Nueva York. La estadística de sinhogarismo en Nueva York ascendió el pasado enero a 4,140 personas, su nivel más alto en casi dos décadas, según el último estudio del Departamento de Servicios Sociales de la ciudad (DSS, en inglés).

Esta cifra supone un 2.4 % más que en 2023 y además es el dato más elevado desde 2005, cuando la Alcaldía comenzó a realizar este informe, titulado HOPE (Homeless Outreach Population Estimate).

Por orden del gobierno federal, el DSS lleva a cabo este estudio cada invierno con el fin de determinar el número de personas sin hogar que vive en las calles y en otros espacios públicos, como parques o estaciones de metro.

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El documento se publica en medio de la profunda crisis de migración que atraviesa Nueva York: en abril, unas 147,000 personas durmieron en albergues en la ciudad, de los cuales 66,000 eran inmigrantes y solicitantes de asilo, de acuerdo a datos anteriores de la Alcaldía.

Sin embargo, la comisionada del DSS, Molly Wasow, aseguró este jueves en una entrevista con el portal City Limits que el aumento de personas sin techo en 2024 no está relacionado directamente con la población inmigrante.

“No hemos recibido ninguna señal de un aumento sistemático de los solicitantes de asilo que experimentan la falta de vivienda sin protección”, dijo Wasow.

Ante la crisis migratoria que sufre Nueva York desde 2022, la Alcaldía ha respondido recientemente limitando la estancia de las personas sin techo en los albergues a 30 días para solteros y 60 para familias con niños.

Según el DSS, desde enero de 2022 -fecha en que el alcalde Eric Adams asumió el cargo- la ciudad ha trasladado a 2.000 personas sin techo a viviendas permanentes.

La encuesta ha sido duramente criticada por la Coalición para Personas sin techo de Nueva York, que sugiere que su metodología es “defectuosa” y que la estimación “no se acerca a representar el número de personas sin hogar en nuestra ciudad ni el verdadero alcance de la crisis de la gente sin techo”.

La asociación también señala la dificultad de contabilizar a todas las personas que viven en las estaciones de metro, en viviendas ilegales, en coches o en otros lugares improvisados: “Para muchos, pasar desapercibidos y evitar ser detectados son técnicas esenciales de supervivencia”, incide en su página web.