NASHVILLE, Tennessee, EE.UU.-  Un tribunal de apelaciones revocó las condenas por sabotaje a una monja de 85 años y otras dos activistas que penetraron en una instalación donde se almacenan varias bombas de uranio y pintaron lemas y vertieron sangre en los muros.

En una decisión por 2 votos contra 1, un panel del tribunal de apelaciones revocó la condena más seria contra la hermana Megan Rice, Michael Walli, de 66 años, y Greg Boertje-Obed, de 59. En cambio mantuvo una condena por dañar propiedad del gobierno.

El 28 de julio del 2012, los activistas atravesaron varias cercas en el Complejo Nacional de Seguridad en Oak Ridge para llegar hasta la casamata donde se almacena el uranio. Allí colocaron carteles, rezaron y golpearon el muro exterior para simbolizar un pasaje bíblico que se refiere al fin de la guerra: "De las espadas forjarán arados".

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La opinión mayoritaria determinó que la protesta pacífica no lesionó la seguridad nacional.

"Si un acusado voló un edificio utilizado para fabricar componentes de armas nucleares, el gobierno por cierto podría demostrar un efecto adverso sobre la capacidad de la nación de atacar o defenderse. Pero leyendas imprecisas sobre el papel crucial de una instalación en la defensa nacional no son suficientes para condenar a un acusado de sabotaje", dijo la opinión de la mayoría.

Rice cumple una sentencia de menos de tres años, y Walli y Boertje-Obed de poco más de cinco años.

El abogado defensor Bill Quigley manifestó la esperanza de que vuelvan a ser sentenciados a los períodos de prisión que ya cumplieron y queden en libertad.