Pandemia obliga a histórica cancelación del Maratón de Boston
El evento no se realizará por primera vez en 124 años.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Boston. El Maratón de Boston ha sido cancelado por primera vez en sus 124 años de historia.
Los organizadores cedieron el jueves ante la imposibilidad de cumplir con las exigencias de distanciamiento social por el coronavirus y decidieron cortar una tradición que se había mantenido en pie durante dos guerras mundiales, una erupción volcánica e incluso otra pandemia.
La carrera, que suele atraer a 30,000 participantes y que se había pospuesto ya del 20 de abril al 14 de septiembre, será reemplazada por un “evento virtual” en el cual los participantes que verifiquen que corrieron los 42 kilómetros por su propia cuenta recibirán una medalla por finalizar la competición.
“A medida que esta crisis evolucionó, quedó claro que la fecha del 14 de septiembre era cada vez menos sostenible”, reconoció el alcalde Marty Walsh durante una conferencia de prensa frente al palacio del ayuntamiento, donde los competidores solían reunirse para cenar pasta antes de la carrera. “Esto es un desafío, pero el Maratón de Boston se trata de enfrentar desafíos”.
Walsh evocó como ejemplo de otro momento aciago los atentados con explosivos perpetrados hace siete años durante el maratón.
“Esta carrera es un símbolo de nuestra ciudad y de la resistencia de nuestra comunidad”, recalcó. “Así que depende de todos nosotros esforzarnos ahora más, como lo haría un maratonista, como lo hicimos en 2013, y mantener vivo ese espíritu”.
Aunque el título de campeón del Maratón de Boston se disputa entre una treintena de atletas de élite, el evento cuenta con más de 30,000 corredores recreativos y de caridad, aparte de más de un millón de personas que se juntan a lo largo del trayecto. Esto presentaba un problema para los organizadores, dado que las medidas de distanciamiento social difícilmente se levantarán totalmente para el otoño boreal.
“No hay manera de mantener el formato usual de la carrera”, dijo Walsh. “Aunque nuestra meta y esperanza eran alcanzar progreso para contener el virus y lograr la recuperación de nuestra economía, este tipo de evento no será algo realista para el 14 de septiembre ni en otro momento de este año”.
Es la primera vez que se cancela la carrera desde 1897, cuando inició. En aquel entonces, 15 hombres pintaron la línea de salida en la tierra en Ashland y se dirigieron a la ciudad para conmemorar los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna que se llevaron a cabo el año anterior en Atenas.
En 1918 se cambió a un formato de relevos por la Primera Guerra Mundial; en 2013 se detuvo la competencia luego que dos bombas estallaron en la línea de meta varias horas después de que los ganadores habían llegado, pero mientras varios corredores seguían en la carrera.
En marzo, cuando la carrera había sido aplazada para el 14 de septiembre, Walsh dijo que no pensaba excluir a las decenas de miles de corredores aficionados que consideran a Boston como un logro de su lista de deseos.
El logro tendrá que esperar.
“Aunque no podamos llevar al mundo a Boston en septiembre, queremos llevar a Boston al mundo para un histórico 124to Maratón de Boston”, dijo Tom Grilk, director ejecutivo de la Asociación Atlética de Boston.
Grilk recordó que los organizadores habían tenido que hacer también ajustes en la carrera en 2012, cuando las temperaturas en el recorrido se aproximaron a los 90 grados Fahrenheit (32 Celsius). Hace 10 años, las cenizas de una erupción volcánica en Islandia obligaron a la cancelación de numerosos vuelos, lo que impidió que muchos deportistas europeos acudieran a Boston.
“Hay una rica historia en la que hemos debido acomodarnos para enfrentar la realidad”, dijo Grilk. “Y ésta es la realidad de este año”.
“El espíritu de Boston y del Maratón se basa en ser fuertes e inteligentes. Cuando la necesidad te lleva en una dirección que no quisieras tomar, necesitas tener la fortaleza, la sabiduría y el consejo de los funcionarios públicos para hacer lo correcto”.
La carrera se suele programar en abril para coincidir con una fiesta estatal que conmemora las batallas de Lexington y Concord, que marcaron el comienzo de la Guerra de Independencia.
Tradicionalmente, los Medias Rojas de Boston disputaban desde la mañana su juego, de modo que los fanáticos del béisbol pudieran caminar hacia la plaza Kenmore después del encuentro para ver el paso de los competidores, a un kilómetro y medio del final.
En marzo, cuando anunció la posposición, Walsh mencionó su deseo de preservar los $211 millones que el maratón inyecta cada año a la economía.