El padre de la niña Jorelys, Ricardo Galarza, dijo hoy que se sentía un poco más tranquilo luego de conocer la noticia de que  Ryan Brunn, el asesino confeso  de su hija, se suicidó ayer en una cárcel de Georgia.

"Yo quería que lo pusieran en la silla eléctrica, para que supiera lo que era un castigo de verdad, yo siempre pedí la pena de muerte para él, así que estamos más tranquilos", dijo el papá de Jorelys en entrevista con Radio Isla 1320.

 De igual manera Galarza admitió que, aunque se siente un poco aliviado, la muerte del asesino no le va a quitar el dolor por la pérdida de su pequeña.

Ayer, la madre de la niña, Joselyn Rivera, se había expresado en términos similares en entrevista con Primera Hora

“Al final, si se la quitó (la vida) o se la quitaron a mí no me importa. Él me violó y me mató a mi niña y eso sí que me duele y nadie me va a devolver a mi angelito. Que se pudra”, dijo entre sonrisas la mujer que solicitaba la pena de muerte para Brunn,

 Los hechos de este caso se remontan al pasado 2 de diciembre cuando Ryan Brunn secuestró a Jorelys persuadiéndola con un patín que le había robado.  Tras llevarla a un apartamento vacío, abusó sexualmente de la niña de siete años y, posteriormente, la apuñaló y golpeó hasta la muerte. Luego, abandonó el cadáver en un contenedor de basura. El cuerpo de la pequeña -cuyos familiares son de Peñuelas- fue encontrado días más tarde por las autoridades.