Pobreza impacta el potencial futuro de los niños hispanos de zonas rurales
Un número "desproporcionadamente alto" de bebés hispanos nace en familias de escasos recursos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Las familias de inmigrantes hispanos que eligen vivir en zonas rurales enfrentan un nivel de pobreza que afecta tanto el presente como el futuro de sus hijos por carecer de acceso a servicios y recursos disponibles en áreas urbanas, según recientes estudios.
Casi la mitad de los bebés latinos nacidos en zonas rurales tiene padres inmigrantes, y el 44 % de esos niños vive en la pobreza, indica el reporte "Hispanos en el Punto de Partida", publicado por Daniel Lichter, de la Universidad Cornell, en Nueva York.
En su reporte, Lichter afirma que un número "desproporcionadamente alto" (40 %) de bebés hispanos nace en familias de escasos recursos y que esa situación se agrava en las zonas rurales, por lo que esos niños "comienzan su vida desde detrás de la línea de partida", por lo que esos niños carecerán de las oportunidades que otros niños tienen.
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En otras palabras, la situación inicial de pobreza de esos niños hijos de inmigrantes hispanos en áreas rurales "tiene implicaciones para sus logros educativos posteriores, el desarrollo positivo de su trayectoria y la transición a su función de adultos productivos", dice Lichter en su estudio.
El profesor dijo a Efe que por primera vez tienen los medios para comprobar la precaria situación en la que vivirán estos niños.
"Nuestra hipótesis es que los bebés hispanos (nacidos en poblaciones hispanas aisladas) experimentarán un alto nivel de pobreza y ahora contamos con los datos empíricos para documentar por primera vez que así es", sostuvo.
"El modelo actual de los lugares a los que llegan los inmigrantes sugiere que la nueva generación de niños hispanos pobres en Estados Unidos enfrentará grandes obstáculos para tener éxito en las escuelas locales, el trabajo y la vida familiar", concluye el informe.
Desde principios de la década pasada, los hispanos generaron el 56 % del crecimiento de la población en áreas no urbanas del país, lo que contribuyó a revitalizar y estabilizar pequeñas localidades.
A la vez, los hispanos sólo representan el 7 % de la población rural del país, por lo que esas familias en muchos casos quedan culturalmente aisladas, como sucede, por ejemplo, en el Valle de San Luis, que abarca seis condados en el sur de Colorado.
Poco más de la tercera parte de los residentes en el Valle de San Luis vive en la pobreza y uno de cada diez sufre de extrema pobreza, es decir, con ingresos equivalentes a menos de la mitad del nivel de pobreza establecido por el Gobierno federal.
"Existen dos grupos principales de familias hispanas en ese valle: aquellos que viven allí todo el año y aquellos que llegan en la época de la siembra y de la cosecha y que continuamente se mueven de lugar a lugar según los cultivos", explicó a Efe Robert Miller, director ejecutivo de Nuestras Familias Comunidades para Huérfanos, en Denver (Colorado).
"Pero durante la última década, por la mecanización y la expansión de la agricultura industrial, ya no se necesitan como antes los servicios de esos trabajadores. La mayoría se aleja del área para buscar trabajo en otros lugares. Quienes se quedan enfrentan serios desafíos", agregó.
La pobreza en esas familias llega a tal extremo que hasta carecen de elementos que otros consideran indispensables, como elementos de limpieza personal o cobijas. Además, la falta de una infraestructura adecuada de transporte y de comunicaciones en la zona impide llegar fácilmente a esas familias, o que ellas accedan a los recursos que necesitan.
En muchos casos, dijo Miller, sólo voluntarios especializados logran conectarse con las familias más necesitadas y aisladas para darles ayuda, pero solamente después de haberse ganado la confianza de esas familias al trabajar junto a ellas en el campo.
"La camaradería entre esas familias es impresionante. Se ayudan unos a otros para que ninguno quede con deudas. Y poseen una gran ética de trabajo. No tienen miedo de realizar ninguna de las tareas que se les pide", subrayó Miller.
A pesar de esas características positivas, se trata de una población que, entre otros problemas, no tiene ni siquiera acceso a transporte público con los horarios o la frecuencia necesaria como para ir a trabajar o acudir a citas médicas, revela el Plan Estatal de Transporte 2015 del Departamento de Transporte de Colorado.
Situaciones similares se repiten en numerosos otros estados, según el estudio realizado por Lichter. Y esas no son buenas noticias, aunque el profesor dijo a Efe que seguirá trabajando porque "aún queda mucho por investigar".