Un menor de origen puertorriqueño con autismo, discapacidad intelectual y parálisis cerebral entre otras condiciones, se debate entre la vida y la muerte luego que fuera baleado en múltiples ocasiones en el patio de su casa por agentes de la Policía de Idaho, en medio de un episodio de crisis.

El incidente fue captado en un video por un vecino de la familia de la víctima, Víctor Pérez, y ha generado la indignación de la comunidad. El joven, de apenas 17 años, recibió nueve impactos de bala, heridas que lo mantienen recluido en condición crítica y sufrió la imputación de una pierna, según relato a The Associated Press su tía, Ana Vázquez. “No sabemos si va a despertar”, dijo la mujer.

El tiroteo del sábado en Pocatello indignó a la familia y a los vecinos del niño, así como a los internautas, que se preguntaron por qué los agentes abrieron fuego a los 12 segundos de salir de sus coches patrulla, sin hacer aparentemente ningún esfuerzo por calmar la situación o utilizar armas menos letales. Decenas de manifestantes se concentraron ante el departamento de policía el domingo, informó eastidahonews.com.

No hay indicios de que la policía estuviera al corriente de las condiciones del muchacho.

“La policía apenas habló con nadie”, dijo Vázquez. “Sólo dijeron que retrocedieran y simplemente, dispararon a matar”.

En una declaración de vídeo publicado en la página de Facebook del Departamento de Policía de Pocatello el lunes, el jefe Roger Schei dijo que quería “proporcionar claridad, compartir la información que podemos en esta etapa y abordar algunas ideas erróneas que han surgido”.

“Entendemos la preocupación y la emoción que rodea el tiroteo con participación de agentes que se produjo”, dijo, y agregó: “También somos conscientes del vídeo que circula en línea, que muestra sólo un ángulo. La imagen completa requiere una revisión cuidadosa de todos los hechos y pruebas.”

Los hechos que desembocaron en el tiroteo

Brad Andres, que grabó el vídeo, tiene un taller de automóviles en las inmediaciones y declaró a la AP que se percató de los disturbios cuando salió a atender una llamada telefónica sobre las 5:20 del sábado. Su hijo de 19 años, Bridger, llamó al 9-1-1 e informó de que se trataba de una disputa doméstica en el patio trasero.

La persona que llamó al 9-1-1 dijo que un hombre aparentemente intoxicado - el adolescente - estaba blandiendo un cuchillo de cocina y persiguiendo periódicamente a un hombre y una mujer en el patio, según el audio de la llamada al 911 publicado por el Departamento de Policía de Pocatello.

“Parece bastante borracho”, dijo la persona que llamó al operador. “Está corriendo hacia ellos con un cuchillo y luego se cae. Creo que se acaba de apuñalar a sí mismo”.

La persona que llamó al 911 señaló que las personas que estaban en el patio no hablaban inglés.

“Parece que se ha caído al suelo y se ha desmayado” , dijo.

Pérez seguía en el suelo cuando llegó la policía sobre las 5:25 de la tarde. Cuatro agentes corrieron hacia la verja, tres sacando pistolas y otro apuntando con lo que parecía una escopeta. Le ordenaron que soltara el cuchillo. En lugar de eso, el chico se levantó y empezó a dar pasos hacia ellos con el cuchillo en la mano. Los agentes dispararon repetidamente.

Andres dijo que la policía “parecía un escuadrón de la muerte o un pelotón de fusilamiento” , y añadió: “Ni una sola vez preguntaron: ‘¿Cuál es la situación, cómo podemos ayudar? Llegaron corriendo con las armas desenfundadas, provocaron la reacción de un discapacitado mental y cuando reaccionó... le dispararon”.

“Fue realmente traumático para mí, para mi hijo y para mí” , dijo Andrés. “Mi hijo fue el que llamó al 911 con la esperanza de ayudar a la familia a lidiar con la situación que estaba pasando. No tenía ni idea de lo que iba a ocurrir”.

Preguntas para la policía

Schei dijo que no respondería a preguntas sobre el tiroteo debido a una investigación que está llevando a cabo el Grupo de Trabajo de Incidentes Críticos del Este de Idaho.

“En situaciones como esta, los oficiales deben tomar decisiones en segundos”, dijo Schei. “Evalúan las amenazas no sólo para ellos, sino también para los que están cerca. En este caso, dos personas se encontraban a escasos metros de un individuo armado que se negaba a obedecer. El riesgo era inmediato y la situación evolucionaba rápidamente”.

El Departamento de Policía de Pocatello no respondió inmediatamente a los correos electrónicos en los que se solicitaban más comentarios el martes, incluidas preguntas sobre si los agentes llevaban pistolas Taser u otras opciones menos letales.

Según el manual de normas del departamento, todos los agentes uniformados que han recibido formación para utilizar pistolas paralizantes deben llevarlas, así como un batón o gas pimienta.

Vázquez dijo que Pérez caminaba tambaleándose debido a su discapacidad; no estaba intoxicado. La hermana del chico, de 16 años, gritó a la policía que no disparara y que él era “especial”, dijo Vázquez.

No está claro si la policía escuchó esos comentarios, que no se aprecian en el vídeo.

Seth Stoughton, un ex agente de policía que enseña en la Facultad de Derecho de la Universidad de Carolina del Sur, dijo después de ver el vídeo que tenía dudas sobre por qué los agentes no utilizaron armas menos letales o la táctica básica de retroceder para crear espacio entre ellos y Pérez.

“No me parece que ningún agente esté en peligro inmediato en el momento en que empiezan a disparar”, dijo Stoughton. “Si hubiera conseguido saltar la valla y los agentes retrocedieran y él siguiera acercándose... entonces eso podría cambiar”.

Vázquez dijo que la familia nunca había llamado a la policía para pedir ayuda con el niño en el pasado y que esta fue su primera interacción con las fuerzas del orden.

En todo el país, los departamentos de policía están aumentando la formación de los agentes sobre las mejores formas de identificar e interactuar con personas que pueden tener discapacidades intelectuales o del desarrollo, incluidas muchas formaciones centradas en el autismo.

Estas formaciones se centran a menudo en las reacciones de las personas autistas ante estímulos externos, como ruidos o contacto físico, que pueden ser percibidas por alguien ajeno al espectro como resistencia a las órdenes o a la detención.

Algunos grupos han empezado a proporcionar pegatinas o matrículas marcadas a las personas con familiares autistas como señal para la policía.

Pocatello es una ciudad de poco menos de 60,000 habitantes situada a unos 265 kilómetros al norte de Salt Lake City.