No a la pena de muerte en Connecticut
Corte Suprema declara que es inconstitucional, no se concilia con estándares de decencia contemporáneos y carece de fin legítimo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Nueva York. La Corte Suprema de Connecticut ordenó hoy suspender las ejecuciones de presos que estaban en el corredor de la muerte antes de la abolición de la pena capital en ese estado en 2012, tras ratificar que ese castigo es inconstitucional.
La pena de muerte fue abolida en Connecticut hace tres años tras la aprobación de una ley estatal que prohibió desde entonces volver a condenar a la pena capital, pero que permitía la ejecución de las once personas que ya estaban en el corredor de la muerte.
En su fallo de hoy, los magistrados del alto tribunal aseguraron que la pena de muerte en Connecticut "ya no se concilia con los estándares de decencia contemporáneos" y tampoco tiene ningún fin "legítimo".
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"Por estos motivos, la ejecución de los condenados que cometieron delitos capitales antes del 25 de abril de 2012 violaría la ley estatal que prohíbe los castigos crueles e inusuales", escribió hoy el juez Richard Palmer en nombre de la mayoría.
El caso terminó en el Supremo estatal después de que uno de los hombres en el corredor de la muerte, Eduardo Santiago, solicitó que su sentencia fuera revisada dos meses después de la abolición de la pena de muerte, según recuerda el periódico Hartford Courant.
La última ejecución en el estado de Connecticut tuvo lugar en 2005, cuando Michael Ross, un asesino condenado por violar y matar a cuatro mujeres, recibió una inyección letal.
La pena de muerte es ilegal en 19 de los 50 estados, el último Nebraska, que abolió la pena capital en mayo, mientras que en otra decena rigen moratorias o no se aplica, lo que deja en minoría a los que aún ejecutan presos, como Texas, Florida o Misuri.