Se desploma el precio del petroleo por el coronavirus
Los precios del crudo a nivel mundial, y en concreto del crudo de Texas, han sufrido hoy su peor día desde 1991.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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El precio del petróleo de Texas (WTI) para entrega en abril abrió este lunes con un desplome del 22 % debido a la reciente guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia después de que la OPEP no consiguiese acordar con Moscú un nuevo recorte en la producción de crudo para paliar los efectos del coronavirus (COVID-19).
A las 9:10 de la mañana el barril cotizaba a $32.15 dólares el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York tras perder $9.16 dólares.
Los precios del crudo a nivel mundial, y en concreto del crudo de Texas, han sufrido hoy su peor día desde 1991 y se han empezado a mover en unos niveles no vistos desde que el mercado petrolífero sufriese las consecuencias de la primera Guerra del Golfo.
Como consecuencia de la falta de acuerdo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y su principal aliado, Rusia, para recortar en 1.5 millones de barriles por día la producción de crudo por la crisis por el coronavirus de Wuhan (COVID-19), Arabia Saudí anunció la reducción drástica de los precios del petróleo y se prepara para aumentar la producción en el marco de una agresiva campaña para arrebatar cuota de mercado a Rusia.
Según los analistas, Arabia Saudí cuenta con la ventaja de que es el país con menores costes de producción de crudo, por lo que puede utilizar esa posición para arrastrar los precios.
En este marco, el país arábigo ha ofrecido descuentos masivos al precio de los contratos de abril y se prepara ya para un aumento masivo de su producción para producir por encima de los 10 millones de barriles por día, en vez de los 9.7 millones actuales y tiene capacidad para llegar hasta los 12.5 según fuentes citadas por el canal especializado CNBC.
La disputa entre Arabia Saudí y Rusia, que amenaza con afectar a los dividendos de las grandes petroleras, llega justo en un momento en el que la demanda está por los suelos como consecuencia de la caída de los desplazamientos por la crisis del coronavirus (COVID-19).