Denver. Una joven que le escribía a Dios en sus diarios, un chico con problemas de aprendizaje que estaba aprendiendo a querer a la persona que era y un adolescente que pasaba cada minuto libre pescando. Son algunas de las 13 víctimas del tiroteo en la Escuela Secundaria Columbine recordadas el viernes durante una vigilia en la víspera del 25to aniversario de una balacera que, en aquel momento, era la peor que se había registrado nunca en el país.

Mientras pequeñas velas iluminaban 13 sillas vacías, se leyeron una a una las breves biografías de los estudiantes de Columbine Rachel Scott, Kyle Velasquez y Corey DePooter, así como de las demás víctimas. Tras cada una, los alrededor de 150 asistentes respondieron al unísono “nunca olvidados”, acompañados por el tañido de una campana.

Steven Curnow, de 14 años, fue la víctima más joven de una masacre que ha inspirado docenas de tiroteos similares en estos años. El mayor era Dave Sanders, un profesor de 47 años que sacó a los estudiantes de la cafetería para ponerlos a salvo y recibió un disparo cuando intentaba llevarlos a las aulas en la planta superior.

La lista la completan Cassie Bernall, Kelly Fleming, Matt Kechter, Daniel Mauser, Dan Rohrbaugh, Isaiah Shoels, John Tomlin y Lauren Townsend.

La hija de Sanders, Coni Sanders, dijo que su padre cambió el mundo para siempre al salvar a cientos de estudiantes.

“Los niños a los que salvó ahora tienen hijos, y esos hijos tendrán hijos, así que dentro de varias generaciones la gente sabrá que existen por su valentía”, señaló antes del inicio del acto.

El evento, organizado por activistas entre los que había organizaciones para la seguridad de las armas, fue el principal acto público para conmemorar el aniversario del sábado, que tiene un perfil más discreto que en otras ocasiones. Además de recordar a los muertos en Columbine, la vigilia celebrada en una iglesia cercana al Capitolio estatal en Denver llamó también la atención sobre los heridos y los sobrevivientes que han sufrido traumas.