ORLANDO, Florida — Luis Burbano sintió que sus huesos se estremecieron cuando comenzó la balacera en la madrugada del domingo en el club nocturno gay de Orlando en el que un hombre armado abrió fuego, mató a 49 personas y dejó otras 50 heridas.

Poco más de un día después, Burbano era incapaz de dormir y estaba agobiado por la culpa de ser uno de los que sobrevivieron a la masacre.

Alrededor de las 02:00 del domingo, Burbano escuchó disparos. Estaba en una sala lateral más pequeña en el club Pulse y el ritmo de los tiros coincidía con el de la música que salía de un altavoz. Él y su amigo pensaron que era parte de la música que habían estado disfrutando toda la noche.

Relacionadas

"Sonó ba, ba, ba. Pero entonces todos miramos alrededor y dijimos que había sonado raro", declaró Burbano, sentado en el porche delantero de su casa en la comunidad Avalon Park en Orlando.

"Cuando escuché los disparos supe que no eran de pistola", afirmó. La música en la parte trasera del club, llamada sala Adonis, cesó cuando comenzaron los balazos, dijo Burbano. Los disparos comenzaron a escucharse cada vez más cerca.

Se tiró al piso. Agarró a su mejor amigo y a una chica que estaba al lado y los obligó a que también se tiraran al piso.

Después de la descarga inicial hubo un silencio de unos 10 segundos. Burbano emprendió una carrera hacia una puerta lateral que decía "solo empleados" para salir del recinto. Detrás de esa puerta, unas 20 personas estaban atrapadas en un estrecho pasillo intentando también escapar.

"En ese momento, los disparos comenzaron a escucharse más fuerte y más cerca, como (si el atacante) estuviera acercándose", declaró Burbano.

Cerró la puerta y la sostuvo así algunos segundos para permitir que las personas atrapadas en el pasillo pudieran salir.

Burbano logró salir algunos segundos después y advirtió que estaba cubierto de sangre.

Cerca de él había otro hombre que tenía un brazo destrozado por los disparos.

Burbano se quitó la playera y con ella le hizo un torniquete al hombre en el brazo, que le colgaba.

Vio que otros de los que estaban en el local, con heridas de bala y angustiados, se tiraron al piso.

Pronto la policía le dijo que corriera y eso hizo.

"Hasta que un día te pasa, uno no se sabe cómo va a reaccionar", afirmó.

Entre sollozos, Burbano dijo que no se sentía afortunado de haber salido con vida.

"Alguien me dijo que la vida me estaba dando una segunda oportunidad. Yo dije '¿Es así? Lo lamento. Lamento esa segunda oportunidad", agregó.