuencia las diversas medidas de seguridad, desde cercas y barreras hasta radares y otros sensores de alta tecnología.
Cuando se le pidió información sobre uno de los radares que no estaba funcionando en la base, Ryder descartó que hubiera un hueco total en la capacidad de vigilancia del radar.
“Había un panorama completo de visión por lo que respecta al radar”, dijo.
Sin embargo, los drones iraníes representan una amenaza grave y cada vez mayor en Siria. Kurilla dijo al Congreso que Teherán está construyendo drones cada vez más modernos y cuenta ya con un arsenal que varía desde pequeños sistemas de corto alcance “a plataformas de ataque de ida para gran distancia”.
Irán también ha provisto drones a Rusia para que los utilice en su actual guerra en Ucrania.
Escaramuzas previas
Uno de los intercambios más mortales entre Estados Unidos y grupos apoyados por Irán ocurrió en diciembre de 2019, cuando los ataques estadounidenses en Irak y Siria dejaron 25 combatientes muertos y un número indeterminado de heridos entre el grupo paramilitar iraquí Kataeb Hezbollah apoyado por Irán. Estados Unidos dijo que el ataque fue en represalia por la muerte de un contratista estadounidense en un ataque con cohetes contra una base militar iraquí que atribuyó al grupo.
En agosto de 2022, Estados Unidos efectuó ataques contra grupos apoyados por Irán en la provincia de Deir el-Zour. El pentágono señaló que los ataques tuvieron como propósito enviar un mensaje a Irán, al que Washington culpó de varios ataques con drones, incluido el efectuado contra la guarnición de al-Tanf. La base también fue atacada en enero con tres drones explosivos y dos combatientes de la oposición siria resultaron heridos. Otra vez, Estados Unidos responsabilizó a grupos apoyados por Irán.
Israel, por su parte, atacó objetivos iraníes en el este de Siria, aunque rara vez anuncia su autoría. En noviembre de 2022, ataques aéreos fueron lanzados contra camiones cisterna que cruzaban desde Irak hacia el este de Siria. El convoy supuestamente transportaba combustible y armas a grupos armados en Deir el-Zour. Estados Unidos negó que hubiera participado en la operación y un oficial militar israelí dejó entrever después que Israel estuvo detrás del ataque.