Renuncia director de la FDA
Gottlieb, de 49 años, ha decidido abandonar su cargo en Washington para pasar más tiempo con su familia, que vive en Connecticut.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
PUBLICIDAD
Scott Gottlieb, el director de la Agencia Federal de Alimentos y Fármacos (FDA, por su sigla en inglés), renunció a su cargo, desde el que había lanzado una ambiciosa campaña contra el uso de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes, anunció este martes el presidente, Donald Trump.
"Scott Gottlieb, que ha hecho un trabajo absolutamente excelente como comisionado de la FDA, planea abandonar su servicio en el gobierno en algún momento del próximo mes", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
"Scott nos ha ayudado a rebajar los precios de los medicamentos, conseguir que se aprueben y entren en el mercado un número récord de fármacos genéricos, y muchas otras cosas. ¡Le echaremos mucho de menos, a él y a su talento!", agregó.
Gottlieb, de 49 años, ha decidido abandonar su cargo en Washington para pasar más tiempo con su familia, que vive en Connecticut, y no debido a ningún desacuerdo con la Casa Blanca, de acuerdo con fuentes gubernamentales citadas por medios estadounidenses.
"Este ha sido un viaje maravilloso, y dejarlo es algo muy duro", escribió Gottlieb en su cuenta de Twitter.
Su dimisión llega, sin embargo, en un momento en el que la oficina de gestión y presupuesto de la Casa Blanca está revisando la gran iniciativa de Gottlieb, un plan para restringir la venta de cigarrillos electrónicos.
El director de la FDA denunció el pasado septiembre que "el uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes ha alcanzado una proporción epidémica".
Según la FDA, un total de 3,62 millones de estudiantes de secundaria en Estados Unidos consumían cigarrillos electrónicos -aparatos que utilizan baterías para calentar nicotina líquida hasta convertirla en vapor inhalable- en 2018, lo que supuso un aumento del 78 % respecto a los datos del año anterior.
El plan de Gottlieb para restringir la venta de esos dispositivos ha recibido algunas críticas de la industria del tabaco y de algunos conservadores que se oponen a cualquier aumento en las regulaciones gubernamentales, pero muchos esperan que salga adelante aún después de la renuncia de su impulsor.