San Antonio. Cincuenta migrantes murieron tras quedar abandonados en un tractocamión en un remoto camino vecinal en San Antonio, en la tragedia más reciente que les cuesta la vida a migrantes ingresados de contrabando desde México a Estados Unidos. Más de una decena de personas, entre ellas cuatro niños, permanecían hospitalizadas.

Un empleado municipal escuchó un pedido de auxilio desde el camión el lunes poco antes de las 6 de la tarde y descubrió la escena horripilante, dijo el jefe de policía William McManus. Horas después había bolsas para cadáveres tendidas en el suelo y los cuerpos seguían en el interior del camión.

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Inicialmente, se informó de 46 migrantes muertos en el camión, y el martes se reportó que cuatro más murieron en el hospital.

Entre las víctimas hay 39 hombres y 11 mujeres, informó Nelson Wolff, juez del condado Bexar, el principal funcionario público local.

El alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg, dijo que los muertos tenían “familias que probablemente buscaban una vida mejor”.

“Esto es nada menos que una tragedia humana horrenda”, dijo Nirenberg.

Un trabajador municipal que se encontraba en una remota carrera en el suroeste de San Antonio fue alertado de la situación por un grito de auxilio el lunes.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre dijo a reporteros a bordo de Air Force One que el presidente Joe Biden está “monitoreando de cerca estos reportes absolutamente horripilantes y desgarradores”. Rechazó las denuncias de políticos republicanos de que el gobierno fue responsable de las muertes.

“Nuestros rezos van dirigidos a quienes trágicamente perdieron la vida, a sus seres queridos y a quienes todavía tratan de sobrevivir. Estamos además agradecidos por la rápida respuesta de las fuerzas de seguridad locales, estatales y federales”, añadió Jean-Pierre.

Los cruces de la frontera han costado miles de vidas en décadas recientes a medida que la gente busca un futuro mejor en el norte. En 2017, 10 migrantes murieron atrapados en un camión estacionado en un Walmart en San Antonio. El 2003, se hallaron los cuerpos de 19 migrantes en un camión abandonado al sureste de San Antonio en medio de un calor intenso.

De inmediato se desconocía los países de origen de todos los migrantes y desde cuándo se encontraban abandonados a la vera del camino vecinal.

Entre ellos hay 22 mexicanos, siete guatemaltecos y dos hondureños, dijo Roberto Velasco Álvarez, jefe de Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

En un tuit expresó sus condolencias y aseguró que todos los responsables serán llevados ante la justicia.

El sur de Texas ha sido la zona más transitada en cuanto a cruces no autorizados de la frontera. Los migrantes en vehículos pasan los retenes de la Patrulla Fronteriza a San Antonio, la ciudad grande más cercana, desde donde se dispersan por todo Estados Unidos.

Se han producido otros incidentes mucho antes de que los migrantes llegaran a la frontera. En diciembre, más de 50 murieron cuando un semirremolque que los trasportaba volcó en una ruta en el sur de México. En octubre, las autoridades mexicanas informaron haber descubierto a 652 migrantes en seis camiones cerca de la frontera. Los habían detenido en un retén militar.

La policía al arribar encontró un cadáver en el suelo cerca del camión, que tenía una puerta entornada. Hay tres personas arrestadas, pero aún no se había establecido si estaban relacionadas con el tráfico de seres humanos, dijo McManus. El camión había desaparecido el martes por la mañana, pero el acceso al lugar del hallazgo seguía bloqueado.

De los 16 hospitalizados con trastornos provocados por el calor, 12 eran adultos y cuatro eran niños, dijo el jefe de bomberos, Charles Hood. Dijo que estaban deshidratados y que no había agua en el camión.

“Padecían golpe de calor y extenuación”, dijo Hood. “Era un tractocamión refrigerado, pero no había un acondicionador de aire a la vista”.

Los pasajeros del camión eran parte de un presunto intento de contrabando de migrantes a Estados Unidos, y la investigación está a cargo del Departamento de Seguridad Nacional.

Los grandes camiones se convirtieron en un método de contrabando muy utilizado a principios de los 90 al multiplicarse los esfuerzos para impedir el ingreso ilegal en San Diego y El Paso, Texas, entonces las rutas más utilizadas.

Antes de eso, la gente pagaba una pequeña tarifa a operadores locales que los ayudaban a cruzar una frontera escasamente vigilada. A medida que el cruce se volvió cualitativamente más difícil a raíz de los ataques terroristas de 2001, los migrantes empezaron a pagar miles de dólares para que los introdujeran por terrenos peligrosos.

El calor constituye un peligro grave, sobre todo en el interior de los vehículos. El cielo estaba nublado en la zona de San Antonio, pero la temperatura era cercana a los 38 grados Celsius (100 Fahrenheit).

Algunos defensores de los migrantes encontraron una relación con las políticas de migración del gobierno actual. Aaron Reichlin-Melnick, director del Consejo Estadounidense de Inmigración, escribió que temía una tragedia semejante desde hace meses.

“Con una frontera tan cerrada como está hoy a los migrantes de México, Guatemala, Honduras y El Salvador, la gente se ve forzada a tomar rutas cada vez más peligrosas. El contrabando en camión es una manera de llegar”, tuiteó.

Stephen Miller, uno de los arquitectos principales de las políticas de inmigración del expresidente Donald Trump, dijo que “los contrabandistas y traficantes de seres humanos son gente maligna”, y el método de seguridad fronteriza del gobierno del presidente Joe Biden favorece sus acciones.

El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, que busca su reelección, dijo sin ambages que “estas muertes son responsabilidad de Biden. Son el resultado de sus mortíferas políticas de frontera abierta”.

Se ha expulsado a migrantes —principalmente de México, Guatemala, Honduras y El Salvador— más de 2 millones de veces bajo una norma vigente desde marzo de 2020 que les niega la posibilidad de solicitar asilo, pero alienta la reincidencia en los intentos porque el ser atrapado no conlleva consecuencias legales. Gente de países como Cuba, Nicaragua y Colombia está menos sujeta a la ley debido al alto costo de la deportación, las relaciones diplomáticas tensas y otras consideraciones.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés) reportó 557 muertes en los 12 meses que finalizaron el 30 de septiembre, más del doble de las 247 reportadas el año anterior y la cifra más alta desde que se llevan estadísticas en 1998. La mayoría se deben al calor.

La CBP no ha publicado una cifra de muertes para este año, pero dijo que la Patrulla Fronteriza llevó a cabo 14,278 “misiones de búsqueda y rescate” en los siete meses que concluyeron en mayo, comparado con 12,833 en los 12 meses anteriores y 5.071 el año anterior.