Sobrina de Celia Cruz quiere llevar la fuerza de su tía al Senado de Georgia
La madre de dos jóvenes, de 24 y 26 años, dijo que guarda recuerdos especiales de su convivencia con Celia Cruz, que también era su madrina.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Atlanta. Linda Pritchett, sobrina de la legendaria Celia Cruz, se ha inspirado en el legado que dejó la guarachera cubana, con quien se crió en Nueva York, para intentar representar a los latinos en el Senado estatal de Georgia, adonde quiere llevar la fuerza y la justicia social que movían a su tía.
Pritchett, de 51 años, aspira a convertirse en senadora estatal por el Distrito 39, luego de que se convocara a una elección especial para reemplazar a la actual candidata demócrata para ese escaño, Nikema Williams, quien fue escogida para sustituir al fallecido congresista por Georgia e ícono de los derechos civiles John Lewis.
La relación con ‘La Guarachera de Cuba’ marcó la vida de Pritchett, que vivió con ella durante su niñez y juventud, en Queens, Nueva York, donde -recuerda- le enseñó a leer, escribir y otras muchas importantes lecciones que ahora le sirven de inspiración para su campaña política.
“Mi tía me enseñó a ser profesional, a hacer las cosas bien. Y eso se ha quedado conmigo. Y ella era también política, no le gustaba que maltrataran a la gente y quería que la gente tuviera oportunidades”, manifestó Pritchett a Efe.
La madre de dos jóvenes, de 24 y 26 años, dijo que guarda recuerdos especiales de su convivencia con Celia Cruz, que también era su madrina.
“Éramos una familia bien unida, vivíamos todos juntos, hasta los 18 años, cuando mi tía se mudó a Miami y yo me fui a estudiar a la universidad de Stony Brook”, relató.
Pritchett posteriormente dejó la universidad e incursionó en el negocio de los seguros de vida antes de volver a retomar su carrera universitaria, esta vez en Saint Leo University, en Florida, donde obtuvo el bachillerato en Justicia Criminal.
Años después, la cubanoestadounidense conoció a la senadora estatal de Georgia Donzella James, que fue quien la motivó a lanzarse por primera vez a la política, en 2012, en las elecciones primarias demócratas para elegir al candidato de ese partido para ocupar el escaño del Distrito 63 de la Cámara de Representantes de Georgia.
En su debut en la política, quedó en tercer lugar, pero ello no la desanimó a continuar intentándolo.
“A partir de ahí, cuando hay una oportunidad, cuando hay alguien que no está haciendo el trabajo, no está representando a la gente o no hay nadie, me he postulado”, dijo Pritchett, que se volvió a lanzar como candidata en 2016, 2017 y 2018.
En junio de este año se postuló para ser la candidata demócrata en la elección por el escaño del Distrito 39 del Senado de Georgia y perdió frente a la actual titular, que posteriormente, tras la muerte de Lewis, se retiró de esa contienda para aspirar al escaño que dejó vacante el ícono de los derechos civiles.
Esta nueva oportunidad para buscar el cargo la aprovechó nuevamente y se volvió a registrar en septiembre como candidata al Senado estatal.
“Es bien raro que una persona pueda aspirar para el mismo asiento en un año”, comentó.
“Lo que veo es que hay mucha gente en la Legislatura que hace promesas y después que la eligen, no hacen nada, solo atienden a funciones y se toman fotos. Para mí, esto no tiene sentido, porque si se postulan para hacer un trabajo, el trabajo se tiene que hacer”, expresó Pritchett.
La neoyorquina afirma que cuenta con la experiencia y fortaleza para defender a su gente y que, de ganar, sus prioridades son aumentar el salario mínimo y mejorar la educación pública y el proceso electoral, en un estado que presentó múltiples problemas en las pasadas elecciones primarias celebradas este año.
“Siendo cubano-americana, siempre voy a luchar por mi gente, por los latinos que se merecen la oportunidad de estar en este país, para poder vivir mejor”, sostuvo.
Además de la contienda electoral, Pritchett enfrenta otra batalla, una legal y personal, tras ser desalojada de su vivienda en septiembre en medio de la pandemia de la COVID-19, algo que, asegura, está afectando a muchas personas durante esta crisis sanitaria.
“En 2018 mi mamá estaba bien enferma y mi papá estaba enfermo en el hospital, y decidimos declarar la bancarrota para poder reducir los pagos”, explicó la cubanoestadounidense sobre la razón por la cual ahora libra una lucha en corte para poder conservar su hogar en la ciudad de South Fulton.
La aspirante demócrata dijo que nunca le presentaron una orden para desalojar su vivienda y que le formularon cargos falsos de allanamiento de morada, tras los cuales acabó arrestada y estuvo presa durante 24 horas.
“Sigo peleando y presenté otra moción en la corte. Creo que todo se va a arreglar, pero parece que nadie tiene compasión, y hay mucha gente que está sufriendo lo mismo que yo y que no saben defenderse como yo, porque trabajo en la profesión legal. Es una tragedia tratar a la gente así en medio del COVID. Los CDC dicen que no pueden botar a nadie, pero parece que la policía no quiere hacer caso”, agregó Pritchett.