Morris, Connecticut. Un oso atacó a un niño de 10 años en el patio trasero de los abuelos del chico en Connecticut y trató de arrastrarlo, pero la policía logró matar a tiros al animal, informaron autoridades.

El oso negro de 113 kilos (250 libras) atacó al niño el domingo a eso de las 11 a.m. en Morris, Connecticut, indicó el departamento local de protección ambiental.

El menor fue llevado al hospital, pero sus heridas no son graves.

James Butler, el abuelo del chico, dijo al diario Republican-American de Waterbury que su nieto estaba jugando cerca de un trampolín cuando el oso salió de un bosque detrás de la casa.

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“Le escuché gritar ‘¡un oso!’ y vi que el oso le tenía la pierna agarrada por los dientes y estaba tratando de llevárselo”, declaró Butler.

El abuelo, quien usa silla de ruedas, rodó hacia el oso y le tiró una barra de metal a la cabeza, relató al diario.

El oso soltó al niño, pero luego volvió a agarrarlo y trató de ponerlo boca arriba, relató el abuelo.

Un vecino, alertado por los gritos del menor, vino corriendo y ahuyentó al oso gritando y blandiendo una tubería de metal, dijo Butler.

Una vez que Butler y su nieto estaban a salvo en la casa, el animal regresó, subió por una rampa para sillas de ruedas y los contempló desde la reja, indicó Butler.

“Creíamos que iba a atravesar la reja, no cabe duda que era una enorme amenaza”, dijo Butler.

La policía llegó poco después y mató al animal.

Butler y su esposa Christina Anderson, quien estaba dentro del hogar durante el incidente, dijeron que el niño sufrió perforación en un muslo, mordidas en un pie y tobillo y rasguños en la espalda.

La bióloga Jenny Dixon explicó que los riesgos de encuentros cercanos entre humanos y osos están aumentando a medida que la población de osos en Connecticut va en aumento y comienzan a acostumbrarse a las comidas y costumbres de los humanos.