Perry. El huracán Idalia azotó Florida el miércoles con la fuerza de un tren a toda velocidad, partiendo árboles por la mitad, arrancando techos de los hoteles y convirtiendo pequeños autos en botes antes de llegar a Georgia y Carolina del Sur como una fuerte tormenta que inundó caminos y obligó a los residentes a desplazarse a terrenos más elevados.

“Se desató el infierno”, dijo Belond Thomas, de Perry, una pequeña localidad en el interior de la región de Big Bend, donde Idalia tocó tierra.

Thomas, de 41 años, empleado en la fábrica de papel de la localidad, huyó con su familia y algunos amigos hacia un motel con la idea de que estarían más seguros en ese lugar para pasar la tormenta que en casa. Pero cuando el ojo de Idalia pasó por la zona alrededor de las 8:30 de la mañana, un fuerte silbido penetró el aire y los ventarrones arrancaron el techo del motel y varios restos cayeron sobre su hija embarazada que estaba en una cama. Por fortuna no resultó herida.

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“Fue aterrador”, declaró Thomas. “Todo pasaba muy rápido… todo daba vueltas”.

Idalia tocó tierra cerca de Keaton Beach a las 7:45 de la mañana como un huracán de categoría 3 con vientos máximos sostenidos de 125 millas por hora. El sistema mantuvo su condición de huracán mientras cruzaba hacia Georgia con vientos máximos de 150 90 mph. Para la tarde del miércoles se debilitó a tormenta tropical, con vientos de 65 mph.

A las 8 de la noche del miércoles, hora del este de Estados Unidos, Idalia se encontraba a unas 60 millas al oeste de Charleston, Carolina del Sur, señaló el Centro Nacional de Huracanes. Se desplazaba hacia el noreste a 21 mph.

A medida que el ojo se desplazaba sobre tierra firme, los fuertes vientos arrancaban letreros y tejados, y partían árboles de gran altura. Una persona murió en Georgia. No se confirmaron oficialmente decesos relacionados con el huracán en Florida, pero la Patrulla de Caminos estatal informó que dos personas murieron en choques distintos relacionados con el mal clima apenas horas antes de que Idalia tocara tierra.

La tormenta trajo consigo fuertes vientos a Savannah, Georgia, mientras se abría paso hacia las Carolinas. Según el pronóstico, pasará sobre Charleston, Carolina del Sur, a primeras horas del jueves antes de virar al este y enfilarse al Océano Atlántico.

Idalia dio origen a un tornado que tocó tierra brevemente en Goose Creek, un suburbio de Charleston, informó el Servicio Meteorológico Nacional. Sus fuertes vientos voltearon un auto, según las autoridades y un video tomado por un testigo. Dos personas sufrieron heridas menores.

Tocó tierra cerca de Keaton Beach como un huracán categoría 3, con vientos máximos sostenidos de 125 millas por hora y marejada ciclónica.

A lo largo de la costa de Carolina del Sur, North Myrtle Beach, Garden City y la Isla Edisto reportaron que el agua del mar llegó a las calles costeras la tarde del miércoles. En Charleston, el agua marina inundó algunas calles mientras la marea, con ayuda de una superluna, continuaba subiendo.

Florida temía lo peor mientras seguía recuperándose del paso del huracán Ian el año pasado, el cual azotó la muy poblada zona de Fort Myers y dejó 149 muertos en el estado. A diferencia de esa tormenta, Idalia pasó por una zona poco habitada de Florida que es conocida como la “costa natural” del estado, una región principalmente rural con millones de hectáreas (acres) sin urbanizar, alejada de metrópolis y de zonas con mucho turismo.

Esto no significa que no haya causado problemas considerables. Las corrientes cubrieron calles cerca de la costa, arrastraron pequeñas embarcaciones que no estaban amarradas, y dejó a casi medio millón de usuarios sin luz en Florida y Georgia.

En Perry, los ventarrones rompieron escaparates, arrancaron revestimientos de edificios y volcaron la marquesina de una gasolinera. Los aguaceros inundaron parcialmente la autopista interestatal 275 en Tampa y los vientos derribaron cables de luz sobre los carriles con dirección norte de la interestatal 75 al sur de Valdosta, Georgia.

La marejada ciclónica podría alcanzar los 16 pies en algunos lugares. Algunos condados implementaron toques de queda para mantener a los residentes fuera de los caminos.

A menos de 20 millas al sur del lugar en el que Idalia tocó tierra, comercios, muelles y viviendas de Steinhatchee, Florida, fueron engullidos por las aguas procedentes de Deadman’s Bay. La policía impidió el tránsito hacia esta comunidad costera de más de 500 habitantes, conocida por sus industrias pesquera y forestal.

Agentes estatales, 5.500 elementos de la Guardia Nacional y equipos de rescate dieron inicio a las labores de búsqueda y rescate, inspeccionando puentes, retirando árboles derribados y buscando a cualquier persona en apuros.

Debido a las características rurales de la zona de Big Bend, los equipos de búsqueda podrían necesitar más tiempo para completar su trabajo en comparación con huracanes anteriores en zonas más urbanas, dijo Kevin Guthrie, director del Departamento de Manejo de Emergencias de Florida.

“Puede haber dos casas en un camino de 5 millas, así que esto tomará algo de tiempo”, declaró Guthries.