Un pequeño pueblo en la costa este de Maryland suspendió a toda su fuerza policial en espera de los resultados de una investigación realizada por fiscales estatales, una decisión en gran medida inexplicable que ha dejado a los residentes conmocionados, escépticos y nerviosos.

Lo sucedido en Ridgely sugiere que incluso las comunidades más rurales del país están sintiendo los efectos de la indignación generada por el asesinato de George Floyd.

Sin una fuerza policial en Ridgely, al menos temporalmente, la gente está preocupada por los tiempos de respuesta en caso de necesitar ayuda. Y siguen sin saber por qué cerraron su departamento de policía.

En una declaración publicada en el sitio web del gobierno de la ciudad la semana pasada, las autoridades dijeron que la comisión de tres miembros de Ridgely había “suspendido con sueldo a la totalidad del Departamento de Policía de Ridgely” y que la fiscalía estatal —que maneja casos de mala conducta pública, fraude electoral— violaciones de las leyes de ética y más, está investigando.

Por su parte, el director de operaciones de Ridgely, David Crist, se negó a proporcionar a The Associated Press incluso información básica sobre las suspensiones, incluido el número policías. El sitio web del departamento dice que emplea a media docena de agentes.

“Nos tomaron por sorpresa”, dijo Holly Justice, propietaria de un spa en Ridgely. “Te hace cuestionar la integridad de las personas que se supone deben proteger y servir”.

No es la primera vez que Ridgely está bajo la lupa por sus prácticas policiales.

El departamento fue noticia hace varios años cuando su entonces jefe estuvo involucrado en la muerte de Anton Black, de 19 años, en 2018 en la vecina Greensboro.

Black murió después de que los agentes lo inmovilizaron durante más de cinco minutos mientras lo esposaban y encadenaban. Su familia presentó una demanda por muerte por negligencia y recibió un acuerdo de 5 millones de dólares de tres pueblos de la costa este, incluido Ridgely.

La criminalidad en el condado ha sido notoriamente baja durante décadas. Según datos federales sobre delitos, el condado de Caroline, que incluye a Ridgely, ha reportado cuatro homicidios desde 2000. Y en Ridgely, los delitos violentos alcanzaron su punto máximo en 2010 con un total de 41 incidentes reportados.

Pero el arresto mortal de Black fue una situación lamentablemente ya conocida: un joven negro dando su último aliento durante un encuentro traumático con la policía.

Los legisladores de Maryland aprobaron un paquete de medidas de responsabilidad policial en 2021 que incluía un proyecto en memoria de Black para ampliar el acceso público a los registros disciplinarios de la policía.