Swannanoa, Carolina del Norte. El presidente Joe Biden inspeccionará la devastación en Carolina del Norte y Carolina del Sur el miércoles, mientras los rescatistas continúan buscando a las personas desaparecidas tras el huracán Helene, que causó daños catastróficos en el sureste y dejó al menos 166 muertos.

Muchos residentes en ambos estados aún no tienen agua corriente, servicio celular ni electricidad mientras las aguas de la inundación retroceden, revelando más de la muerte y destrucción que dejó Helene a su paso.

“Tenemos que acelerar este proceso de recuperación”, dijo Biden el martes, estimando que costará miles de millones de dólares. “La gente está aterrada. Esto es urgente”.

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Helene, una de las tormentas más mortales en la historia reciente de Estados Unodos, dejó sin electricidad y servicio celular a millones de personas. Más de 1.2 millones de clientes seguían sin luz la madrugada del miércoles en las Carolinas y Georgia. Algunos residentes cocinaban con parrillas de carbón o caminaban hasta zonas elevadas con la esperanza de encontrar señal para avisar a sus seres queridos que estaban vivos.

El martes, perros rastreadores y equipos de búsqueda recorrían el lodo hasta las rodillas y los escombros en las montañas del oeste de Carolina del Norte, buscando más víctimas. Al menos 57 personas murieron solo en el condado de Buncombe, hogar de la ciudad de Asheville, un destino turístico conocido por sus galerías de arte, cervecerías y actividades al aire libre.

En Swannanoa, una pequeña comunidad cerca de Asheville, las aguas que retrocedían revelaron autos apilados unos sobre otros y casas rodantes que habían sido arrastradas por la tormenta. Las carreteras estaban cubiertas de barro y escombros y marcadas por hundimientos.

Cliff Stewart sobrevivió a dos pies de agua que entraron en su casa, cubriendo las ruedas de su silla de ruedas y haciendo flotar sus frascos de medicinas de una habitación a otra. Sin electricidad y dependiente de la comida que le traen sus amigos, ha rechazado ofertas de ayuda para irse.

“¿A dónde voy a ir?”, dijo el veterano del Cuerpo de Marines. “Esto es todo lo que tengo. No quiero abandonarlo, porque ¿qué voy a hacer? ¿Ser un sintecho? Prefiero morir aquí que vivir en la calle”.

“Comunidades enteras fueron borradas del mapa”, dijo el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, en una conferencia de prensa.

Al otro lado de la frontera, en el este de Tennessee, una caravana encabezada por el gobernador Bill Lee, que inspeccionaba los daños cerca del pueblo de Erwin, pasó junto a un equipo que sacaba dos cuerpos de los escombros, un recordatorio sombrío de que las operaciones de rescate y recuperación aún están en curso y es probable que el número de muertos aumente.

En Augusta, Georgia, Sherry Brown convertía la energía del alternador de su auto para mantener su refrigerador en funcionamiento. Se ha estado bañando con agua recogida en enfriadores. En otra parte de la ciudad, la gente hacía fila durante más de tres horas para obtener agua en uno de los cinco centros establecidos para atender a más de 200,000 personas.

¿Qué se está haciendo para ayudar?

Los equipos de emergencia exhaustos trabajaban las 24 horas para despejar carreteras, restablecer la electricidad y el servicio telefónico, y llegar a las personas aún atrapadas por la tormenta, que mató al menos a 166 personas en seis estados, incluidas muchas que fueron golpeadas por árboles caídos o quedaron atrapadas en autos y casas inundadas. Casi la mitad de las muertes ocurrieron en Carolina del Norte, mientras que docenas más ocurrieron en Carolina del Sur y Georgia.

Más de 150,000 hogares se han registrado para recibir ayuda de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, y se espera que ese número aumente rápidamente en los próximos días, dijo Frank Matranga, representante de la agencia.

Se han enviado casi 2 millones de comidas listas para comer y más de un millón de litros de agua a las áreas más afectadas, dijo.

La tormenta desató las peores inundaciones en un siglo en Carolina del Norte, donde en algunos lugares cayeron más de 61 centímetros (2 pies) de lluvia.

La administración de Cooper dijo el martes que más de dos docenas de plantas de agua seguían cerradas. Podrían necesitarse unidades militares activas para ayudar en la recuperación a largo plazo, dijo, agregando que Biden había dado “luz verde” para movilizar pronto recursos militares.

