Pagarán $27 millones a familia de niño que murió tras golpiza en escuela de California
El menor denunció ante las autoridades escolares que era víctima de acoso, días antes del incidente.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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MORENO VALLEY, California. Un distrito escolar del sur de California acordó pagar 27 millones de dólares para resolver una demanda de la familia de un niño de octavo grado que murió después de ser agredido por otros dos estudiantes en una escuela secundaria hace cuatro años.
El acuerdo con el Distrito Escolar Unificado de Moreno Valley, fue anunciado el miércoles por los abogados de los familiares de Diego Stolz, de 13 años, quien recibió un golpe inesperado en la escuela intermedia Landmark, en septiembre de 2019.
Uno de los adolescentes golpeó al adolescente en la cabeza por detrás y este cayó, golpeándose la cabeza contra un pilar. Los adolescentes luego continuaron golpeando a Stolz, quien murió nueve días después de una lesión cerebral. La agresión quedó grabada en vídeo.
Dave Ring, abogado de la familia Stolz, dijo que la muerte del niño podría haberse evitado si hubiera existido una política contra el acoso en la escuela, a unos 105 kilómetros al este de Los Ángeles.
“Las escuelas tienen que darse cuenta de que el acoso nunca puede ser tolerado y que cualquier denuncia de acoso y agresión debe ser tomada en serio”, dijo Ring en un comunicado de prensa.
Las autoridades escolares no harán comentarios sobre el acuerdo, dijo la portavoz del distrito Anahi Velasco en un correo electrónico el miércoles. El distrito dijo previamente que cambió su sistema de informes de intimidación y su formación para los empleados. También fueron sustituidos el director y el vicedirector de la escuela.
En su demanda por homicidio culposo, la familia alegó que Stolz se quejó al subdirector de que estaba siendo acosado, antes de la agresión que le costó la vida.
Los agresores, que tenían 14 años en el momento de la agresión, se declararon culpables en un tribunal de menores de homicidio involuntario y agresión con fuerza que pudo causar lesiones graves.
Los adolescentes pasaron 47 días bajo custodia juvenil. El juez se negó a imponerles más penas de cárcel, pero ordenó que se sometieran a terapia de control de la ira.