Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó este jueves a China con aranceles y aseguró haber visto pruebas que le permiten afirmar con un alto grado de confianza que el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan, algo que Pekín niega.

El mandatario hizo esas declaraciones en una rueda de prensa en la Casa Blanca, en la que un periodista le preguntó si planeaba cancelar parte de sus obligaciones de deuda con Pekín para castigar al gigante asiático por su gestión de la pandemia, tal y como publicó hoy el diario The Washington Post.

"Podemos hacerlo de otras formas, podemos hacerlo con aranceles, podemos hacerlo de otras formas incluso más allá de eso, sin tener que jugar a ese juego", respondió el mandatario sin ofrecer más detalles sobre la posibilidad de un castigo.

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De acuerdo a The Washington Post, que cita a cuatro funcionarios de Administración, este jueves estaba previsto la celebración de una reunión de responsables de varias agencias gubernamentales, entre ellos algunos de Inteligencia, para trazar una estrategia en busca de represalias a China.

En la rueda de prensa, Trump volvió a culpar al Gobierno chino del virus y, en una escalada de tono, apuntó que Pekín pudo haberlo parado, pero eligió dejar que se propagara por el mundo.

"Podrían haberlo parado, ellos (China) son una nación muy brillante, científicamente y en otras cosas. Se escapó, digamos eso, y ellos podrían habérselo guardado, podrían haberlo parado, pero no lo hicieron", aseveró.

Además, dijo tener pruebas que le permiten asegurar que la fuente del SARS-CoV-2 es un laboratorio de la ciudad de Wuhan, donde se detectaron los primeros casos.

En concreto, un periodista le preguntó si tenía pruebas que le permitan afirmar con un alto grado de confianza que el nuevo coronavirus se originó en dicho laboratorio, a lo que Trump contestó: "Sí, sí las tengo y creo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) debería estar avergonzada".

El presidente consideró que la OMS ha actuado como "una agencia de relaciones públicas" de China debido a las alabanzas que pronunció sobre el manejo que hizo el Ejecutivo chino del virus. Por ese motivo, ya a mediados de abril, Trump anunció que congelaba entre 60 y 90 días los pagos a la OMS.

La OMS ha señalado que, hasta la fecha, se desconoce cuál es la fuente del nuevo coronavirus.

Aparte de las insinuaciones de Trump, algunas autoridades chinas han promovido la teoría de que soldados estadounidenses introdujeron la enfermedad durante su participación en los Juegos Mundiales Militares de Wuhan en octubre.

Precisamente este jueves la Inteligencia Nacional descartó que el coronavirus sea una creación artificial.

La oficina del director de esa agencia federal, Richard Grenell, destacó en un comunicado que "la comunidad de Inteligencia coincide con el amplio consenso científico de que el virus de COVID-19 no es ni artificial ni genéticamente modificado".

En 2018, Pekín y Washington se embarcaron en una guerra comercial que llevó a la imposición mutua de aranceles, aunque en diciembre de 2019 llegaron a un principio de acuerdo, que permitió que ambos países disfrutaran de unos meses de aparente cordialidad, pero Trump este jueves afirmó que ese pacto es algo "secundario" comparado con el coronavirus.

Según datos de la Universidad Johns Hopkins en el país ya se registran más de un millón de contagios y más de 62,000 muertes, lo que ubica al país como el principal foco de la pandemia en el mundo.