El nuevo peaje urbano a los automóviles que ingresan al centro de Manhattan (Nueva York) recaudó 100 millones de dólares los dos primeros meses desde su implementación, en un momento en que ese sistema está en el aire después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump asegurara en febrero que el programa debía ser cancelado.

La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), a cargo del metro y autobús de la Gran Manzana y destinataria última de esos ingresos, comunicó este lunes que se ha embolsado casi 52 millones de dólares en febrero procedentes del llamado “peaje de congestión” que tienen que pagar los conductores que desean entrar en esta área de mayor tráfico de la isla.

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Desde que se implementó el 5 de enero hasta finales de febrero, se sumaría así una cantidad total de 100 millones de dólares, de los que habría que descontar 23 millones que ha costado la gestión de los peajes durante ese mismo período.

Según los datos del mes de febrero, el 66% de los ingresos viene de los vehículos de pasajeros; el 24% de los taxis y vehículos de alquiler; el 9% de camiones y el 1% de autobuses y motocicletas.

Según la MTA, el 95 % de los ingresos se obtuvo durante las horas punta de peaje.

De esta forma, la agencia asegura que se mantiene en el camino de alcanzar los 500 millones que estaban previstos inicialmente.

“Una vez más, los exhaustivos estudios realizados demuestran su fiabilidad, al cerrar el segundo mes del programa con ingresos acordes a las proyecciones”, afirmó el codirector financiero de la MTA, Jai Patel, en un comunicado de la agencia.

Patel insistió que el programa continúa logrando su objetivo de reducir el tráfico, a la vez que genera los fondos previstos para “proyectos cruciales de transporte público”.

La ley estatal exige que la MTA utilice el dinero de los peajes para financiar 15,000 millones de dólares en reparaciones cruciales del transporte público, así como proyectos de expansión del sistema de transporte público.

Después de que el secretario de Transporte de EE. UU., Sean Duffy, diera a la MTA hasta el 21 de marzo como plazo límite para eliminar los peajes de congestión, la semana pasada emitió una extensión de 30 días.

En este sentido, la MTA tiene pendiente una demanda federal contra Duffy, que pretende invalidar la orden que eliminaría los peajes de congestión de Nueva York.

La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, mantuvo en febrero una reunión privada con el presidente Trump en la que defendió el peaje.