Un tramo de una de las principales arterias de la región, la Interestatal 40, reabrió el martes después de que se despejara un deslizamiento de tierra, pero un tramo colapsado cerca de la frontera de Carolina del Norte con Tennessee seguía cerrado.

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Cómo están enfrentando la situación las áreas más afectadas

El martes, residentes y dueños de negocios usaban máscaras y guantes mientras limpiaban escombros en Hot Springs, Carolina del Norte, donde casi todos los edificios a lo largo de la pequeña calle principal de la ciudad resultaron gravemente dañados.

Sarah Calloway, propietaria de la tienda de delicatessen y productos gourmet Vaste Riviere Provisions, dijo que la tormenta llegó a la ciudad increíblemente rápido. Ayudó a llenar sacos de arena la noche anterior, pero resultaron inútiles. El agua subió tan rápidamente que, aunque estaban en un apartamento en un piso superior, temían no estar seguros. Llamaron para pedir un rescate a un equipo de aguas rápidas.

“Intentaron llegar hasta nosotros, y en ese momento no pudieron”, dijo. “Afortunadamente, fue cuando el agua empezó a retroceder”.

“Fue muy difícil ver lo rápido que subió el agua y luego ver edificios completos flotando río abajo. Es algo que no puedo describir”, añadió.

En el parque de casas móviles Black Mountain en Swannanoa el martes, Carina Ramos y Ezekiel Bianchi estaban abrumados por los daños. La pareja, sus hijos y su perro huyeron en la oscuridad antes del amanecer del viernes, mientras las aguas del río Swannanoa subían rápidamente, inundando el extremo inferior del parque.

Para entonces, los árboles bloqueaban las carreteras y la pareja abandonó sus tres vehículos, todos los cuales se inundaron.

“Dejamos todo porque estábamos en pánico”, dijo Ramos.

Sus hijos se quedaron con los padres de Ramos y no querían ni ver el remolque devastado.

“Mi hija estaba llorando, en pánico”, dijo Ramos. “Dice que no quiere ver su cuarto lleno de juguetes, todos tirados por todas partes”.

Servicio móvil fuera de servicio

Los daños generalizados y los cortes que afectan la infraestructura de comunicaciones dejaron a muchas personas sin acceso estable a internet y servicio celular.

El alcalde Zeb Smathers de Canton, Carolina del Norte, expresó su frustración el martes porque muchos de sus residentes aún no tenían servicio celular y no se les había dado un plazo claro de cuándo se restauraría.

“La gente camina por las calles de Canton con sus teléfonos levantados, tratando de captar una señal de celular como si fuera una mariposa”, dijo a The Associated Press. “Cada aspecto de esta respuesta ha sido extremadamente limitado por la falta de comunicación celular. La única vez que necesitábamos que nuestros celulares funcionaran, fallaron”.

Equipos de Verizon trabajaban para reparar torres celulares caídas, cables de fibra dañados y proporcionar formas alternativas de conectividad en toda la región, dijo la compañía en un comunicado.

Mientras tanto, AT&T dijo que lanzó “una de las mayores movilizaciones de nuestros activos de recuperación ante desastres para apoyar la conectividad de emergencia”.

Los esfuerzos por restaurar el servicio se complicaron debido a la topografía de la región y a su población dispersa, dijo David Zumwalt, presidente y director ejecutivo de la Asociación para la Banda Ancha Sin Fronteras.

Destrucción de Florida a Virginia

Helene tocó tierra en Florida el jueves por la noche como un huracán de categoría 4 y trastornó la vida en todo el sureste, donde también se reportaron muertes en Florida, Tennessee y Virginia.

En Georgia, el paso de Helene por el interior dejó sin electricidad y destrozó vidas desde Valdosta hasta Augusta, donde una fila de autos esperando por agua el martes se extendía por al menos 0.8 kilómetros (media milla) por la carretera.

“Ha sido difícil”, dijo Kristie Nelson, quien no sabía cuándo le devolverían la electricidad. “Estoy desesperada por una ducha caliente”.

Con al menos 36 muertos en Carolina del Sur, Helene superó a las 35 personas que murieron en el estado después de que el huracán Hugo tocara tierra al norte de Charleston en 1989.

Cuando el gobernador de Tennessee, Lee, voló a la parte oriental del estado para inspeccionar los daños el martes, los residentes dijeron que el gobernador y su séquito fueron la primera ayuda que vieron desde que la tormenta golpeó.

“¿Dónde ha estado todo el mundo?”, preguntó un residente local frustrado. “Hemos estado aquí solos”.