Las Vegas se asaba el miércoles en un quinto día consecutivo récord de temperaturas de 115 grados Fahrenheit o más en medio de una prolongada ola de calor que se prevé afecte gran parte de Estados Unidos hasta el fin de semana, informó el Servicio Meteorológico Nacional.

Las temperaturas superaron los 115 grados Fahrenheit poco después de la 1:00 de la tarde en el Aeropuerto Internacional Reid, rebasando la antigua marca de cuatro días consecutivos con altas temperaturas impuesto en julio de 2005. El domingo, la ola de calor impuso una temperatura récord de 120 ºF en Las Vegas.

Incluso para el desierto, el prolongado calor en la ciudad más grande de Nevada casi no tiene precedentes.

“Esta es la ola de calor más extrema en la historia de los registros en Las Vegas desde 1937″, indicó el meteorólogo John Adair, con tres décadas de experiencia en la oficina del Servicio Meteorológico Nacional en el sur de Nevada.

Keith Bailey y Lee Doss se reunieron el miércoles por la mañana temprano en un parque de Las Vegas para desacalorarse y ejercitar a sus perros Breakie, Ollie y Stanley.

“Si no salgo antes de las 8:30 de la mañana, entonces ese día no va a poder ser”, dijo Bailey, con un sombrero para el sol mientras los perros jugaban en el césped.

Alyse Sobosan dijo que este mes de julio ha sido el más caluroso en los 15 años en los que ha vivido en Las Vegas. Sobosan indicó que no sale de casa durante el día si puede evitarlo, y espera hasta las 9 de la noche o más tarde para pasear a sus perros.

“Hace un calor opresivo”, dijo. “Es como que una no puede realmente vivir su vida”.

Además es peligroso, según han recalcado las autoridades de salud. Este año se han producido al menos nueve muertes relacionadas con el calor en el condado Clark, que abarca Las Vegas, según la oficina del forense del condado. Las autoridades dicen que es probable que la cifra sea mayor.

“Incluso personas de edad media aparentemente sanas pueden sufrir enfermedad por calor cuando hace tanto calor que es difícil que el cuerpo se refresque”, dijo Alexis Brignola, epidemióloga del Distrito Sanitario del Sur de Nevada.