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WASHINGTON. El presidente Donald Trump se dirige el martes a Texas para tratar de demostrar la atención del gobierno federal ante las penurias de los residentes tras el paso de la tormenta Harvey.
El mandatario hará consultas para enterarse de las gestiones en curso para ayudar al estado a recuperarse de la devastación engendrada por la tormenta. La tormenta, que arrojó torrenciales aguaceros sobre el sudeste de Texas y dejó a Houston prácticamente paralizada, ofrece a Trump su primera prueba para enfrentar un desastre natural de magnitud nacional.
El presidente recibirá informes sobre las gestiones de rescate en Corpus Christi, Texas, y luego se reunirá con funcionarios de emergencia en Austin. Estará acompañado por la primera dama Melania Trump y otros funcionarios.
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Algunos políticos expresaron dudas sobre si es un buen momento para que el mandatario vaya a la zona.
“Las condiciones no han cambiado en Houston así que probablemente no es apropiado que él vaya, no están dadas las condiciones para que él vaya, pero es importante ver con sus propios ojos la magnitud de la devastación”, opinó el representante republicano por Texas Blake Farenthold.
Trump ha asegurado que el gobierno hará todo a su alcance para reparar los daños causados por el desastre nacional.
“La recuperación será larga y difícil y el gobierno federal está listo, está capacitado y está dispuesto a impulsar ese esfuerzo”, dijo el mandatario el lunes en conferencia de prensa conjunta con el presidente de Finlandia.