Washington. El presidente Donald Trump ha presentado a los gobernadores una hoja de ruta para recuperarse del impacto económico de la pandemia de coronavirus, con un “enfoque gradual y deliberado” para restaurar la actividad normal en regiones donde se efectúan pruebas y disminuyen los casos de COVID-19.

Las nuevas normas apuntan a mitigar las restricciones en zonas de bajo contagio del coronavirus y mantenerlas en las regiones más afectadas. Aclaran que el regreso a la normalidad será un proceso mucho más largo de lo que previó Trump inicialmente.

"Nuestra vida vuelve a comenzar", dijo Trump el jueves en su conferencia de prensa diaria. "Comenzamos nuevamente el rejuvenecimiento de nuestra economía".

"Éste es un proceso gradual", añadió.

Las autoridades federales advierten que algunas medidas de distanciamiento social seguirán vigentes durante el resto del año para prevenir un nuevo brote. Adicionalmente, refuerzan los planes ya elaborados por algunos gobernadores, que son los principales responsables de la salud pública en sus estados.

"Ustedes tomarán las decisiones", dijo Trump en una teleconferencia con los gobernadores el jueves por la tarde, de la cual The Associated Press obtuvo una grabación de audio. "Nosotros los apoyaremos".

Los lugares de bajo contagio y donde cuentan con medios para testear a la población iniciarán una reapertura gradual de los negocios y las escuelas en tres fases.

En la primera fase, el plan recomienda el distanciamiento social estricto en público. Se evitarán las aglomeraciones de más de 10 personas y se desalientan los viajes no esenciales.

En la segunda, se exhorta a la gente a mantener el distanciamiento social y limitar las reuniones a no más de 50 personas a menos que se tomen medidas de precaución. Podrían recomenzar los viajes.

La tercera fase es la del regreso a la normalidad para la mayor parte del país, aunque buscando identificar y aislar los nuevos focos de contagio.

Trump dijo que las tendencias recientes en algunos estados eran tan positivas que podían empezar a tomar las medidas de la primera fase casi inmediatamente. "Podrán hacerlo literalmente mañana", dijo el presidente.

Las normas recomiendan que los estados verifiquen los datos de casos nuevos, hagan pruebas de COVID-19 y vigilancia durante 14 días antes de pasar a la fase siguiente.

Gobernadores de ambos partidos dijeron claramente que aplicarán sus propios criterios. El gobernador demócrata de Delaware, John Carney, dijo que las normas le "parecen sensatas".

"Estamos a días, tal vez semanas, del punto de partida y después tiene que haber 14 días de disminución de casos, disminución de síntomas y de contar con la capacidad hospitalaria para el caso de un rebote", dijo.

El gobernador republicano de Virginia Occidental, Jim Justice, un aliado de Trump, habló con cautela de reabrir partes del estado, pero dijo que se debería elevar la capacidad de pruebas y rastreo de contactos antes de levantar las restricciones.

“Todo se olvidaría muy rápidamente si pasáramos a una etapa antes de lo debido y después nos encontráramos en una situación con la gente muriendo como moscas”, dijo Justice a la prensa.